Ante la amenaza de deportaciones masivas por parte de las autoridades estadounidenses y una posible crisis migratoria, la Cruz Roja Mexicana fortaleció la implementación del Plan Nacional de Respuesta, el cual se realiza desde 2023 y busca brindar apoyo humanitario inmediato a los connacionales que puedan ser retornados de Estados Unidos.
Este despliegue de recursos humanos y equipo especializado tiene como meta proteger la “dignidad y el bienestar” de las personas retornadas. Se dará en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, donde se establecerán puntos de ayuda humanitaria que ofrecerán atención “integral y oportuna”.
En entrevista con La Razón, Isaac Oxenhaut, coordinador nacional de Socorros de la Cruz Roja, refirió que serán mil voluntarios quienes estarán en el despliegue fronterizo, “para brindarles el apoyo que así lo requieran”.
Escala el choque
Oxenhaut explicó que las atenciones las darán tanto a connacionales como a personas migrantes provenientes de otras nacionalidades, sin ningún costo, pues “la Cruz Roja es de los mexicanos, pero también de las personas de todo el mundo”.
Refirió que para la atención no se montará a algún campamento, sino que, con los tres órdenes de gobierno sostendrán una coordinación para poder saber dónde llegarán las personas migrantes y, con ello, poder brindar la atención.
Se dará atención prehospitalaria, como primeros auxilios, monitoreo de salud, curación de ampollas y suministro de suero, además de kits de alimentos, higiene personal y otros insumos básicos para apoyar a las personas deportadas.
También se ofrecerá apoyo psicológico básico para ayudarles a enfrentar el impacto emocional, así como medios de comunicación para promover la reunificación familiar y el contacto con sus seres queridos.
El coordinador nacional de la Cruz Roja no descartó que también haya acciones en la Ciudad de México, para la atención a personas migrantes, en coordinación con el Gobierno capitalino.