Los tapetes desinfectantes ya no deberán ser utilizados en las entradas de establecimientos y centros de trabajo y el uso del cubrebocas sólo será una recomendación en espacios abiertos y cerrados en los que no sea posible conservar la sana distancia.
Esas son algunas de las medidas que el Comité de Nueva Normalidad ha emitido a casi tres años de que comenzó la emergencia sanitaria por COVID-19, en un contexto en el que especialistas se mantienen a la expectativa del comportamiento que tendrán las nuevas variantes del virus aún en circulación.
Con estas nuevas directrices se dejan sin efectos las emitidas en mayo de 2020 por el comité integrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), la Secretaría de Economía y la Secretaría de Salud.
En dicho acuerdo se establecieron los esquemas para que únicamente las actividades esenciales se realizaran de forma presencial y con estrictas medidas de seguridad para los trabajadores y conforme evolucionara la situación, se evaluaran nuevas medidas.
A poco más de dos años de estos lineamientos y otros fueron dictados, el Comité señala que, con base en el conocimiento actual, algunas medidas carecen de fundamento científico, lo que orilló a actualizar los listados de recomendaciones para simplificar y hacer eficiente la prevención de COVID-19.
Parte de esto, en un ámbito general, se establece que en las empresas se deberá proporcionar información sobre la enfermedad; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o tener soluciones a base de alcohol.
De igual forma, se recomienda cubrir nariz y boca al toser o estornudar y capacitar al personal directivo sobre las acciones preventivas.
En tanto, los centros de trabajo deberán conservar la sana distancia, proveer de gel antibacterial, garantizar el lavado de manos, establecer un programa de limpieza permanente de los espacios, favorecer la ventilación natural y revisar el funcionamiento de los sistemas de ventilación.
De forma contundente, el Comité afirma que no existe evidencia de la efectividad de los tapetes por lo que “se retira su uso. ¡No se deben utilizar!”.
Asimismo, indica que las pruebas de COVID-19 no serán obligatorias para los empleados vuelvan al trabajo y que la vacunación no debe ser un factor condicionante.
El uso de cubrebocas se mantiene como una recomendación, sobre todo a personas que decidieron no vacunarse o que cuentan con un inmunocompromiso, así como en sitios mal ventilados.
En cuanto a las consideraciones donde se puede omitir el uso de esta medida es en personas que no comparten lugar físico de trabajo, al momento de consumir alimentos o bebidas y cuando se realiza trabajo físico intenso.
De igual manera, se deberá designar un comité o persona responsable de la correcta implementación de estas medidas de la Nueva Normalidad.
También se recomienda que los accesos y áreas comunes cuenten con lavamanos o solución a base de alcohol.
DGM