El catolicismo ha ido perdiendo en México terreno frente al protestantismo o la irreligiosidad y, muestra de ello es que, en el último año, más asociaciones religiosas han salido de la clandestinidad para hacerse presentes en la vida pública.
Durante el 2024, la Secretaría de Gobernación (Segob) registró 156 asociaciones religiosas, 105.2 por ciento más que durante el 2023, cuando se constituyeron 76, aunque los especialistas en el tema apuntan que el aumento de éstas no necesariamente implica un mayor número de instituciones religiosas, sino que sólo formalizaron su existencia.
De acuerdo con la Segob, en el 2023 fueron entregados registros constitutivos a 76 nuevas asociaciones religiosas de 17 entidades y, de acuerdo con una solicitud de transparencia que realizó La Razón, durante el 2024 se registraron 156 nuevas asociaciones religiosas, de las cuales 48 pertenecen a la religión cristiano-evangelista; 46 son cristiano-evangelista pentecostés; 19, católica; nueve, cristiano-metodista; seis, bautistas, así como cinco evangélico-bautista independiente y cuatro cristiano presbiteriano.
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También se registraron dos adventistas del séptimo día, dos cristianos evangélicos cristocentristas, dos cristianos neotestamentarios, dos cristiano-trinitarios pentecostales, una armenia, una, cristiano protestante presbiteriana reformada, una cristiano evangélico interdenominacional, una islam y siete de las cuales no se encontró mayor información. Con los registros del 2024 suman 10 mil 192 asociaciones registradas ante la Secretaría de Gobernación.
Al respecto de estos registros, el antropólogo de las religiones Elio Masferrer Kan explicó que el aumento de inscripciones de asociaciones religiosas se debe a un proceso de formalización, pues muchas iglesias antes operaban en la sombra y ahora necesitan registrarse para recibir donaciones y operar legalmente.
“Hubo un incremento de las personas morales que tiene registrada Gobernación, pero eso no quiere decir que haya más iglesias, aunque parezca medio paradójico, porque lo que quiere decir es que hay más personas morales que se dieron de alta”, explicó el especialista.
Hubo un incremento de las personas morales que tiene registrada Gobernación, pero eso no quiere decir que haya más iglesias (…) lo que quiere decir es que hay más personas morales que se dieron de altaElio Masferrer Kan, Investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia
Comentó que las organizaciones religiosas, al recibir su registro, tienen algunos beneficios, como estar exentas de pagar impuestos. Aun así, afirmó que la Iglesia católica ha perdido alrededor del 10 por ciento de sus practicantes y que el número de primeras comuniones, confirmaciones, bodas religiosas, etcétera, ha disminuido significativamente.
Señaló que hay una disminución en la asistencia física a los templos, particularmente después de la pandemia, y que muchas iglesias han adoptado modelos híbridos de adoración, incluidos servicios en línea y plataformas de redes sociales.
El también investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia sostuvo que la dependencia de la Iglesia de prácticas y estructuras tradicionales está obstaculizando su capacidad para conectarse con las generaciones más jóvenes que se sienten más cómodas con la interacción en línea.
Si tomas en cuenta que, en 1970, 98 por ciento de la población en México era católica (…) para el año 2020 vemos que los católicos han descendido y han crecido otras denominaciones religiosasFelipe Gaytán Alcalá, Investigador de La Salle
Al respecto, el investigador Felipe Gaytán Alcalá, integrante de la plantilla de la Universidad La Salle, analizó el papel actual de la religión en la sociedad mexicana y se centró en la diversidad de prácticas religiosas y el creciente número de grupos religiosos no católicos.
“Tiene que ver con aspectos sobre todo de encontrar consuelo y solución. Cuando hablamos de religión y de religiosidad, es también de magia, porque de religión estaríamos hablando como de estructuras organizacionales con sistemas de creencias muy definidos.
“Pero hay gente que lleva su religiosidad, su práctica de religión, de una manera muy abierta, muy sincrética, porque puede ir a hacerse una limpia, ir a misa y leer el horóscopo y no pasa nada; entonces, también somos muy dados a eso en este país”, expuso.
Apuntó que, de acuerdo con el censo del Inegi, 12 por ciento de las personas se habían declarado sin religión, pero que esto no significaba que no creyeran en algo; además, enfatizó en que, si bien el número de personas que se identifican como católicas ha disminuido, muchos mexicanos aún practican tradiciones católicas o mantienen creencias influenciadas por el catolicismo.
Sin embargo, es complicado que se registren, dijo, pues la solicitud para este trámite se basa en la estructura de religiones como el catolicismo, por lo que es un desafío para las organizaciones que no cuentan con esa característica. Citó el ejemplo de Cienciología, que tardó más de 18 años en obtener el registro oficial.
“El tema de la diversidad religiosa en México se ha ido expandiendo. Si tomas en cuenta que en 1970, 98 por ciento de la población en México era católica, se declaraba católica, aunque fuera por tradición, pero se declaraba católica, para el año 2020, en el censo, vemos que los católicos han descendido y han crecido otras denominaciones religiosas; es decir, han crecido otras expresiones, no en gran número, pero sí en expresiones, en grupos que se han establecido en el país.
Estamos hablando de que tendríamos cerca de una diversidad religiosa por arriba del 10 por ciento de la población que profesa otro tipo de creencia no religiosa o no católica”, expuso.