Y es el expresidente Ernesto Zedillo el que no concuerda para nada con la agenda de cambios de la 4T y ayer aprovechó un foro en el ITAM para nuevamente expresarlo. Está más que claro, nos hacen ver, que no hay puntos de confluencia entre los ejes del gobierno que en su momento encabezó en México con los de las últimas dos administraciones del país. Quien fuera el último mandatario emanado del PRI antes de que iniciaran los gobiernos de la alternancia, pidió a la Presidenta Claudia Sheinbaum frenar lo que llamó la “destrucción de la democracia”, en alusión a la desaparición de instituciones y normas creadas en el último cuarto de siglo, para, consideró, poder enfrentar los retos que se avecinan en el panorama internacional. A su parecer, una pausa en la implementación de las más recientes reformas, para determinar cuáles obedecen a objetivos adecuados podría ser un acto que genere unidad nacional de cara a los “nubarrones” en el horizonte. Su participación sobre perspectivas económicas se dio vía remota.