Llamó mucho la atención la declaración de ayer del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, en el sentido de que el sábado no se reunió con la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, porque se tuvo que regresar a Culiacán debido a los hechos violentos de ese día. Hay muchos que piensan que si el mandatario tenía mucha prisa en regresar a su estado, no hubiera acudido tranquilamente, como se ha señalado en las benditas redes que lo hizo, a un restaurante de lujo. Nos hacen ver que a pesar del apoyo incondicional que las cúpulas de Morena le han dado siempre, ha perdido muchos bonos en los últimos días, a raíz de la crisis de violencia en su entidad que ayer cumplió 15 días y que parece no tener fin. Quienes piensan así fortalecen su idea con el hecho de que Rocha se quedó fuera de dos fotografías muy importantes de los gobernadores de la 4T con el Presidente López Obrador y otra con la futura Presidenta y los líderes de Morena. Pero más que fuera de las fotos, nos dicen, el mandatario sinaloense podría estar fuera de la jugadas políticas de relevancia.
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