Y ya se confirmó que un recién nacido en un hospital federalizado en Macuspana, Tabasco, que presentó un problema de estrés respiratorio, fue atendido con una botella de agua recortada que hizo las veces de campana cefálica. Lo anterior a falta de este aditamento en el nosocomio. La coordinación estatal del IMSS-Bienestar, se informó, tomó la decisión de separar de sus cargos al director del hospital y a directivos del área administrativa. El propósito, dijo Manuel Adalberto Pérez, para que se lleven a cabo las investigaciones correspondientes y se determine por qué no había un casco cefálico para la atención del menor. En otras palabras, verán si el desabasto se debía a que no se hizo la petición del mismo o a que simplemente no se los habían surtido. A pesar de estas medidas anunciadas en la conferencia que encabeza el gobernador Javier May, la noticia sigue generando polémica, porque ha venido a dar cuenta de lo distante que aún se encuentra el sistema de Salud de modelos como el de Dinamarca.

