Un mes tardó Rubén “N” en llegar a la Ciudad de México desde Nicaragua, sorteando asaltos, secuestros, caminatas de más de ocho horas y quedándose a dormir en cerros, montañas y albergues para alcanzar su sueño de llegar a Estados Unidos.
“El trayecto fue muy duro, porque en el traslado debes sortear muchos peligros como robos, secuestros, largas caminatas y pasar hambre. Allá dejé a mi esposa, hija y madre, pero tengo que buscar un mejor futuro para ellas, ya que allá no hay trabajo y es muy difícil sobrevivir”, explicó a La Razón.
El migrante contó que salió de la capital de su país, se trasladó a Honduras y Guatemala, hasta entrar de manera irregular por el río Suchiate, en Chiapas. De ahí fue a Tabasco y Veracruz, y luego hasta la capital de México, tomando al menos cinco autobuses y caminando en un mes de viaje.
“Salí el 15 de mayo y acabo de llegar al albergue, porque Médicos sin Fronteras me ayudó a colocarme. En el camino vi muchos secuestros y asaltos; afortunadamente escapé de ello, pero lo que sí veo es que hay muchos compañeros que transitan por carreteras y cerros, o camiones, para avanzar a EU. Hay mucha migración que no se detiene y sigue entrando”, dijo.
Por esta razón, representantes de albergues en la Ciudad de México aseguraron que la falta de recursos y espacio es el principal problema para atender a los migrantes que atraviesan la capital y por ello, dijeron, no hay manera de que, en caso de un aumento en los éxodos, reciban a tantas personas.
El trayecto fue muy duro, porque en el traslado debes sortear muchos peligros como robos, secuestros, largas caminatas y pasar hambre. Allá dejé a mi esposa, hija y madre, pero noRubén “N”, Migrante nicaragüense
hay trabajo y es muy difícil sobrevivir
Y es que el creciente éxodo de migrantes irregulares en el país se ha visto reflejado en el sur y en el norte del territorio, pero también en el centro. De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación (Segob), en la Ciudad de México aumentaron siete veces las detenciones de indocumentados (609 por ciento) en los primeros cuatro meses del 2022, si se comparan con el mismo periodo del año pasado, al pasar de 322 a dos mil 285.
Las alcaldías con mayor presencia de extranjeros irregulares son Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Venustiano Carranza.
En la capital del país, los refugios no tienen capacidad para más allá de 100 personas, pues los más grandes, Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes (Cafemin), en la alcaldía Gustavo A. Madero, y Tochan, en Álvaro Obregón, sólo cuentan con cien y 60 lugares, respectivamente, para que las personas pernocten.
Otros albergues, como Citlaltépetl, en la Cuauhtémoc, tuvieron que cerrar por falta de capacidad, aunque hasta el momento los migrantes siguen llamando para que les den un lugar para dormir.
Tenemos 26 lugares libres y en cuestión de alimentos, pues tenemos frijoles y arroz. Nos alcanzaría con dificultades para atender a más gente, pues el espacio físico no alcanza para todosGabriela Hernández, Directora del albergue Tochan
“Cerramos hace como cinco años y ahora sólo damos atención o de trámites legales; antes éramos refugio para exiliados, por lo que nos siguen llamando para solicitar albergue, pero les decimos que ya no estamos abiertos”, dijo Griselda Triana.
Ricardo Hernández, de la Casa de Tránsito, ubicada en Álvaro Obregón, dijo a este diario que en el lugar sólo dan alimento, prestan computadoras, y ayudan con servicios legales y de salud, porque no cuentan con espacio para dejar que las personas se queden.
“Es un espacio muy reducido y realmente son alimentos muy básicos como cereal, leche o damos despensas, ya que no hay un lugar para tener a la gente”, dijo.
Gabriela Hernández, directora del albergue Tochan, explicó que en el lugar hay hasta el momento 34 personas durmiendo, de 40 lugares disponibles, aunque hay 20 colchonetas extra para dormir en el exterior, en caso de una emergencia mayor.
“Tenemos 26 lugares libres y en cuestión de alimentos, pues tenemos frijoles y arroz. Nos alcanzaría con dificultades para atender a más gente, pues el espacio físico no alcanza para todos”, explicó.
Mencionó que la obligación de atender es de las autoridades y ellos son sólo un apoyo, pues en la caravana que llegó de haitianos en el 2021 se prometieron apoyos a los albergues, pero nunca se dieron.
“Nos daban algunas raciones de comida, pero era diferente a lo que ellos (los migrantes) comen, ya que son culturas diferentes; el gobierno no nos apoya y las raciones que nos dan sirven para los mexicanos de escasos recursos.
“Los criminalizan por ser migrantes y las autoridades y maras buscan cooptarlos en cualquier momento; por eso deciden salir de sus naciones, ya que no pueden seguir viviendo en sus países, pues es complicado sin oportunidades de desarrollo”, mencionó.
La Razón buscó a la Casa de Refugiados y Casa de los Amigos, que son otros lugares en donde se podrían recibir a los indocumentados, pero no hubo respuesta, debido a que algunos ya cerraron sus puertas tras la pandemia.
No hay un censo para conocer cuántos albergues hay realmente en la Ciudad de México, ya que muchos son sólo de paso, aunque la Red DH Migrantes consigna en su directorio los 10 más grandes.
- El dato: El fin de semana se disolvió la caravana migrante que partió de Tapachula, Chiapas, el pasado 6 de junio, al entregar documentos migratorios a cerca de 7 mil de sus integrantes.
En Monterrey protestan y se suturan los labios
Cientos de migrantes protestaron ayer en Monterrey, Nuevo León, unos en la Central de Autobuses y otros marcharon al Palacio de Gobierno para exigir que se les permita llegar a lPiedras Negras o Ciudad Acuña, en Coahuila, para pedir asilo en Estados Unidos.
Un grupo de aproximadamente 300 personas, principalmente de Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela, protestó en la terminal para exigir que se les libere el paso hacia Coahuila. Al menos diez personas se suturaron la boca como forma de protesta.
Más tarde y al no tener respuesta, unas 700 personas marcharon hasta el Palacio de Gobierno para aumentar sus protestas.
De acuerdo con medios locales, unos dos mil extranjeros quedaron varados desde el pasdo lunes en esta terminal, luego de que el gobierno de Coahuila les impidió el paso al estado cuando viajaban en autobús hacia Piedras Negras y Ciudad Acuña, y los regresó a Monterrey.
Los indocumentados señalan que el Instituto Nacional de Migración (INM) ordenó a las empresas de autotransporte no venderles boletos, sobre todo si se trata de originarios de Venezuela o Nicaragua.
Añadieron que tienen un permiso por 30 días que les dieron las autoridades migratorias en Chiapas, sin embargo, este plazo está a punto de terminar en esta semana, por lo que solicitan al Presidente Andrés Manuel López Obrador hablar con el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme, para que los dejen abordar los transportes a la frontera norte.
“No queremos alimento, ni nada, solo queremos que nos atiendan y nos deben salir del estado; no queremos quedarnos en México, solo queremos avanzar a Estados Unidos. Pedimos al Presidente Andrés Manuel López Obrador que hable con el gobernador de Coahuila para que nos dejen avanzar”, indicó uno de los migrantes.