Un recorrido de incredulidad, dolor, heroicidad, hastío y esperanza

Un año de Covid en México: reto ahora, ganarle a variantes

El saldo de la pandemia es una crisis económica y estragos sociales y emocionales; más de 320 mil historias truncadas; vacunación, solución cuesta arriba; el desafío, lograrla antes de que proliferen linajes más agresivos.

Covid-19: un recorrido de incredulidad, dolor, heroicidad, hastío y esperanza.
Covid-19: un recorrido de incredulidad, dolor, heroicidad, hastío y esperanza. Foto: Daniel Aguilar, La Razón

Han pasado 365 días desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en México. Un año de la epidemia que obligó a las personas a trasladar el trabajo, la escuela y las relaciones a sus hogares para protegerse del virus y adaptarse a una nueva normalidad.

A un año de pandemia suman dos millones 76 mil 882 personas contagiadas y 184 mil 474 muertos. Aunque expertos estiman que hay al menos 20 millones de habitantes que ya han padecido la enfermedad, una cifra hasta 10 veces mayor de lo monitoreado por las autoridades.

Gráfico
Gráfico

“Contando que no se hacen pruebas (...) Si ya estamos en los dos millones podrían ser 20 millones, una cifra más cercana a lo que estamos viviendo”, explicó Roselyn Lemus-Martin, doctora en biología molecular de la Universidad de Oxford.

TE RECOMENDAMOS:
Ethel Trujillo y su esposo, Isaías Rodríguez, en su última Navidad juntos en 2019.
La CDMX regresó el pasado 12 de febrero a semáforo naranja, en los indicadores de COVID-19.

Pero, a un año de pandemia, ¿cuál es el reto? Ganarle a las variantes del SARS-CoV-2 para evitar que el virus se siga expandiendo, aseguran los virólogos.

“El panorama sigue siendo de contagios. Hemos aprendido mucho del virus, ya se desarrollaron vacunas y fármacos y varias de las medidas sanitarias ya se adaptaron a las personas. Ahora la guerra es ganarle al virus, que sigue desarrollando variantes y entre más rápido se vacune a la gente, más tiempo le dará a los expertos para investigar la enfermedad de manera detallada”, asegura Alejandro Sánchez Flores, investigador de la Facultad de Biotecnología de la UNAM.

El experto señala que el virus respondió a lo que los seres humanos realizan en sus actividades diarias, lo que provocó que haya tenido un espacio para mutar y se le dieron ventajas para aumentar las transmisiones.

“Nosotros corremos, pero el virus también corre y nada se mueve, por ello la rapidez de las vacunas es imprescindible para ganarle al contagio”, expone.

6039fe09a27c9.jpeg
6039fe09a27c9.jpeg
6039fe08c7039.jpeg
6039fe08c7039.jpeg
6039fe0a82348.jpeg
6039fe0a82348.jpeg
6039fe0c9e708.jpeg
6039fe0c9e708.jpeg

El problema ahora, dice, es la producción de las dosis y vacunar a todas las poblaciones de riesgo para comenzar a reactivar todos los sectores de manera paulatina, aunque advirtió que esto puede llevar por lo menos cuatro años más.

“El panorama siguiente es invertir en el futuro, en investigación de nuevos virus y con la experiencia que tenemos desarrollar otras vacunas, pues otros expertos avizoran que vienen más pandemias en los siguientes años. Eso ya lo aprendimos y no podemos retroceder”, explicó.

Para Lemus-Martin una preocupación es la lentitud en el proceso de vacunación. “Como la vacunación está siendo lenta existe la posibilidad de que haya un repunte, sobre todo si ya se abrió el semáforo a naranja (en la Ciudad de México)”, señala.

“El problema con las nuevas variantes es que pueden hacer las vacunas menos efectivas. Si Pfizer tiene una eficacia de 95 por ciento, con esta variante (sudafricana) puede tener una eficacia de 60 o 70 por ciento”, advierte.

México vivió dos puntos críticos de la epidemia en los que se concentraron la mayor parte de personas infectadas en una semana. El primero durante las tres primeras semanas de julio, cuando hubo un promedio de 53 mil contagios cada siete días.

La epidemia mostró su punto más alto después de las fiestas de Navidad y Fin de Año. Pese a que las autoridades pidieron no hacer reuniones presenciales, el llamado no tuvo la fuerza suficiente. El resultado fueron 112 mil 052 personas que se enfermaron la primera semana de enero.

Al respecto, Alejandro Sánchez Flores, investigador de la Facultad de Biotecnología de la UNAM, explicó que los picos ocurrieron porque se aumentó el número de pruebas aplicadas a la población; sin embargo, en general no se ha realizado una búsqueda exhaustiva para contener los contagios.

6039fe3a570bb.jpeg
6039fe3a570bb.jpeg
6039fe396d6b6.jpeg
6039fe396d6b6.jpeg
6039fe3b5e381.jpeg
6039fe3b5e381.jpeg
6039fe3d0d264.jpeg
6039fe3d0d264.jpeg

A finales de enero, a 10 meses de la pandemia en México, el Inegi pudo tener un cálculo del exceso de mortalidad entre enero y agosto del año pasado: 184 mil 917.

Sin embargo, de acuerdo con datos de la UNAM, en 2020 se registraron 326 mil 609 fallecimientos más de lo esperado, 38.8 por ciento de éstas muertes, fueron por coronavirus, mientras que el resto fue producto de la crisis sanitaria que saturó hospitales.

El epidemiólogo de la UNAM, Rodrigo Jácome precisó a La Razón que la pandemia por Covid-19 debe ser un escarmiento para las sociedades del mundo y sus hábitos, ya que por descuido “estamos trayendo virus del mundo salvaje” que están afectando la salud de los seres humanos.

“Si no cambiamos hábitos van a seguir apareciendo virus nuevos y por ello es urgente que las medidas preventivas se queden ya de por vida, no relajarnos, aunque se vacune a toda la población, pues advertimos que no todas las medidas se van a seguir usando, como el uso de los cubrebocas, incluso ya vas viendo que a medida que pasa la pandemia ya no los utilizan”, asevera.

6039fe5e2fc45.jpeg
6039fe5e2fc45.jpeg
6039fe629e07b.jpeg
6039fe629e07b.jpeg

Indica que el panorama para los siguientes meses es de una extensa campaña de vacunación, acompañada de reactivaciones graduales de sectores, aunque aseguró que el principal reto es inmunizar a toda la población.

Señala que a un año ya se conoce al virus de manera detallada, de manera molecular y estructural, “lo conocemos muy bien y sabemos cómo interactuar con la célula, además de la historia natural de la enfermedad y medicamentos que ayudan a disminuir la enfermedad y las muertes”.

En este sentido, Lemus-Martin explica que el virus tiene un componente denominado Proteína S, misma que fue sintetizada para las vacunas a partir de un gen que se tomó de los primeros aislados del SARS-CoV-2. El problema, explicó, es que es distinta de algunas de las nuevas variantes, por lo que las vacunas pueden ser “menos eficientes.

“El hecho de que los niños y los jóvenes no estén vacunados genera los huecos que pueden provocar brotes de la epidemia. Es importante meterle velocidad a la vacunación si se quiere tener en este año una reactivación de la economía”, enfatiza.

Temas: