En una marcha que desbordó las previsiones y organización, en la que el Presidente avanzaba lentamente entre tumultos y empujones, miles de personas buscaban acercarse al mandatario, en una jornada en la que Andrés Manuel López Obrador tomó las calles.
Ayer se tornó en una suerte de reedición del “día del Presidente”, pues, al igual que lo hizo Lázaro Cárdenas en 1938, el mandatario mexicano fue más allá de pronunciar un discurso en la plaza pública y convocó a una marcha que él mismo encabezó, en un trayecto de casi cuatro kilómetros y medio entre el Ángel de la Independencia y el Zócalo de la Ciudad de México, que le llevaría casi seis horas recorrer, debido a la gran cantidad de personas que se agolpaban para seguir los pasos del titular del Ejecutivo.
A las 9:18 horas llegó el Presidente y se colocó un poco adelante de la glorieta del Ángel de la Independencia, sobre la emblemática avenida Paseo de la Reforma, donde ya lo esperaban las tres corcholatas presidenciales: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.
De los tres, el primero en llegar fue el secretario de Gobernación, quien de inmediato fue rodeado por una multitud como preludio del desorden con el que se desarrollaría la marcha.
En la línea de atrás del cinturón cercano al Presidente los seguía una parte del gabinete: la secretaria de Energía, el de Turismo, el de Comunicaciones y Transportes, la de Educación Pública y la de Economía, así como su hijo Andrés Manuel López Beltrán. Detrás marchaban los legisladores, que llevaban a un gran número de acompañantes.
Ausente en la manifestación estuvo la esposa del mandatario, Beatriz Gutiérrez Müller, quien decidió esperarlo en el Zócalo capitalino. Tampoco estuvo el senador Ricardo Monreal, aspirante presidencial que se ha mantenido distante del mandatario y quien prefirió viajar a un encuentro interparlamentario a España.
Los más cercanos al Presidente eran el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. El canciller Marcelo Ebrard se adelantó en el recorrido, donde más tarde recibió un escupitajo en la sien.
El avance fue sumamente lento. Cerca de seis horas para recorrer 4.4 kilómetros. El calor y los empujones provocaron que varias mujeres estuvieran a punto del desmayo, mientras se escuchaban los gritos de apoyo y las consignas: ¡Andrés, Andrés, Presidente otra vez! ¡Honesto, valiente, así es mi Presidente!
En dos ocasiones, los miembros del Ejército que fueron encomendados para resguardar al mandatario intentaron sacarlo del mar de personas. El primero se realizó frente al Senado de la República, pero fue imposible llevar al mandatario hasta el Jetta blanco que lo esperaba. El segundo intento se dio en el cruce de Eje Central y la calle Madero, pero el mandatario seguía atrapado, como durante buena parte de la marcha, en una especie de riesgosa minicápsula de espacio, soportando empujones masivos de la muchedumbre, que no caminaba, levitaba, porque era tal la fuerza que muchos ni siquiera tocaban el piso.
El riesgo en el que estuvo el Presidente López Obrador fue alto. La gente gritaba de miedo, mientras el círculo formado en torno al mandatario intentaba sin éxito evitar que lo apretujaran. Metros adelante, los militares usaron su fuerza para abrir un hueco, lo que provocó que al menos cuatro personas adultas mayores cayeran y sólo por la solidaridad que se hizo presente se evitó una tragedia.
Mujeres y hombres de la tercera edad, incluso en sillas de ruedas, y niños, eran los más vulnerables, ante la marea que se arremolinaba en torno a López Obrador, quien ayer demostró que tiene el arrastre para llenar el Zócalo de la Ciudad de México, pero también para volver a tomar las calles como ningún otro político lo ha logrado en lo individual en los últimos años.
Seis años pasaron desde el 26 de junio del 2016, cuando encabezó a los maestros, ofendidos por la reforma educativa, en una movilización conocida como la “marcha del silencio”.
Ayer estuvo ahí el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda, quien llevó a un contingente uniformado que brindó su apoyo al mandatario en el Hemiciclo a Juárez.
También acudieron miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para agradecer la inclusión a cerca de nueve mil trabajadores a las jubilaciones de la desaparecida empresa.
Destacables también las decenas de grandes banderolas del PT, que asumieron muy visibles posiciones en la marcha, mientras personas de todas las entidades coreaban durante el trayecto consignas en apoyo al Presidente, en medio de las copiosas ventas de recuerdos con la imagen o caricatura de López Obrador.
El último tramo de personas que ingresó al Zócalo fue sumamente atropellado y, finalmente, los miembros de la policía capitalina, la ayudantía y el Ejército lograron que el mandatario ingresara y caminara ya en un ambiente controlado con barreras que contenían a la gente, un millón 200 mil personas de acuerdo con Sheinbaum Pardo. Sin embargo, no todos los contingentes ingresaron al Zócalo capitalino, pues muchos se fueron calles antes, otros sólo esperaron unos minutos y comenzaron a abandonar la zona por las bocacalles, por eso el Zócalo no lució pletórico cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador pronunciaba su mensaje.
Llegan en cientos de camiones, unos por su voluntad; otros, no
Por voluntad propia o por “compromiso”, miles de ciudadanos de las 32 entidades federativas dejaron sus hogares para marchar ayer al lado del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México.
Desde las primeras horas de este domingo, centenares de autobuses convirtieron colonias como la Condesa, Anzures, Juárez y hasta la Roma, además de grandes avenidas, como Puente de Alvarado y Chivatito, en un inmenso estacionamiento que colapsó el tránsito habitual de un domingo capitalino.
Los tiempos de traslado desde sus comunidades fueron varios. Mientras a unos les tomó apenas diez minutos llegar al Ángel de la Independencia, al vivir en la alcaldía Cuauhtémoc, hubo quienes invirtieron hasta 15 horas de viaje en autobús.
Muchos asistentes a la manifestación son fieles obradoristas, aunque otros iban porque alguien se los ordenó.
Muchos miles, no necesariamente acarreados, sí fueron trasladados masivamente, de manera gratuita.
Don Marco Antonio Castellanos García y su grupo de compañeros partieron desde las 22:00 horas del sábado de Cazones de Herrera, Veracruz. Asegura que no fueron “acarreados”, sino que sus bolsillos pagaron 450 pesos de pasaje para apoyar al Presidente y decirle “que le siga echando ganas y que a nuestros adversarios no les tenemos miedo”.
No todos los asistentes quisieron o pudieron hablar. Mujeres y hombres con fólderes en mano y un radio comunicador del que constantemente se escuchaban voces, interrumpían de inmediato algún intento de entrevista.
“Tengan cuidado con lo que dicen, son chayoteros”, les decían. De otros obradoristas, la respuesta automática era un “no, señorita, no puedo decir nada… mejor pregúntele a otra persona”, o una evasiva a las preguntas: ¿de dónde viene?, ¿cómo llegó?, ante las cuales varios daban la espalda o sonreían mientras se tapaban la boca y con la mano decían “no”.
Hubo quienes, como Antonio Meléndez, dijeron sin tapujos haber pagado dos mil 600 pesos para llegar desde Oaxaca, por voluntad propia.
Otros, como José Guadalupe Maldonado, llegaron de “aventón” desde la alcaldía Iztapalapa y otras demarcaciones del Valle de México para también demostrarle al Presidente “que no está solo y por eso votamos por él”.
Junto a nahuas, mazatecos y otros integrantes de pueblos originarios, Irene Hernández, mujer otomí de Santiago Tianguistenco, Estado de México, caminó con copal encendido en un pequeño brasero, para hacerle saber a López Obrador que “estamos con él”.
“AMLO, a muchos nos gustaría que tu dictadura se perpeturara. AMLO, te nombro la octava maravilla del mundo”, se leía en algunas pancartas. Unas impresas sobre lonas de vinilo; otras, sobre cartulinas donde apenas se distinguían los trazos de un plumón.
Los bostezos, porras sin ahínco y nulas reacciones al ambiente de fiesta que payasos en zancos, batucadas, botargas y personas disfrazadas hasta del mismo Presidente generaron, tuvieron lugar entre los contingentes de cooperativas o hasta beneficiarios del programa Sembrando Vida, que sólo gritaban cuando un megáfono se hacía oír al frente de ellos.
Matracas, lonas, banderines, “pejeluches”, mariachis, copal, mascotas y otros aditamentos por montones acompañaron el paso de la multitud que, entre las playeras, gorros y chalecos color vino inscritos con las iniciales del mandatario y el partido Morena, terminaron por convertirse en pequeños grupos uniformados que seguían las indicaciones de personas con atuendos característicos de los Servidores de la Nación.
Rumbo a las 11:00 horas, comenzaron a verse los primeros “desertores”. Poco a poco daban marcha atrás en busca de sus autobuses o se regaban por las calles para tomar asiento y comer una tlayuda, chicharrones o beber los clásicos refrescos de sangría en vasos cubiertos de chamoy, sal y limón.
“¡Ay, es que no quiere caminar! No, no es que no quiera caminar, entiendan que me duele”, dijo una mujer de 65 años que salió desde Cuautitlán Izcalli, invitada por una comitiva de Morena que, tras caminar desde Chapultepec hasta la Diana Cazadora, la dejó en el camino.
Más tarde, ya no eran sólo personas cansadas, sino perdidas, sofocadas y a punto de desvanecerse, que buscaban un módulo de atención o paramédicos que les auxiliara, pero de los cuales sólo se pudo ver con abundancia alrededor de la avenida Juárez.
Con el rostro colorado, sacudiendo las manos, un hombre exclamó al entrar al Zócalo: “Fue y es un honor marchar y esperar a López Obrador. Obrador, quédate hasta que el creador te lo permita. ¡Gobiérname hasta que te mueras!”.
Ejecutivo califica su Gobierno como “humanismo mexicano”
El Presidente Andrés Manuel López Obrador caracterizó su modelo de Gobierno como “humanismo mexicano” y ratificó que la prioridad son los pobres, porque contar con ellos es “ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar una realidad de opresión”.
En su discurso de más de una hora y media en el Zócalo, durante el evento por los cuatro años de transformación de su Gobierno, detalló la esencia de su “humanismo mexicano”, en el que dijo que en lo político “no aceptamos el derrotismo” y en lo económico buscan la distribución equitativa del ingreso y de la riqueza.
Sobre todo, dijo, quiere “desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de las mayorías del pueblo y, de manera específica, en beneficio de los más pobres y marginados”.
Subrayó que la estrategia central de su Gobierno en el terreno de la política social descansa en respetar, atender y escuchar a todos, sobre todo a los pobres.
Antes, en su mensaje, López Obrador detalló los logros alcanzados durante los cuatro años de su gestión y puntualizó que en su gobierno no se hacen relaciones de complicidad con bandas del crimen organizado ni se venden plazas.
Al referirse al tema de seguridad, agradeció a los legisladores federales y locales que aprobaron la reforma constitucional para que la Guardia Nacional se incorpore a la Secretaría de la Defensa Nacional.
En ese contexto, puntualizó que en su Gobierno no hay funcionarios como Genaro García Luna y arremetió en contra de los conservadores.
“La verdadera doctrina del conservadurismo es la hipocresía; en nuestro gobierno no hay funcionarios como García Luna, no se permite la violación de derechos humanos, la autoridad no es cómplice, encubridora y ejecutora de torturas y masacres; no se admiten relaciones de complicidad con nadie”, manifestó.
El mandatario dijo que México es santuario de libertades y que en su Gobierno lo fundamental no es lo cuantitativo, sino lo cualitativo. “La política es, entre otras cosas, pensamiento y acción, y aun cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de Gobierno que estamos aplicando; mi propuesta será o sería llamarle humanismo mexicano”, dijo.
Tras ratificar su posición en contra de la reelección, enumeró 110 logros de su Gobierno, entre los que resaltó las grandes obras emprendidas en los últimos años.
Aseguró que están reduciendo la violencia y detalló que desde que se inició su Gobierno hasta ahora, los delitos federales han disminuido en 27.3 por ciento.
En cuanto a la economía, resaltó el crecimiento del país para este año al 3.5 por ciento, al igual que para 2023 y 2024, mientras que dijo que las reservas del Banco de México han aumentado en 14 por ciento.
Refirió que, así como este año concretó el AIFA, al término de su mandato dejará funcionando un sistema de trenes de pasajeros que ya no había en el país: “Vamos a dejar al término de este gobierno dos mil kilómetros, algo no alcanzado en varias décadas, dos mil kilómetros de vías férreas para trenes de pasajeros”.
Dijo que, por ello, el próximo año dejarán listos los mil 554 kilómetros del Tren Maya y agregó que ya se fabrican los 42 trenes con 219 vagones en Ciudad Sahagún, Hidalgo.
Resaltó que por el combate al huachicol se han recuperado 236 mil 134 millones de pesos y destinado a la rehabilitación de seis refinerías 40 mil 158 millones más.
Al referirse a la crisis sanitaria por el Covid-19, López Obrador destacó que, pese a ella, en un año se crearon un millón 264 mil 931 nuevos empleos y dijo que también hubo una atención rápida.
“Enfrentamos la pandemia con dolor, pero con eficiencia (...) De inicio, en cinco meses vacunamos con una dosis a casi todos los adultos mayores del país. Se han aplicado 228 millones de vacunas”, dijo.
El mandatario resaltó los avances con el programa IMSS-Bienestar y señaló que también están reformando a fondo el ISSSTE. “Antes de terminar este Gobierno, la atención médica a los trabajadores del Estado será sustancialmente mejor”, subrayó.
Por otra parte, apuntó que 10 millones 500 mil adultos mayores se benefician con una pensión de tres mil 800 pesos, mientras que un millón 300 mil personas con discapacidad reciben una pensión de dos 800 pesos bimestrales.
Movilización, sólo para tapar fracaso: oposición
Partidos de oposición criticaron la marcha a la que convocó este domingo el Presidente Andrés Manuel López Obrador y reiteraron que sólo se trató de un “acarreo” con recursos públicos, por lo que pidió acciones y resultados, a cuatro años de administración federal.
El dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, aseguró que la marcha de “acarreados” es sólo para disfrazar el “fracaso” de un Gobierno al que se le acaba el tiempo.
“Al estar por comenzar el quinto año de su Gobierno y no tener resultados, el Presidente López Obrador acarrea a los beneficiarios de los programas clientelares para evitar sentirse solo ante el rotundo fracaso de su Gobierno. El tiempo se le acaba para cumplir las promesas y grandes expectativas que creó durante la campaña del 2018”, agregó.
El panista sostuvo que aun cuando López Obrador descalificó, subestimó y se burló de la movilización de la sociedad en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), la democracia y la libertad, quedó claro, “le dolió profundamente el fuerte mensaje de la gente”.
Además, dijo que, en lugar de ponerse a trabajar para dar resultados, se puso a organizar la marcha que tuvo “acarreados, amenazados y pagados” por los gobiernos de Morena.
“Esa es la verdadera razón de la marcha que está anunciando para conmemorar sus cuatro años de Gobierno, porque quiere seguir polarizando, dividiendo a la gente y medir fuerzas. Pero hoy le decimos al Presidente que la sociedad ya le está dando la espalda, porque no hay resultados, no hay beneficios reales, se le está acabando el tiempo y ni con la marcha podrá ocultar su pésimo Gobierno”, agregó.
A pesar de los avances que destacó este día el titular del Ejecutivo federal, Cortés Mendoza sostuvo que, a cuatro años de Gobierno, hay déficit alimentario, pobreza y un aumento de la inseguridad, que mantiene a los cárteles del narcotráfico generando terror a los ciudadanos, así como un panorama de desaparecidos imparable.
“En todos los renglones, el deterioro es evidente. Los hechos no mienten. Estamos peor con López Obrador, por eso acarrean a los beneficiarios de los programas clientelares, pero la gente, aunque la lleven con amenazas, ya no se dejará engañar”, puntualizó.
El expresidente Vicente Fox aseguró que la colocación de propaganda en el transporte público de la Ciudad de México fue una violación flagrante a la ley, pues aseveró que la movilización fue en buena medida por “acarreos” y por la “ridiculez” del jefe del Ejecutivo federal.
Además, aseguró que ni con las miles de personas que acudieron al llamado del Presidente López Obrador de marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, podrán “detener a la oposición”.
“Ni con decenas de miles de acarreados detienen la gran marea opositora.Menos con un informe vacío de resultados y (...) sin chiste”, dijo el exmandatario en su cuenta de Twitter.
La senadora panista Xóchitl Gálvez recordó que los militantes de Morena prometieron “ser diferentes y salieron peores”. La ley es la ley... pero para los bueyes de mi compadre. El Gobierno de la #4T se exhibe día a día. No son iguales, son peores”, escribió la legisladora en redes sociales.
Así, el empresario Claudio X. González diferenció que “no es lo mismo salir a marchar para defender la democracia, y libertad que marchar para defender un ego lastimado”.
Lo anterior, haciendo referencia a la movilización en la que participó el pasado domingo 13 de noviembre en defensa del Instituto Nacional Electoral y contra la Reforma Electoral que propone al Congreso el Presidente López Obrador.
“La marcha oficialista de hoy debe ser llamada #LaMarchaDelMiedo. Miedo a perder el poder; miedo a que la realidad los alcance, como indefectiblemente sucederá; miedo a ser enjuiciados por la historia como el peor Gobierno que ha tenido México; miedo a ser vistos por lo que son”, agregó.
Mientras que la coordinadora de Nueva Izquierda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Verónica Juárez Piña, en el mismo sentido señaló que ante la “marcha del odio”, el “acarreo” oficialista y el uso de recursos públicos que encabeza el Gobierno federal, en esa fuerza política protestaron vistiéndose de rosa, con el fin de demostrar que el INE no se toca.
“Ante la #MarchaDelOdio, el acarreo oficialista y el uso de recursos públicos que encabeza Lopez Obrador, desde el PRD nos sumamos y te invitamos a formar parte de la #MareaRosa vistiendo de #RosaYBlanco”, escribió en redes sociales, donde el mensaje estuvo acompañado de una imagen que fue difundida desde la semana pasada, para que este día de la movilización morenista, la oposición y ciudadanos defensores del Instituto Nacional Electoral vistieran de rosa y blanco como muestra del apoyo al órgano.
Además, la dirigencia del sol azteca señaló que a Morena sólo le importa el retroceso del sistema de salud en cuatro años de Gobierno, ya que recordó que la desaparición de los fideicomisos sirvió en 440 por ciento para la construcción del Tren Maya y sólo nueve por ciento para la compra de vacunas.
Movimiento Ciudadano (MC), por su parte, publicó un desplegado en el que señaló que el odio y el rencor nunca llegan a buen puerto, ya que dividir, excluir y mentir no son el camino que se debe seguir; por ello, propuso “luchar contra el hartazgo y armarse de valentía, fuerza y sueños para darle la vuelta al momento en el que vive el país”.
Colectivos, presentes por alza en feminicidios
En la Glorieta de las Mujeres que Luchan, un grupo de personas colocó ayer una ofrenda y acusó al Gobierno federal de ser cómplice de los feminicidios.
“4T encubre. Corruptos, misóginos, violadores, feminicidas, agresores y acosadores”, se leía en un cartel colocado en el piso.
A pesar de que se dispuso un lugar especial para la ofrenda, las personas que pasaban alrededor, durante la marcha de apoyo al Presidente Andrés Manuel López Obrador, maltrataron la cartulina y destruyeron parte de las flores que se pusieron para recordar a las mujeres que han sido asesinadas.
En el lugar había veladoras, flores e imágenes de las mujeres que fueron asesinadas; sin embargo, ninguna persona se detuvo a ver y, por el contrario, algunas hasta se llevaron las rosas que se encontraban en un florero.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) detallan que, de enero a octubre del 2022, aumentó el homicidio doloso en contra de mujeres en 2.4 por ciento y el homicidio culposo con 16.6 por ciento, en comparación con el 2021.
Además, otros delitos en contra de las mujeres también van al alza, como las lesiones, en 8.5 por ciento; extorsión, 15; corrupción de menores, 22.3 por ciento; trata de personas, 25; violencia familiar, 7.3; violación, 11.4; abuso sexual, 13.6, y hostigamiento, 18.8 por ciento.
Frente a la ofrenda, los simpatizantes de Morena y del Presidente López Obrador colocaron también una bocina y un sonido local, que en todo momento apoyó la movilización.
“¡Es un honor estar con Obrador! ¡Avancen y no se detengan!”, se escuchaba, de parte de la voz que alentaba a las personas a no quedarse en ese sitio.
A pesar de que había algunas mujeres resguardando el lugar, ninguna se enfrentó a los manifestantes; sólo se dedicaron a ver el paso del contingente y esperar que no destruyeran el sitio.
“Sólo esperamos que no pisen mucho la ofrenda porque es una ofrenda (sic) en recuerdo a las mujeres que han muerto por la violencia. Ojalá acabe esto y que el país esté en paz”, dijo una de las mujeres que resguardaban el lugar.
A pesar de ello, algunos hombres aprovecharon que el lugar está bardeado para orinar, lo que molestó a más de una persona que estaba observando el altar.
“Oye, no hagas eso, respeta”, dijo una de las madres de familia que acompañaba la movilización.
La glorieta también fue utilizada como estacionamiento de los camiones que esperaban regresar a las personas, por lo que se vieron camionetas de Chalco y camiones de algunos estados en resguardo.
A pesar de que el sitio quedó lleno de basura, los camiones de limpieza de la Ciudad de México levantaron todo. Incluso, personas a pie levantaron varias botellas que quedaron en el lugar.
La Glorieta de las Mujeres que Luchan se ha vuelto un lugar en el que mujeres, colectivos y organizaciones protestan en contra de las autoridades y de la falta de políticas públicas.