Tabasco es un rehén

ROZONES

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Rozones Foto: Imagen: La Razón de México

El fin del 2024 en Tabasco estuvo marcado por la continuidad en el clima de violencia que se originó durante la administración de Carlos Manuel Merino Campos. El 31 de diciembre, los habitantes de los municipios de Centro y Nacajuca celebraron la llegada del Año Nuevo con el Jesús en la boca, debido a que se registraron diversos eventos, como la quema de tiendas Oxxo y de vehículos, el ataque a una caseta de policía y fuertes balaceras. Hay quienes piensan, no sin ironía, que el estribillo de una clásica canción que dice: “Vamos a Tabasco que Tabasco es un edén”, debería decir: “Vamos a Tabasco que Tabasco es un rehén”. Y es que, en efecto, los habitantes de esta entidad están en calidad de rehenes de los grupos de la delincuencia organizada que se disputan la plaza, los cuales, dicen los que saben, crecieron durante el gobierno pasado, por la complacencia, por decir lo menos, de las autoridades que estaban obligadas a combatirlos. Qué tal.