Es el más elevado del sexenio; casi triplica cifra del 2019

Crecen subejercicios; impactan en seguridad, salud, educación...

Monto aprobado para el periodo enero-marzo 2023 era por más de 1 billón 445 mil mdp, de los que 160 mil 955.5 mdp no gastaron; impacta en rubros como seguridad, salud y turismo

Aumenta subejercicio en el primer trimestre
Aumenta subejercicio en el primer trimestre Foto: Especial

El primer trimestre de este año registró el subejercicio en el gasto programable más elevado de este sexenio para dicho periodo, con menores erogaciones para proyectos beneficiados con amplitud anteriormente, como el Tren Maya, pero también con impacto en recursos para la prevención y persecución de delitos, la educación superior y la atención a la salud, entre otros.

Un informe hecho llegar al Congreso de la Unión indica que el monto aprobado para ejercer entre enero y marzo, para proveer bienes y servicios públicos a la población, era por un billón 445 mil 297.5 millones de pesos.

No obstante, sólo se gastó un billón 284 mil 342.1 millones, con lo que 160 mil 955.5 millones quedaron fuera.

Esta cifra, además, casi triplica los más de 60 mil millones de pesos no ejercidos durante el primer trimestre del 2019, que ahora quedan como el segundo mayor subejercicio registrado en los primeros tres meses de un año durante la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Las causas de variación del gasto en el 2023 han sido varias; sin embargo, la reducción en el ramo de turismo sobresale como el monto más elevado sin ejercer, con 38 mil 753.3 millones de pesos por debajo de lo programado, como efecto de menores erogaciones para “los proyectos de transporte masivo de pasajeros”.

Específicamente, para el Tren Maya se tenía perfilado un gasto en el primer trimestre por 52 mil 180.3 millones, pero únicamente se gastaron 13 mil 758.1 millones de pesos.

Gráfico
Gráfico ı Foto: larazondemexico

Sin embargo, a la Secretaría de Marina se destinaron 666.8 millones de pesos por encima de lo calendarizado, para la “asignación de recursos a los proyectos de construcción de puertos; mayores erogaciones para emplear el poder naval de la federación para salvaguardar la soberanía y para los proyectos de infraestructura gubernamental de seguridad nacional”.

Otro ramo con menor gasto respecto a los recursos aprobados es el Sector Salud, con mil 711.7 millones no ocupados en razón de no haber ejecutado presupuesto para el Programa de Fortalecimiento de los Servicios Estatales de Salud, de acuerdo con el reporte hacendario.

No obstante, el golpe de menos erogaciones también lo resintieron por lo menos otros nueve de los principales programas presupuestarios en salud, como el de “Formación y capacitación de recursos humanos para la salud”, con el que se dan cursos y capacitaciones para la actualización y formación del personal.

También hubo un retraso del gasto en “Investigación y desarrollo tecnológico en salud”; “Atención a la salud”; “Prevención y atención contra las adicciones”; “Asistencia social y protección del paciente”; “Prevención y atención de VIH/SIDA y otras ITS”; “Prevención y control de enfermedades”; “Salud materna, sexual y reproductiva”, y “Fortalecimiento a la atención médica”.

Para la seguridad también hubo merma en el gasto de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de la República, por cinco mil 238 millones de pesos en total.

La causa fue haber asignado menos recursos para la prevención, investigación y persecución de delitos, para proyectos de infraestructura gubernamental de procuración de justicia y para actividades de apoyo administrativo.

En la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se observó un subejercicio de 148.9 millones de pesos, con lo que se generó un impacto en la investigación de expedientes de presuntas violaciones a las garantías de las personas.

Una situación similar también llegó al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), donde no se ejercieron 130.9 millones de los ocho mil 351.4 que tenía programados para su ejecución.

Las consecuencias se reflejaron en una disminución de recursos orientados a los programas de becas de posgrado y apoyos a la calidad, así como a la investigación científica, desarrollo e innovación.