La buena noticia en Puebla, nos dicen, es que la candidata de MC a la alcaldía de Chignahuapan, Yazmín Medina, no ganó las elecciones extraordinarias, pues de esta forma se frenó lo que se perfilaba a ser una amplia injerencia del crimen organizado en la demarcación. La mala es que en Venustiano Carranza se consolidó el cacicazgo de la familia Valencia, señalada por supuestos vínculos con la delincuencia que controla la Sierra Norte. Por cierto, el ganador, Marco Antonio Valencia, fue postulado por el PAN, aunque en realidad es militante del PRI. El trato era que el tricolor postulara a un panista en Chignahuapan, como ocurrió, a través de Mario Olvera. Pero a la mera hora este último se bajó de la contienda y operó para favorecer el triunfo del morenista Juan Rivera Trejo. Y todo este galimatías político terminó por hacer desbarrancar la alianza PAN-PRI en la entidad, algo que, nos aseguran, no lamentarán las bases de ninguno de estos partidos. Ahí el dato.