Convencido de que Estados Unidos pierde más ante un posible programa de deportación masiva, Giovanni Lepri, representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), advirtió que nuestro país vivirá una fuerte presión en los siguientes días e indicó que se requieren programas bien estructurados para que no haya pánico.
En entrevista con La Razón, señaló que parte de esa presión es por la cantidad de gente que podría ser deportada desde Estados Unidos, contra las personas que entran por la frontera sur mexicana para llegar a los estados fronterizos en su intento de cruce, pues si bien no considera que pueda haber un escenario de “sándwich migrante”, sí un escenario donde las entidades serán las principales afectadas.
El funcionario de la agencia de la ONU para los refugiados sostuvo que uno de los principales temas que las autoridades mexicanas deben revisar es el de los perfiles de los mexicanos en retorno, ya que habrá personas que no puedan regresar a sus comunidades por temas de violencia e inseguridad, y a ellos se les debe dar un programa especial.
“No somos colonia de nadie; defenderemos a los mexicanos en EU”
¿Cuál es el posicionamiento de ACNUR sobre la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y los riesgos para los migrantes? La movilidad humana ha sido un tema álgido en la política de Estados Unidos desde hace, por lo menos, seis años. Ahora la preocupación es por las políticas o los efectos que ésta pueda tener.
Hay muchas especulaciones y mucha información, lo que podemos hacer en este momento es esperar a ver cómo se lleva a cabo esta imposición, que tiene elementos que se pueden ir adelantando, como las restricciones a la entrada de EU, la estadía de la gente y las posibles deportaciones que se vayan a hacer.
Las administraciones en EU han deportado a miles de mexicanos desde hace mucho tiempo (...)Las administraciones demócratas han sido reconocidas por deportar a la genteGiovanni Lepri, Representante de ACNUR en México
No olvidemos que las administraciones en EU han deportado a miles de mexicanos desde hace mucho tiempo; no es un tema de la administración republicana. Las administraciones demócratas han sido reconocidas por deportar a la gente.
Vamos a ver una política más restrictiva, vamos a seguir viendo muchas personas con necesidad de protección y movilidad, pero lo importante es qué va a hacer México, ya que habrá personas que seguirán llegando desde el sur, contra un número importante que puede ser regresado desde Estados Unidos. México se queda en medio de un flujo migrante, aunado al desplazamiento forzado.
El panorama que se avecina es de mucha presión sur-norte y norte-sur, por lo que se necesitarán políticas públicas que respondan a las nuevas necesidades.
¿Debemos tener precaución ante esas amenazas de deportación y cierre de beneficios para los migrantes? Cuando vamos a EU, se ve a todas luces que se requiere de mano de obra, en todos los sectores; hay una necesidad importante de fuerza de trabajo en Norteamérica y ésa la cubren las personas extranjeras, en este caso mexicanas, pero la pregunta es cómo se va a ir reemplazando la mano de obra que es necesaria, cuando hay una amenaza de deportaciones masivas.
Vamos a ver coherencia en algunos de los temas que hemos escuchado, pero creo que México se debe preparar con un sentimiento de realidad, ya que el país tiene una capacidad importante, pues además es la doceava economía del mundo, es un país con una enorme población y con una gran capacidad de absorción de refugiados. Nosotros hemos visto en los últimos años cómo la gente que se queda en México se vuelve un gran contribuyente en la economía.
Con programas bien estructurados, no debe haber pánico; creo que quien debería estar más en pánico es el país que verá reducida su fuerza de trabajo. Yo creo que ellos deberían estar preocupados; además, no creo que haya centenas de personas deportadas, pues vamos a ver más de lo mismo, pero no creo en las visiones apocalípticas que ha dicho Trump.
¿Qué programas propone ACNUR para lo que se viene? Estamos en un constante diálogo con las autoridades federales, pues la coordinación entre la Federación y los estados es fundamental; las entidades son las que directamente van a actuar.
Se debe identificar a las personas que no pueden llegar a sus comunidades de origen y que se quedarían como desplazados en su propio país; ésas necesitan de una respuesta especial, ya que hay temas de violencia. Por ello, queremos acompañarlos a un tema de reintegración en otro estado donde ya hay programas de refugiados. Tenemos otro programa a albergues de la sociedad civil, que es necesario reforzar, pues sabemos que los extranjeros van a ir a estos albergues, mientras que para los mexicanos habrá apoyo de albergues nuevos.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México ha sido muy enfática en que los migrantes no estén en las calles, sino que tengan un lugar a dónde quedarse, por eso estamos comprometidos con eso; y, por último, los centros multiservicios, que son lugares que responden a las personas que se encuentran en movilidad para temas de trabajo, salud o educación.
Yo creo que va a ser un periodo bien intenso, pero no hay pánico, no debemos considerar esto como una crisis, tal vez hasta una oportunidad, pues con buenas políticas y un sentido humanitario, tal vez se puede volver algo no traumático.
Sobre la gente que regresaría, ¿cómo debe garantizar el Gobierno de México el retorno seguro, ya que en algunos estados hay desplazamiento por violencia? Un punto fundamental es el trabajo, ya que es un gran facilitador de los procesos de refugio, pues cuando las personas logran entrar al empleo formal, se vuelven autónomos. Por ello, hay mucha demanda de mano de obra en todo el país, pues pese a que se piense mucho en el Bajío y el Norte, lo cierto es que nosotros vemos que es a nivel nacional.
Si alguien no puede regresar a sus estados de origen, pues simplemente no se debe hacer, pero se deben buscar soluciones alternativas y es ahí cuando nosotros podemos contribuir. Con la experiencia que tenemos, podemos tener muchos esfuerzos.
¿Qué se debe hacer con este problema del sándwich o taponamiento en el norte de México, entre los que suben a la frontera y los que regresan de Estados Unidos? Entiendo esa imagen, porque vamos a seguir viendo a personas que suban desde Guatemala, Chiapas o Tabasco, y de la misma manera responder a la presión en el norte, pues se habla de muchas restricciones, pero es mejor esperar, aunque concuerdo en que habrá menos posibilidades de pasar a ese país, lo que aumentará posiblemente los flujos.
Parece que hay dos panoramas: una contención en el sur y un programa de ayuda en el norte… La contención no funciona, simplemente por el hecho de que en México se tienen tres mil kilómetros de fronteras; además, no se debe hacer un control bajo esa óptica, pues a situaciones complejas se requieren soluciones integrales, pues se habla de adultos mayores, menores, personas de la comunidad LGBT, y cada uno tiene diferentes necesidades.
Todos los estados tienen derecho a controlar sus territorios; hay un gran panorama de presión que se irá dando en las siguientes semanas, pero no es la primera vez, pues cada día hay un nuevo escenario y lo que vendrá es complicado, pero se debe tener al centro de la persona y la coordinación.
Giovanni Lepri
- FORMACIÓN: Licenciado en Derecho Internacional por la Universidad de Milán y maestro en Políticas Públicas por la Universidad de Londres.
- TRAYECTORIA. Oficial de proyectos de ACNUR en Maputo, Mozambique, en 2006-2007, y representante adjunto de ACNUR en Atenas, Grecia, entre 2016 y 2019.