La falta de atención y respuesta a trámites migratorios de extranjeros irregulares en México, sumado al colapso de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Chiapas y la Ciudad de México, obligó a cientos de migrantes a acudir a sus oficinas en Naucalpan, Estado de México, donde ya también se presentan problemas por la falta de atención.
Sin embargo, la sede de la Comar en este municipio mexiquense se ha convertido en una “mafia”, por la venta de lugares para obtener un lugar y poder solicitar refugio, denuncian afectados.
La demanda de solicitudes de asilo se ha incrementado en los últimos días y al menos 7 mil 300 personas se encuentran en espera de poder acceder a la dependencia y empezar el trámite para quedarse en México, situación que es controlada por un grupo de venezolanos que tomó el mando y que algunos migrantes denuncian que cobran por los lugares.
“Ellos nos están cobrando desde 200 pesos por un lugar. La semana pasada venimos, pero nos dijeron que sólo estaban apuntando a unos 200 por día y que viniéramos después para que nos anotáramos”, dijo una migrante de Guatemala.
La mujer mencionó que a los que salen ya de la dependencia les piden otros cien pesos “por el favor” de haberles ayudado a realizar el trámite.
Un venezolano relató que a él también le pidieron dinero hace una semana y aún no pasa: “Les di 200 pesos para que me dejaran apuntar, porque si me niego no me apuntan y no quiero ir a otra oficina porque me queda lejos”.
Los vecinos del lugar dicen que por las noches varios se quedan a dormir en la dependencia y algunos pasan a pedirles dinero. “Son una mafia de venezolanos y nada más vemos cómo pasan a cada rato a organizar. Ellos rentan por aquí cerca, son como diez”, mencionó una comerciante de tacos.
La Razón se acercó al grupo de venezolanos para preguntar sobre la lista, y uno de los líderes explicó que comenzaron a hacerla desde hace 15 días, debido a los problemas que han tenido con la comunidad de haitianos, ya que ellos son más agresivos y se quieren meter “como sea” a las filas de la dependiencia.
“Nosotros lo hacemos porque los haitianos no se quieren formar, sólo se quieren pasar sin respetar a los demás, por eso, mejor los de Comar nos dijeron que nos organicemos porque ellos no pueden tener un control de las filas que se hacen, porque no tienen personal”, dijo uno de los encargados.
En las listas se apuntan al menos 400 personas al día, 200 en la mañana y 200 por la tarde; sin embargo, si alguien quiere apuntarse después, el mismo grupo de venezolanos lo niega y no lo permite.
En la zona de Naucalpan, a unos pasos del Metro Toreo, se ve a cientos de extranjeros irregulares esperar en bancos, sentados en la calle, sobre la tierra, en casas de campaña y algunos llegan de hoteles cercanos, para formarse e intentar que la dependencia federal les dé una fecha de inicio de trámite.
Adicionalmente, los migrantes que ya tienen cita, se vuelven a registrar y esos lugares los revenden hasta en 500 pesos para que la gente se brinque y no espere tanto tiempo para realizar el trámite.
Ante las denuncias, un grupo de agentes de la Guardia Nacional llegó al lugar a hacer recorridos de seguridad, aunque sólo estuvo unos momentos y partió; la misma situación ocurrió con los policías municipales que arribaron, tomaron fotos y se fueron.