De nueva cuenta, ganado contaminado con gusano barrenador ingresó a México, a pesar de haber sido inspeccionado por veterinarios que validaron la sanidad de las cabezas. El titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Julio Berdegué, notificó que el ganado fue detenido en el estado de Chiapas, pero no detalló de dónde provenía.
También afirmó en redes sociales que se procederá por la vía legal en contra de los médicos que aprobaron la calidad de los animales: “@SENASICA ha detenido en Chiapas ganado con gusano barrenador que viene certificado como sano por médicos veterinarios. Actuaremos legalmente para sancionar a estos inescrupulosos”.
De manera paralela, ayer se amplió la vigencia por seis meses más del Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal, para prevenir la entrada y diseminación del gusano, plan que se activa cuando se detecta bajo evidencia la presencia o entrada inminente de enfermedades y plagas exóticas y de notificación obligatoria.
Escala el choque
El gusano barrenador resulta en una infestación producida por larvas de mosca que se alimentan de tejido vivo de los mamíferos y rara vez de las aves, por lo que su contacto con éstas es considerado peligroso al provocar una infección, así como pérdidas económicas al sector ganadero.
En noviembre del 2024 se registró el primer ingreso de ganado contaminado al país, cuando se identificó un animal infectado que se encontraba en el municipio de Katazajá, Chiapas, y que provenía de ganado que llegó desde el sur del continente.
Como una medida de seguridad, EU decidió pausar la compra de animales mexicanos para consumo y con ello derivaron múltiples quejas por parte de asociaciones ganaderas mexicanas que señalaron como responsables a determinadas empresas, que se valen principalmente de la exportación de ganado proveniente del sur y respecto de las cuales se exigió a la autoridad reforzar las inspecciones.
Como La Razón lo informó en su momento, la situación derivó en pérdidas hasta por 800 millones de pesos semanales a ganaderos mexicanos afectados.
Y es que, de acuerdo con trabajadores del sector, el cierre comercial se traduce en alrededor de 25 mil cabezas de ganado detenidas, que no pueden ser exportadas, lo que representa entre 35 y 40 millones de dólares perdidos.
A esto se suman los gastos que implica mantener vivo al ganado, pues en promedio, un animal de 500 kilos consume alimento concentrado equivalente a 60 pesos por día, lo que al multiplicarse por las 25 mil cabezas varadas, en algunos casos, significa millón y medio de gasto adicional.
Fue hasta el 12 de diciembre cuando se dio a conocer que dicho país reanudó las exportaciones, luego de que el Departamento de Agricultura de EU y la Sader firmaron el protocolo donde establecen medidas para reanudar las exportaciones, como inspecciones del ganado por parte de personal de ambas dependencias.