En la frontera sur de México, el activista Luis García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana, dio a conocer que, por primera vez en 15 años, la representación del Viacrucis del Migrante no se realizará ahí, “debido al clima de hostilidad y criminalización que enfrentan actualmente las personas en contexto de movilidad humana”.
Señaló que esta tradición y manifestación simbólica, que se realizaba cada Semana Santa, busca visibilizar el sufrimiento y las dificultades que atraviesan miles de migrantes al transitar por México, en búsqueda de una vida mejor en los Estados Unidos.
El activista lamentó que en este 2025 no se realizará esta representación, debido a la cultura de poca sensibilización en contra de las personas en contexto de movilidad humana, que sólo buscan una mejor oportunidad de vida.
- El Dato: Según el Departamento de Seguridad Interna de EU, el número de cruces ilegales en la frontera entre ambos países se redujo en 97% desde la llegada de Trump.
“Es tristísimo que ocurra esto en esta época; acá no se sienten seguros de la representación como Jesús lo hizo al viajar a Jerusalén; decidimos no hacerlo por la falta de garantía a los derechos humanos”, sostuvo.
El activista recordó que las representaciones de migrantes iniciaron con el padre Heyman; posteriormente, Ramón Verdugo, Fray Tormenta y Rubén Figueroa.
“Y ahora, con un servidor y otros actores que ya no estamos en la escena, ya que el Estado mexicano se encargó de crear una cultura del odio en contra de activistas y migrantes”, refirió.
García Villagrán señaló que Tapachula, Chiapas, “terminó siendo una cárcel migratoria para muchos migrantes, que no pueden ni avanzar ni regresar a su país”, y dijo que actualmente hay aproximadamente 40 mil personas en movilidad en la frontera sur, contrario a lo que señala la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar), que sólo cuenta con 17 mil solicitudes de refugio.
Por su parte, el coordinador de la Alianza Migrante Tijuana, José María García Lara, resaltó que en su municipio del norte de México al menos siete de cada 10 personas en albergues ven el Viacrucis de la Semana Santa como la representación de su propio calvario en la Tierra y por ello, señaló que se muestran “animosos” de participar en las actividades.
El activista refirió que este Viernes Santo, varios migrantes de todas nacionalidades, pero sobre todo venezolanos y hondureños, participarán en el Viacrucis que realiza el albergue que preside y que se realizará en el Arco Monumental de la avenida Revolución y plaza Santa Cecilia, y terminará en la plaza Viva Tijuana.
Este acto religioso es encabezado también por los activistas de la Casa del Migrante Tijuana A.C., Instituto Madre Assunta A.C., Pro Amore DEI, Desayunador Salesiano Padre Chava y Centro de Formación Integral La Salle, y se suma a las más de cuatro mil 500 representaciones que se realizan del viacrucis en esta época del año en México.
“Los migrantes vienen desde muy lejos, en su Viacrucis, buscando mejores oportunidades de vida; vienen sufriendo situaciones muy complejas de inseguridad, abuso por parte de grupos delincuenciales y, a veces, hasta de las propias autoridades.
“Pasan hambre, pasan sed, vienen de situaciones graves y todavía de paso viven un Viacrucis; entonces, cuando llegan a nuestro centro, se entusiasman de poder tomar el papel de alguno de los que acompañaron a Cristo al Gólgota”, declaró.
Además, la Red Franciscana para Migrantes, en voz de Héctor Dessavre Dávila, señaló que el Viacrucis Migrante 2025 adquiere un significado profundo y conmovedor, ya que “cada paso de los migrantes, cada estación de su doloroso recorrido, resuena con el clamor de la creación y la búsqueda de justicia”.
El religioso señaló que el Viacrucis Migrante es un testimonio vivo de sufrimiento y resiliencia, ya que los migrantes, impulsados por la desesperación, emprenden un camino lleno de obstáculos y peligros.
Lo anterior, refirió, se debe a que cada pueblo, cada territorio que atraviesan, se convierte en una estación de su viacrucis, donde encuentran acogida o rechazo, esperanza o desilusión.
“Sus historias son un reflejo de las injusticias y desigualdades que azotan nuestro mundo: la pobreza, la violencia, la destrucción ambiental. Son víctimas de un sistema que prioriza el beneficio económico sobre la dignidad humana y el cuidado de la creación”, señaló Dessavre Dávila.


