El 2024 cerró con la mayor cantidad de incendios forestales de los últimos siete años, al registrar siete mil 978 siniestros; además, también terminó con la superficie mayormente afectada, con un millón 667 mil 808 hectáreas dañadas, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor)... y según expertos, se pondrá más intenso.
El reporte oficial detalla que, del 1 de enero al 26 de diciembre del 2018, se contabilizaron seis mil 963 incendios; para el 2019 fueron siete mil 407; en el 2020 se registraron cinco mil 863; en el 2021 se tuvieron siete mil 333; para el 2022 se contabilizaron seis mil 716; en el 2023 fueron siete mil 608 y en el 2024, siete mil 978, un aumento del 14.5 por ciento con relación a los del 2018.
Del total de la superficie siniestrada en el 2024, 95 por ciento correspondió a vegetación en los estratos herbáceo y arbustivo, y el cinco por ciento a arbóreo.
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Las entidades federativas con mayor presencia de incendios fueron Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Michoacán, Chihuahua, Chiapas, Puebla, Durango, Guerrero y Oaxaca, las cuales concentraron 78 por ciento del total nacional.
En tanto, los estados con mayor superficie dañada fueron Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Quintana Roo, Nayarit, Durango y Estado de México, con 84 por ciento del territorio.
Del total nacional de incendios forestales, mil 269, 16 por ciento corresponden a ecosistemas sensibles al fuego, en una superficie de 261 mil 794.81 hectáreas. Del 1 de enero al 26 de diciembre se aplicaron 505 mil 333 días-persona en la atención a incendios forestales.
César Alberto Robles Gutiérrez, vocero de la Gerencia de Manejo del Fuego de la Conafor, explicó a La Razón que el promedio de temperaturas a nivel mundial fue muy alto en el 2024, debido a la presencia desde el 2021 del fenómeno climático conocido como La Niña, lo que supone una sequía acumulada.
“Por esa situación, la vegetación está más estresada para la propagación de incendios y en México hubo un fenómeno anormalmente seco y por ello se generó un estrés en la vegetación. Hubo presencia de plagas, árboles muertos y ramas secas, lo que originó los incendios”, mencionó.
Respecto a este 2025, mencionó que el pronóstico para los siguientes tres meses es de temperaturas por arriba de la media nacional de años anteriores y ausencia de lluvias, por lo que se prevé una temporada de incendios “bastante intensa y severa”.
Explicó que, en el mapa nacional, la mayor parte del país ya se encuentra en rojo por la temporada de estiaje, lo que generará incendios, aun cuando en el 2024 llovió mucho.
Sin embargo, aclaró que el país, y en particular la Conafor, se encuentra listo para desplegar su equipo para evitar la propagación de incendios en el país.
En la experiencia a ras de suelo, la brigadista Adriana Hernández, del municipio de Jilotzingo, Estado de México, explicó a este diario que en el 2024 se resintieron en mayor medida las altas temperaturas, lo que provocó una mayor cantidad de incendios forestales a lo largo del país, debido a que se combinó el fenómeno de la sequía con el calor.
“En particular, Jilotzingo fue de los municipios a nivel nacional con mayor afectación por los incendios, pues se vino la escasez de agua y las altas temperaturas, lo que detonó que aumentaran los siniestros. Con la llegada de las lluvias se salvó un poco el bosque, pero a nivel nacional fue general la afectación”, señaló.
En su opinión, los incendios fueron provocados en mayor medida por el cambio climático, la tala ilegal y la extracción de recursos naturales, entre ellos la misma tierra de las zonas boscosas, para su venta.
La experta indicó que también se encuentran asociados factores como los desarrollos inmobiliarios, que dejan las áreas naturales sin los recursos necesarios para autoprotegerse. Además, expuso que “el saqueo de los bosques” es un negocio lucrativo de millones de pesos, que ya es manejado no sólo por talamontes, sino por bandas del crimen organizado.
“Lamentablemente la gente actúa en la noche y hay tala clandestina, que degrada los bosques, y eso también hace que no haya suficiente cobertura vegetal, lo que suma al cambio climático y al calor que hubo este año”, asentó.
Cabe mencionar que el pasado 1 de diciembre inició de manera oficial la temporada de estiaje en el país, un periodo que termina hasta el mes de mayo de este año, en el que se presenta mayor escasez de lluvias y un paulatino aumento de las temperaturas.