Personas en movilidad buscan llegar a EU

Tensión migrante eleva agresiones contra el INM

Indocumentados acusan engaño y atacan a agentes de Migración; caso en un autobús en Chiapas queda registrado en video; en la frontera norte albergues se alistan para deportaciones; señalan lentitud de autoridad; se activan sociedad civil e Iglesia católica

Agentes migratorios son agredidos en un autobús por personas en situación irregular, en Chiapas.
Agentes migratorios son agredidos en un autobús por personas en situación irregular, en Chiapas. Foto: Especial

En México se reporta un aumento de agresiones contra agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), atribuibles a la desesperación de los migrantes irregulares debido a la incertidumbre generada por la inminente llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos.

Organizaciones de la sociedad civil han alertado que la comunidad migrante en Chiapas está reaccionando de manera más violenta ante el creciente asedio y las estrategias de contención implementadas por las autoridades migratorias.

En videos compartidos por el Centro de Dignificación Humana a La Razón, se observa a un grupo de migrantes agredir a agentes migratorios en un autobús, después de descubrir que habían sido engañados. Según los testimonios, fueron informados de que serían trasladados a estados como Oaxaca o Veracruz; sin embargo, el destino real era Tuxtla Gutiérrez, donde se iniciarían los trámites para su deportación a Guatemala.

En las imágenes, los migrantes descienden del autobús al descubrir la verdad y uno de ellos inmoviliza a un agente del INM, permitiendo que otros bajen de la unidad. Entre gritos y tensión, las personas, algunas acompañadas de menores de edad, corren hacia las calles cercanas para evitar ser detenidas.

En otro momento, se observa al conductor del autobús replegarse para evitar ser agredido, mientras algunos migrantes vandalizan el vehículo, rompiendo vidrios y causando otros daños.

“Los engañaron este miércoles; les dijeron que los iban a sacar de Chiapas hacia otro estado, pero en realidad los llevaban a Tuxtla Gutiérrez para deportarlos. Ellos ya no están dispuestos a ser engañados y pienso que se van a poner aún más agresivos conforme aumente la contención”, afirmó Luis García, vocero del Centro de Dignificación Humana.

Señaló que los migrantes se encuentran “aterrorizados” por las constantes redadas y deportaciones, especialmente porque muchos han invertido grandes esfuerzos para llegar a México. En este contexto, añadió que, al no tener nada que perder, están más dispuestos a reaccionar violentamente para defender su derecho a continuar su viaje hacia el norte.

“Es probable que veamos nuevamente escenarios de enfrentamientos, donde los migrantes busquen cualquier manera de avanzar y los agentes intenten detenerlos. Ya ocurrió en el pasado y se repetirá si no hay una solución adecuada”, advirtió.

El pasado 20 de diciembre de 2024, un elemento adscrito a la oficina regional de Migración en Chihuahua perdió la vida tras ser golpeado por un grupo de migrantes al solicitarles sus documentos de identificación.

Albergues ya se activan para recibir a migrantes

Pese al alertamiento que el Gobierno de Tijuana, Baja California, realizó en días pasados por la posible deportación masiva de migrante, hasta el momento no hay ninguna acción que indique una preparación ante la llegada de connacionales, aseguraron activistas en esa ciudad.

Los albergues particulares están abriendo espacios y buscando la manera de contar con más sitios para alojar una mayor cifra de gente, a pesar no ser tomados en cuenta por las autoridades.

En entrevista con La Razón, José María García, director del albergue Juventud 2000, explicó que a pesar de que el alcalde puso en emergencia al municipio, no se han abierto albergues por parte del Gobierno o se han instalado carpas o módulos de atención que esperen el arribo de cientos de personas.

Indicó que hasta este momento sólo han realizado reuniones entre las autoridades, pero “no hay nada concreto” sobre las medidas que van a tomar y que en Tijuana se requieren muchos recursos para apoyar a los migrantes.

“Desde hace años ha habido deportación de mexicanos, pero no se han abocado totalmente al tema, pues debería ya haber una oficina que atienda a la gente que se pudiera quedar; sin embargo, es el municipio el que se debe hacer cargo, ya de inmediato”, apuntó.

Consideró que hay un riesgo latente por la molestia de las personas a que se queden los migrantes de manera permanente, como ocurrió en años pasados, y por ello urgió a que se dé una coordinación, pues a las organizaciones civiles no las han convocado a las reuniones.

“Acá siguen llegando migrantes de otras nacionalidades y mexicanos desplazados de nuestro país. Mientras tanto, siguen las deportaciones que se hacen comúnmente y que de ésas no se dice nada, pero ojalá reconsideren la necesidad de escucharnos a todos”, agregó.

Mencionó que la crisis migratoria puede ser “peor” si no hay medidas efectivas, ya que la gente se va a acumular en las siguientes semanas, por lo que los albergues particulares están buscando la forma de abrir espacios extra o instalando carpas para recibir a más personas.

Por separado, Eunice Rendón, directora de la iniciativa Agenda Migrante, coincidió en que la que se está preparando es la sociedad civil y las organizaciones religiosas, pues es gente que ya le tocó la experiencia anterior con Trump y por ello saben cómo puede venir la deportación.

Afirmó que en la frontera se están alistando para recibir a la gente, pero puntualizó que varios albergues con los que tiene contacto, no han tenido comunicación con ninguna autoridad.

“Hay un temor por parte de las organizaciones, y por ello se están preparando, pero el Gobierno federal también lo está haciendo, aunque no ha dicho su estrategia”, apuntó y señaló que, cuando los mexicanos regresan por temas de violencia, no los llevan a sus estados, sino a sitios seguros, pero aclaró que ese tema se debe transparentar. Dijo es necesario tener una de reintegración más que de retorno.

Iglesia católica llama a acoger a deportados

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a las arquidiócesis, diócesis, parroquias, institutos de vida consagrada, seminarios, casas de formación, universidades y colegios católicos, grupos laicales y comunidades del país a solidarizarse en favor de los migrantes.

“Pongámonos en el lugar de nuestros hermanos migrantes y de aquellos que son deportados; al tiempo de sufrir la separación de su familia, el desarraigo y el desmoronamiento de años de sacrificios, de trabajo y de sueños, experimentan un enorme dolor, un profundo temor y una terrible incertidumbre. Oremos por ellos y ofrezcámosles el apoyo material que requieren, procurando al mismo tiempo integrarlos a la comunidad”, expuso la CEM en comunicado.

Señaló que mantiene sus labores para brindarles “una cálida recepción en nuestras instalaciones, brindándoles hospedaje, alimento, ropa y artículos de aseo personal, además de apoyo en el cuidado de su salud física, emocional y espiritual, y también para contactarlos con sus familiares, ayudarlos en la obtención de los documentos que requieran, acompañarlos en los trámites legales que necesiten realizar, al acceso a la educación, al reconocimiento de competencias y a bolsa de trabajo”.

Agregó que quienes conforman la Pastoral de Movilidad Humana están fortaleciendo vínculos y comunicación, para estar atentos a la situación y responder lo mejor posible a los retos en materia de migración, deportación de migrantes y solicitantes de refugio.

Precisó que están conscientes de las limitaciones que tiene la Iglesia ante los retos que se esperan con las deportaciones masivas, pero está dispuesta a sumarse a los esfuerzos de las autoridades de todos los niveles, además de a las organizaciones religiosas y civiles: “Convencidos de que, unidos, podremos enfrentar mejor la situación para ofrecer a los migrantes, deportados y solicitantes de refugio un mejor servicio, respetuoso de su dignidad y de sus derechos”.

Agradeció la disponibilidad del Episcopado Católico de EU y a Mons. Mark Seitz, presidente del Comité de Migración de la Conferencia Episcopal, por el trabajo conjunto realizado.