La reelección de Nicolás Maduro en Venezuela profundizará la crisis humanitaria que se vive desde hace 20 años, mientras que la migración irregular continuará y se estima que en el 2025 la diáspora venezolana sea de al menos tres millones de personas que recalen en México y otros países, estimaron analistas.
Del 2019 a agosto del 2024, se tiene registro de 590 mil 181 migrantes de Venezuela detenidos en México, que corresponden al dos por ciento de la población que se conocía de manera oficial en los últimos censos de ese país; sin embargo, los números oficiales son muy inferiores a la considerada cifra negra, que podría ser de muchos miles más.
En entrevista con La Razón, Farida Acevedo, directora de la plataforma ciudadana Venezuela Somos Todos, dijo que desde México seguirán con el apoyo a sus ciudadanos, con denuncias, marchas y demás movilizaciones, pues buscan que la comunidad internacional se dé cuenta de las violaciones de derechos humanos, poco a poco agravadas en ese país.
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Indicó que la reelección de Nicolás Maduro va a acrecentar la crisis humanitaria que existe en su país, con mayor migración irregular a otros países, al grado de que Venezuela se quede sola, únicamente con el dirigente y sus compinches.
“La gente va a seguir saliendo hacia países como México, donde los han recibido con mucha calidez; nosotros creemos que el 30 por ciento es el que puede seguir saliendo en los siguientes meses, aunque algunos mencionan que pueden ser tres millones de personas. Sea como sea, la poca gente que queda con la esperanza, se está decidiendo a huir lo más pronto posible”, dijo.
Indicó que México es uno de los países que más prefieren los venezolanos, debido a que ven oportunidades para empezar de nuevo, además de que hay desarrollo; por ello, adelantó que, si no se resuelve la problemática del país en los siguientes 12 meses, el país se va a “vaciar”.
Mencionó que la última esperanza es que los países sigan rompiendo relaciones con Nicolás Maduro y que se ejecuten las órdenes de aprehensión pendientes para que se termine “este mal sueño”.
La también activista venezolana Lizbeth Guerrero dijo que el panorama es de una extensión, por seis años más, de la violación de garantías para la gente, pues aseguró que, pese a rebeliones y protestas, Maduro no saldrá del poder, pues no existen condiciones para ello, así que la población continuará huyendo del país.
“La gente va seguir saliendo, pues en junio del 2023 se registró un primer éxodo a países como Argentina, Brasil y México, pero desde hace dos semanas, de nueva cuenta comenzó la gente a movilizarse fuera del país. La gente que ya se encuentra en México dice ‘si no sale Maduro, yo no regreso’; prefieren quedarse acá. Y los que están en el camino y que se iban a regresar, ya se arrepintieron, pues prefieren llegar a Estados Unidos por México”, explicó Guerrero.
Dijo que la población que en mayor medida queda en Venezuela es de adultos mayores, pero sostuvo que se está buscando la manera de sacar a todos del país, además de los niños que se quedaron porque sus padres se fueron a buscar mejores oportunidades a otra nación.
Por esa razón, advirtió que la migración no se va a detener y que seguirá hacia países como México.
Petro aboga por unas “elecciones libres” al confrontar a Venezuela
En un tímido reclamo al régimen de Nicolás Maduro, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseveró que en Venezuela debe haber “elecciones libres”, aunque descartó un rompimiento con Caracas y la intervención militar que planteó el exmandatario Álvaro Uribe.
A días de que su homólogo asumiera un tercer mandato consecutivo, mismo que desconoce la comunidad mundial, asestó que el chavismo le arrebató a la disidencia una oportunidad en los comicios del 2024. Le quitó a su propio pueblo “el derecho de elegir y ser elegida a María Corina” abundó ayer en una larga publicación en su cuenta de X ante la confrontación y represión por la que críticos de la dictadura redoblan la lucha por la libertad y la democracia.
“No hubo elecciones libres en Venezuela y debe haberlas”, recalcó al hablar de la crisis político-social en la nación fronteriza tras los comicios del año pasado y evidenciar la violación a los derechos humanos en “cualquier lugar del mundo”, llámese Colombia o Venezuela. Con lo que respondió a las críticas internas por respaldar al chavista que extendió su poder hasta 2031 —con lo que sumaría casi dos décadas como jefe de Estado—, pues éste no ha compartido evidencia de su supuesto triunfo sobre la oposición, liderada por María Corina Machado y por Edmundo González, y aún así Bogotá envió a una delegación a la ceremonia oficial.
Pero Petro Urrego insistió, ante la presión local e internacional, que no romperá lazos con Nicolás Maduro, pese a la represión e irregularidades electorales, pues consideró que mantenerlas no lo “legitima”, con lo que evadió reproches de la extrema derecha en su país. Aunque no aludió a Álvaro Uribe, tachó de “abominable” y “la mayor estupidez” el intento de desatar una guerra y enviar a la muerte a connacionales y a venezolanos.
Además, defendió su postura al alegar que la diplomacia es la vía para convivir en paz y solucionar los problemas, pese a que ésta no tuvo efecto en su intervención junto a Brasil y México para garantizar un proceso abierto y libre, pues al final la dictadura consagró su poder con la reciente juramentación.
Hecho que incrementó la represión en la región sudamericana al sumar 85 detenidos. Y tampoco se pronunció en torno a la amenaza de Maduro Moros de tomar las armas de la mano de Cuba y de Nicaragua ante una supuesta injerencia extranjera e “imperialista” o el deseo del dictador de liberar a Puerto Rico, incluso con tropas extranjeras al mencionar a Brasil, en una clara afrenta con Estados Unidos, al que acusa de estar detrás de
la disidencia.
En tanto, ante la nueva tendencia represiva, Foro Penal exhibió que la situación empeoró con el reciente choque entre el oficialismo y quienes rechazan éste con un importante número de aprehensiones arbitrarias, evidenciando una persecución que anticipa cómo será el nuevo sexenio de Nicolás Maduro.
La organización documentó que más de la mitad de las capturas fueron durante las protestas convocadas por la disidencia el pasado 9 de enero y el día de la investidura, con lo que suman mil 697 presos políticos en el marco del proceso electoral por el que decenas de naciones reconocieron oficialmente a González Urrutia como el líder legítimo, pues ese movimiento sí mostró pruebas para certificar que derrotó al dictador, actas electorales que quedaron bajo custodia en una bóveda de Panamá.
Entre los detenidos hay al menos un menor de edad y un extranjero —de origen francés—, pero aún se desconoce el paradero de decenas de críticos más, lo que aviva el reclamo de una oposición que no cesa y redobla su lucha para recuperar la libertad y la democracia, gracias al respaldo a nivel global.
Al respecto, María Corina Machado aseguró que al final “la verdad prevalecerá” tras denunciar las capturas ilegales y hasta acusaciones de terrorismo contra quienes apoyan a Edmundo González, quien no pudo asumir como presidente y ni siquiera viajó a la nación, como estaba previsto tras su gira por el continente, misma que continuó el fin de semana al reunirse y dialogar con el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.
En tanto, la dictadura recriminó duramente el plan de acción militar en su contra al cuestionar la política de “colonización” de Washington.
El canciller Yván Gil resaltó el respaldo de su aliado Cuba por “su firme rechazo a irresponsables llamados a la intervención militar, que amenazan la vida y la paz”, según un mensaje en Telegram, aunque no respondió al mensaje de Gustavo Petro ni a acusaciones de la ola represiva reportada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), mientras que el mandatario señalado de “usurpador” mantuvo ayer reuniones con invitados que llegaron al país para la toma de posesión.