Para llegar al descanso eterno

¿Cuáles son los nueve niveles del Mictlán y por qué dicen que son tan difíciles?

Para alcanzar el descanso eterno, necesitamos llegar al Mictlán, pero antes, deberemos superar nueve niveles, como si de videojuegos se tratara

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Especial

Pareciera que hablamos de un videojuego, ¿no? Sin embargo, de acuerdo a la cultura prehispánica, lograr el descanso eterno al llegar al Mictlán, era la recompensa que un ser humano tenía luego de haber superado varios niveles, los cuales se comenzaban a ejecutar al morir.

El Mictlán, ese lugar al que van las almas luego de morir, se alcanza luego de haber superado estos nueve ciclos, nueve episodios que están compuestos de diversos obstáculos que no serán nada fáciles de vencer. Hoy, en víspera de la llegada de los fieles difuntos, te compartimos cuáles son esos 9 niveles y te decimos por qué es tan complicado de superar cada uno.

Nueve niveles del Mictlán.
Nueve niveles del Mictlán.

¿Cuáles son los nueve niveles del Mictlán? 

Las narraciones prehispánicas dicen que cuando mueres, pasas cuatro años superando diversos niveles para lograr el descanso eterno que supone el Mictlán. Esos niveles se van superando hasta que logras descarnarte y, entonces sí, despojarte de todo lo que tenías en vida, para que logres ese descanso eterno.

Los nueve niveles del Mictlán, son los siguientes:

  1. Itzcuintlan. Quizá este nivel sea el más emotivo de todos, pues Itzcuintlan es un lugar en el que eres recibido por un xoloitzcuintle, representado por los perritos que ya murieron y que ayudaste en algún momento de tu vida. No lo decimos nosotros, lo decían los mexicas y lo confirma el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INAH. Su nombre significa: lugar en el que habita el perro.
  2. Tepectli. En este lugar los cerros se juntan; su nombre proviene de dos grandes montañas que chocan constantemente. El señor de las montañas es quien gobierna este sitio, en el que, si no logras pasar, es porque fuiste triturado por los cerros.
  3. Iztepetl. El nombre viene de la región de la obsidiana, en donde habita el conocido como “señor del castigo”. Él vigila un cerro que está cubierto de pedernales filosos cuyo objetivo es desgarrar a las almas que pasan por ahí. Les dijimos que alcanzar el descanso eterno tampoco era fácil.
  4. Itzehecayan. En este sitio hay mucha, mucha nieve. Cuentan las leyendas prehispánicas que hay muchos callados de hielo y fuertes vientos que descubren a quienes viajan ocultos por ahí. Al descubrirlos, los vientos también se llevan las pertenencias que tuvieron en vida. Queremos suponer -esto es apreciación nuestra- que nos despojan también de eso que traemos cargando y con lo que no podemos más.
  5. Paniecatacoyan. “El lugar donde la gente vuela”. La gravedad ahí no existe. En este lugar, la gente deja las cosas terrenales que los ataban al mundo de los vivos. Lo que te contábamos en el nivel cuatro.
  6. ​Timminaloayan. Este es una camino de piedra lisa en donde paran todas las flechas que son disparadas en algún momento de la vida. Ellas podrían atravesar a algunas de las almas que pretenden llegar al Mictlán para el descanso eterno.
  7. Tecoyohuelaoyan. Estás a dos niveles de llegar al descanso eterno, sin embargo, los jaguares no te la dejarán fácil. Aquí, cuando llegas, ellos abren el pecho de tu alma y se comen el interior.
  8. Izmictlan Apochcalolca. Cuando las almas llegan al penúltimo nivel, atraviesan un río de aguas negras, un lugar en el que terminan de descarnarse.
  9. Mictlán. Este es el último de los nueve niveles para lograr el descanso eterno, sin embargo, todavía te queda una prueba por pasar: debes cruzar el río con nueve caudales, los cuales están relacionados con los nueve estados de la conciencia. Haciéndolo, entonces conseguirás el descanso eterno.

¿Cómo ves? ¿En cuál nivel del Mictlán crees que te quedarías?

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