La familia de Mariam Ali-Brahim sufre una doble victimización. Escapó de la guerra en Siria en el 2006 y buscó refugio en Turquía, donde a pesar de su pobreza, sus integrantes llevaban una vida tranquila, hasta el 6 de febrero, cuando un devastador terremoto cambió radicalmente su situación.
“Perdieron sus casas. Afortunadamente hasta el momento no tenemos noticia de que algún familiar haya perdido la vida y gracias a Dios, pero sí, todos perdieron sus hogares. Están durmiendo en la calle, hacen fogatas para mantener el calor, porque además está haciendo un frío terrible este año”, narró a La Razón, afuera de la embajada de Turquía en México.
Ella busca apoyo para trasladar a México a su prima, sus cinco hijos y su esposo, así como otro primo, pero hasta ahora no ha recibido una respuesta favorable.
Ha tenido que peregrinar en la embajada de Turquía en México, donde le recomiendan hablar con la embajada de México en Turquía, pero debido a la nacionalidad de sus familiares, no pueden abandonar el país sumido en el caos.
“Aquí me dijeron que me dirija con la embajada mexicana en Turquía, ya lo hice ayer y no he obtenido respuesta. Realmente me encantaría de verdad que vieran este mensaje y que me pudieran brindar la ayuda de traer a mis familiares, no pido más; nosotros aquí nos hacemos cargo de ellos”, prometió esta joven, mitad siria y mitad mexicana.
Relató que la embajada mexicana en Turquía al principio tuvo interés en apoyarla, pensando que sus familiares eran de origen mexicano, pero, al saber que son sirios, simplemente abandonaron la ayuda.
Su historia no es la única de desesperación. El embajador de Turquía en México, İlhan Kemal Tuğ, reveló a este medio que las operaciones de búsqueda y rescate de personas que pudieran estar atrapadas bajo los escombros de los más de cinco mil 775 edificios que se derrumbaron, entró en una fase crítica.
“Por supuesto, las operaciones de búsqueda y rescate se encuentran en una etapa crucial en este momento, porque las condiciones climáticas en el área son, como saben, muy malas. Es una región muy fría de Turquía. Por lo tanto, las personas que están bajo los escombros deben ser salvadas lo antes posible, ya que dicen que cada minuto cuenta”, expresó.
Mientras las autoridades contabilizan en más de cinco mil 890 el número de muertos y los heridos rebasan los 34 mil 800, un ejército de 60 mil rescatistas labora sin cesar en las zonas siniestradas.
A ellos se suman especialistas en desastres naturales, mientras otros rescatistas de 76 países y de 14 organizaciones internacionales han brindado su asistencia técnica, incluidos los mexicanos: “36 países han enviado equipos de búsqueda y rescate y están trabajando junto con los trabajadores de socorro turcos”.
El embajador agradeció la solidaridad solidaridad del Gobierno y pueblo mexicanos, y destacó que se abrió un centro de acopio en la embajada para cualquier ayuda que se pueda brindar a las víctimas. También se puede llevar al Centro Cultural Yunus Emre, ubicado en Hegel 618, Polanco.
Reciben ropa de invierno para adulto y niño (abrigos, impermeables, botas, pantalones, guantes, bufandas, boinas, calcetines, ropa interior), sacos de dormir, frazadas, estufas, calentadores, termos, linterna, alimentos enlatados y pañales.