La Brecha de Guerrero es la que más preocupación y vigilancia tiene hasta el momento en el Servicio Sismológico Nacional (SMN), debido a que no ha tenido actividad desde hace más de 100 años, lo que constituye un riesgo sísmico, alertó el experto Víctor Hugo Espíndola.
Además, hay diversas zonas en Guerrero, Michoacán y Oaxaca con más de 40 años también sin movimiento.
“La misma región de donde se produjo el sismo de 1985 ya va para 40 años sin movimiento, y son ciclos que se van retomando, pero los mismos parámetros al interior de la tierra van cambiando y por ello es difícil predecir en dónde puede ocurrir un nuevo sismo, pero en periodos de más de 30 años ya existen muchas regiones de la República Mexicana en donde el peligro sísmico va aumentando y el mayor es la Brecha de Guerrero”, aseguró a La Razón el sismólogo de la UNAM.
El especialista reconoció que se desconoce todo el potencial sísmico en el país y por ello es necesario estar preparados, aunque la región de las costas de Guerrero, Oaxaca y Michoacán es de las más estudiadas por posibles riesgos.
Sostuvo que el país está más preparado que en 1985 y 2017, años de los dos últimos grandes sismos, aunque aclaró que un movimiento telúrico de grandes magnitudes siempre toma por sorpresa a quien sea.
“Yo pienso que estamos mejor preparados que antes, pero nunca se está completamente preparado, pero mejor que hace 37 años y cinco años sí lo estamos (sic). Cuando ocurre un sismo, siempre nos agarra en sorpresa y uno de los factores es que hay muchos inmuebles viejos, anteriores a 1985, que se encuentran dañados y que pueden tener aún más afectaciones”, advirtió.
Estos dos últimos sismos los hemos vivido las generaciones actuales y por ello causa temor cada año este mesVíctor Espíndola <br>Sismólogo de la UNAM
El especialista Hugo Espíndol expuso que, aunque en cada septiembre se han dado los sismos más fuertes en el país, más que tener miedo se vuelve una necesidad avanzar en la preparación de los protocolos de seguridad para responder ante un evento de grandes dimensiones, pues a pesar de que hay coincidencias, no necesariamente se debe tener temor durante este mes, puesto que en 1957 el gran sismo ocurrió durante un mes de julio.
“Lo que pasa es que estos dos últimos sismos los hemos vivido las generaciones actuales y por ello causa temor cada año este mes”, explicó.
