John y Nadine

Una temporada atípica de ciclones volvió a poner a prueba a México

Las intensas lluvias de ambos meteoros causaron de nuevo muerte y destrucción; en Guerrero, acciones implementadas evitaron mayor afectación

Restaurantes de Acapulco, inundados por John, el 10 de octubre de 2024.
Restaurantes de Acapulco, inundados por John, el 10 de octubre de 2024. Foto: Cuartoscuro

El 2024 estuvo marcado por una temporada atípica de ciclones, como fue el caso de John y Nadine, los cuales provocaron estragos en el país, que seguía su recuperación del paso de Otis, en octubre de 2023.

El pasado 23 de septiembre, el huracán John, de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson, tocó tierra al sur del municipio de Marquelia, localizado en la región de la Costa Chica de Guerrero, lo que dejó al menos 29 muertos, la destrucción de la playa en Pie de la Cuesta y diversos daños materiales.

El meteoro tuvo una vertiginosa evolución, pues en 21 horas pasó de ser una depresión tropical a un huracán muy cercano a la categoría 4; sus vientos sostenidos alcanzaron los 195 kilómetros por hora, generando lluvias extraordinarias en Oaxaca y Guerrero.

Asimismo, ocasionó que 14 comunidades quedaran incomunicadas, hubo 138 árboles caídos, daños a viviendas de nueve municipios y cortes de energía eléctrica en la Costa Chica y en la región de La Montaña.

El 25 de septiembre, el gobierno de Guerrero activó alerta roja para todos los municipios de la Costa Grande, Acapulco y San Marcos, ante un inminente segundo impacto de la tormenta tropical John, donde ya se reportaban casas derrumbadas, inundaciones, desbordamientos de ríos, daños en carreteras y caída de árboles.

Apenas estaba por cumplirse un año de la devastación que causaron los vientos de Otis, y John resurgiócomo huracán, con lluvias severas que inundaron el puerto y sus alrededores, y provocaron deslaves y cierres carreteros y aeroportuarios que dejaron a personas atrapadas, así como pérdida de vidas y nuevamente la desesperanza a los habitantes.

A pesar de que el sistema tropical había dejado de afectar las costas del estado y ya era una zona de baja presión, se combinó con otro fenómeno meteorológico, retomó intensidad y aumentó la velocidad de sus vientos para enfilarse de nueva cuenta a Guerrero.

Las calles se convirtieron en la ruta por la que el agua encontró camino mientras arrastraba lo que se atravesó a su paso, ya sea basura, automóviles e incluso personas.

Ante esta situación, el 27 de septiembre la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, no sólo pidió el auxilio de la Federación, sino que llamó a la población a convertirse en voluntarios que ayudaran a rescatar a las personas atrapadas en las inundaciones.

Este fenómeno cobró la vida de 29 personas: 23 en Guerrero, cinco en Oaxaca y una en Michoacán; además, provocó que 11 mil personas fueran desalojadas: cinco mil en Guerrero y seis mil entre Michoacán y Oaxaca, y también dio lugar a la comisión de actos de rapiña.

Al embate meteorológico se sumó Nadine. El 19 de octubre, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que este fenómeno se había intensificado a una tormenta tropical en el océano Atlántico, con vientos máximos sostenidos de 70 kilómetros por hora, rachas de 90 km/h y un desplazamiento hacia el oeste a 15 km/h.

A las 10:00 horas, tiempo del centro de México, el centro de la tormenta tropical Nadine tocó tierra en las inmediaciones de la ciudad de Belice, aproximadamente a 90 kilómetros al sur de Chetumal, Quintana Roo, con vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora y rachas de 100 kilómetros por hora.

Tras tocar tierra, Nadine causó fuertes inundaciones en las costas de la península de Yucatán, Veracruz y Chiapas.

El paso de la tormenta tropical Nadine por la región sur de México dejó precipitaciones, así como desbordamiento de arroyos, ríos y lagos, por lo que se registraron inundaciones en algunas regiones y la muerte de tres personas en diversas situaciones relacionadas con el fenómeno meteorológico.

De acuerdo con reportes de las autoridades de Protección Civil de Chiapas, dos de las personas que fallecieron se encontraban dentro de una vivienda construida con block y láminas en la localidad de Carrizal, municipio de Tila, la cual fue alcanzada por el deslizamiento de ladera.

Y una persona más fue arrastrada por el agua junto con su vehículo en la demarcación de San Juan Chamula.

Como resultado de las lluvias, las autoridades reportaron daños en los municipios de Tapilula, Yajalón, Pichucalco, Solosuchiapa, Chilón, Ocosingo, Amatlán, Juárez, Tecpatán, Francisco León, Rayón, Mezcalapa, así como en Sabanilla, entre otros.

Lluvias dieron un respiro a sequía, que sigue

Durante más de la primera mitad de 2024, México padeció diferentes grados de sequía, que iban de moderada a excepcional.

Sin embargo, el desabastecimiento de agua, muerte de ganado, pérdidas en productos agrícolas e incendios forestales. Las entidades más afectadas fueron Sonora, Chihuahua, Sinaloa y Durango, en el norte de México; así como Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo, más al centro.

A este panorama se sumó que, desde principios del año, se alertó que si la sequía no daba tregua, el 26 de junio sería el Día Cero para el Sistema Cutzamala, lo que significaba que llegaría a niveles tan bajos que no podría suministrar agua al Valle de México.

Sin embargo, las lluvias aparecieron. El 2 de julio se reportó, por primera vez en el año, una recuperación del almacenamiento de las presas del Cutzamala. Para el 18 de julio, se registraron lluvias tan intensas que un vehículo terminó sobre una reja tras ser arrastrado por la gran cantidad de agua.

A pesar de ello, especialistas estimaron que las abundantes lluvias registradas durante meses no son suficientes para garantizar el almacenamiento adecuado de agua ni para evitar que la próxima temporada de sequía sea igual de aguda que la de este año.