Históricamente septiembre es el mes más lluvioso del año y donde hay más huracanes, pero, ¿sabes cuáles son las categorías de cada uno, los daños que pueden producir y las recomendaciones que debes seguir en caso de que estés afectado por uno? En La Razón te decimos.
La escala que otorga las categorías a estos fenómenos se llama Saffir-Simpson, fue creada por el ingeniero de vientos Herb Saffir y el meteorólogo Bob Simpson, y es una herramienta excelente para determinar los posibles impactos de un huracán.
La norma provee diferentes ejemplos sobre los daños e impactos ocasionados por vientos que se dejan sentir por el paso de un meteoro.
Categorías previas
Antes de que se genere un huracán, hay categorías previas como zona de inestabilidad con potencial de desarrollo ciclónico, cuando se detecta el fenómeno, Depresión Tropical y Tormenta Tropical.
Huracanes y sus categorías
La categoría 1 se produce cuando hay vientos de 119 a 153 kilómetros por hora (km/h) y las afectaciones son principalmente: caída de techos de madera, rotura de tejas, rompimiento de algunas ventanas mal colocadas, caída de letreros, daños al tendido eléctrico y afectaciones a letreros. Se generan encharcamientos masivos e inundaciones.
"Dolly" (2008) es ejemplo de un huracán que trajo vientos de categoría 1 e impactó la Isla del Padre Sur en Texas.
La categoría 2 va de los 154 a los 177 km/h y entre los daños que puede provocar se encuentran: posibles impactos de escombros volátiles con ventanas de edificios altos, por lo que trozos de vidrio pueden caer y significar una amenaza aún después de la tormenta; muchos de los árboles sembrados a poca profundidad se quebrarán y caerán, bloqueando el paso a numerosas calles y carreteras, cortes de electricidad y apagones que pudieran durar varios días o semanas, a su vez, el suministro de agua potable podría escasear debido a la falla de los sistemas de filtración. En esta categoría, las inundaciones son fuertes y hay desbordamiento de ríos y arroyos.
"Frances" (2004) es ejemplo de un huracán de vientos de categoría 2, que impactó las zonas costeras de Port St. Lucie en la Florida.
La categoría 3 va de los 178 a los 209 km/h. Se generan amplios daños: grandes árboles derribados, al igual que anuncios y letreros que no están instalados sólidamente. Puede haber daños a los tejados de los edificios y también a puertas y ventanas, así como a las estructuras de los edificios pequeños y de casas móviles. Respecto a las marejadas, pueden llegar a dos o tres metros sobre su nivel normal, además de que puede haber inundaciones en extensas áreas de las zonas costeras, con amplia destrucción de edificaciones que se encuentren cerca del litoral.
"Iván" (2004) es ejemplo de un huracán que trajo vientos de categoría 3 e impactó las zonas costeras del Golfo de Alabama, mientras que se experimentaron condiciones de categoría 2 en ciertos lugares de la ciudad.
En la categoría 4 hay daños catastróficos, sus vientos son de 210 a 249 km/h. Hay alto riesgo de lesiones y muertes en personas, ganado y mascotas debido a los escombros volátiles y la caída de objetos. Las casas mal construidas se pueden colapsar por completo por el derrumbe de todas las paredes y la pérdida de la estructura de los techos. Casi todos los árboles se quebrarán, y aquellos de poca raíz se derrumbarán, arrastrando a su paso muchos de los postes eléctricos, bloqueando el paso o aislando a comunidades enteras.
"Charley" (2004) es ejemplo de un huracán que trajo vientos de categoría 4 e impactó las zonas costeras de Punta Gorda en la Florida.
La categoría 5 es la máxima y va de los 249 km/h en adelante. Sus consecuencias son inundaciones graves, fallecimiento de personas, ganado y mascotas, casas destruidas, escombros convertidos en proyectiles, deslaves, crecida de ríos, lagos y arroyos, carreteras intransitables, caída de edificios, arrastre de árboles, cortes de luz, agua y falta de servicios básicos.
"Andrew" (1992) es ejemplo de un huracán que trajo vientos de categoría 5 e impactó las áreas costeras de Cutler Ridge en la Florida.
Recomendaciones
La máxima recomendación es seguir las indicaciones de Protección Civil de cada estado, así como estar atento a los informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Además, resguardarse en el hogar, pero en caso de una emergencia mayor, tomar papales importantes y dirigirse a un refugio.
KEFS