En Acapulco, Guerrero
Alrededor de 800 kits de enseres electrodomésticos son entregados diariamente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Acapulco, Guerrero, y en tres meses más esperan aumentar, para concluir la promesa del Gobierno federal de dotar a todos los habitantes de lo perdido tras el paso del huracán Otis.
El Centro de Convenciones de Acapulco se convirtió en la bodega de almacenamiento más grande del país, pues diariamente llegan camiones con refrigeradores, licuadoras, colchones, juegos de sartenes, estufas y ventiladores para la gente que lo perdió todo.
La Sedena coordina la llegada de los tráileres al lugar, descarga los enseres y los clasifica, para después llenar los 40 camiones que se encuentran listos para trasladar los electrodomésticos a las colonias previamente censadas y con mayor afectación.
Los enseres, por el momento, sólo se reparten en Acapulco, pero esperan que a la brevedad se haga en el municipio de Coyuca de Benítez, que también fue afectado por el sistema tropical. De acuerdo con la Sedena, diariamente se hacen de 10 a 12 viajes y en cada camión llevan ocho kits (ocho elementos de cada electrodoméstico), a través de una coordinación con la Guardia Nacional (GN).
En la localidad Llano Largo llegaron los camiones con una gran convocatoria ciudadana; desde horas antes, los habitantes ya habían hehco largas filas para recibir sus productos y poder estrenarlos.
René Juárez Cruz se siente más tranquilo con la llegada de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional a su colonia, debido a que durante el paso del fenómeno meteorológico perdieron todo y los enseres representan un nuevo comienzo.
“Sufrimos mucho por las inundaciones y lo que pasó con el huracán. La verdad me siento muy contento porque, de perder todo, estamos recuperando lo más esencial, lo que se ocupa en casa”, declaró la víctima de Otis.
Gisela Mendoza Ríos agradeció “infinitamente” el apoyo de las Fuerzas Armadas, porque después de 15 días de promesas, por fin se cumplieron los apoyos que tanto necesitan. “Reconozco todo lo que han hecho por nosotros, a todos los que han puesto el corazón para ayudarnos. Todo lo material lo perdimos, pero esto repone de alguna manera lo que ya no tenemos, pero ahora es un nuevo comienzo. Estamos vivos y eso vale más”, indicó.
El censo para el apoyo de electrodomésticos fue hace 15 días, pero apenas les avisaron esta semana, vía WhatsApp, y de inmediato acudieron a un campo de futbol para recoger todos los insumos, llevarlos a casa y estrenar. La mayoría llegó con fletes para trasladar todos los artículos y, otros más, cargando, en triciclos y hasta en los toldos de sus autos.
“Me siento muy bien, porque nosotros estuvimos esperando el apoyo. Nosotros perdimos en casa las camas, las pantallas y el refri que acababa de comprar”, dijo Leonarda Gómez Aguilar.
La madre de familia explicó que tenía un mes de sacar su refrigerador, pero éste quedó “nadando” por el huracán. Por ello, no ha dejado de pagarlo, ya que no le dieron prórroga; sin embargo, asegura que está tranquila porque tiene uno nuevo. “Lo pedí a meses sin intereses, pero hay que pagarlo como sea, no hemos dejado de pagarlo, pues apenas abrió la tienda, fuimos a regularizarnos, porque queremos ver si nos daban tiempo de espera”, agregó.
Kecia Jiménez mencionó que “es muy buena ayuda la que les dieron” porque logró recuperar sus cosas; sin embargo, mencionó que ahora les urge otro tipo de acciones, como recoger la basura o liberar completamente las calles de los desechos, pues comentó que la recuperación de Acapulco es paulatina.
“Lo que sigue es reunirnos, porque por el huracán nos separamos todos; tuvimos que mandar a mi madre a Tijuana en lo que recuperamos su casa”, indicó.
Lucía Salgado dijo que “aunque sea caminando se lleva sus cosas”, porque no va a dejar perder la oportunidad de recoger lo que tanto necesitan en estos momentos. “Nosotros perdimos todo; el agua nos llegó hasta el ombligo y ahora lo que pensamos es darle mantenimiento a nuestro hogar, pues necesitamos adaptarnos a lo que vaya a venir después”, dijo.
Con una gran convocatoria y alegría, las familias trasladaron sus nuevos electrodomésticos hasta sus hogares; incluso, algunos ya listos para estrenarlos en la primera comida familiar que tengan.
Algunos hicieron filas durante horas, mientras otros, al recibir los productos, abrazaron a quienes se los entregaban como modo de agradecimiento y algunos más no hallaron la forma de expresar su emoción. El orden, eso sí, imperó en todo momento, lo que fue clave para que no hubiera otras situaciones que pudieran dañar la entrega.
Los habitantes ahora esperan que el Gobierno federal les dé sus apoyos de ocho mil pesos para dar mantenimiento a sus hogares, pues requieren de pintura “o una manita de gato”.