Con la resaca de las fiestas decembrinas, pocos han reparado en el hecho de que las reformas a la Constitución que prohíben la venta de vapeadores no han sido ratificadas por los Congresos locales. El Senado aprobó el decreto el 11 de diciembre, por lo que fácilmente pudo haber sido ratificado por 16 legislaturas estatales ese mismo día o al siguiente, como ocurrió con la reforma judicial o con la desaparición de los autónomos. Pero no fue así. Hasta el 13 de diciembre, sólo ocho Congresos habían aprobado las reformas. Dicen los que saben que las consultoras de cabildeo contratadas por empresas cigarreras trabajan a marchas forzadas para tratar de bloquear la proscripción de los vapeadores, lo que implica convencer a algunos diputados locales de Morena de que no ratifiquen lo que recibieron del Congreso de la Unión. Claro que también hay quienes creen que sólo es cosa de esperar a que se reanuden los periodos ordinarios en las legislaturas estatales. Veremos.