Así que, a medida que se eterniza la crisis de violencia en Sinaloa, el Gobierno del estado restringe cada vez más el acceso a la información. Primero dejó de aparecer en las conferencias la fiscal estatal, Claudia Zulema Sánchez. Luego se dejaron de difundir los reportes en los cuales se daba cuenta del acumulado de homicidios, secuestros y robo de autos. Después dejó de asistir a las conferencias el secretario de Seguridad Pública y lo mismo hizo el subsecretario, de tal forma que ahora quien responde los cuestionamientos de los medios es Verona Hernández, nombrada desde el pasado jueves vocera de Seguridad. El problema es que a Verona, comunicadora de profesión, no le pasan los datos necesarios, o los tiene, pero no los comparte, y se la pasa bateando las preguntas de los reporteros, con el clásico “no tengo esa información”. Alguien debería decirle a las altas autoridades de Sinaloa que lo que urge es cambiar la realidad, no sólo taparla. Uf.