Durante la administración federal actual, seis niñas, niños y adolescentes han sido víctimas de trata de personas en promedio cada semana, un delito que además se ha duplicado en este sexenio.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) detallan que desde diciembre de 2018 hasta marzo de este año, mil 385 menores entre cero y 17 años han sido víctimas de este ilícito.
Para el primer mes de esta administración el número de víctimas fue 27. En 2019, el primer año completo de Gobierno, se contabilizaron 208, 12.9 por ciento por debajo del año que le antecedió y en donde se documentaron 239.
Sin embargo, desde entonces las cifras no dejaron de ascender, pues para 2020 hubo 267 víctimas; en 2021, 374; en 2022, 429, mientras que hasta el primer trimestre de este año ya se identificaron a 80.
De éstas, resalta que 13 niños y cuatro niñas, que en suma representan 21 por ciento, se registraron en el primer mes del año en Sinaloa, lo cual se ubica como la cifra más elevada registrada para una misma entidad federativa dentro de un mes.
El recuento de las cifras por el tiempo transcurrido deja ver que entre el primer año completo de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y el último —2022— aumentó 106 por ciento el número de menores víctimas de trata, delito que no sólo implica fines sexuales, sino también aquellos como la explotación laboral infantil, explicó Gabriela Ruiz, responsable de la línea de Investigación Trata de Personas en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.
En entrevista con La Razón, la experta explica que este delito tiene un carácter trasnacional, pero que ante las condiciones económicas de pobreza y desigualdad en México, el panorama se “recrudece”, y más con la convergencia de las diversas afectaciones que generó la pandemia por Covid-19, más allá de la salud física.
“La trata de personas es un fenómeno complejo que está situado en este entramado de violencias estructurales, culturales y directas. (La pandemia) tuvo repercusiones en el tejido social, en las condiciones económicas, y agudizó estas pobrezas que atraviesan el mundo íntimo. Niñas y niños tuvieron que dejar las escuelas y sumarse a actividades productivas económicas”, dijo.
En este contexto, señaló que las condiciones de trabajo infantil y la trata de menores son conceptos distintos, pues el primero implica que menores de edad laboren para apoyar en el sustento de su familia, como producto de contextos adversos para todos sus integrantes.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), explicó, en México, había hasta 2022 un estimado de 3.2 millones de menores en actividades económicas —70 por ciento dentro de la agricultura—, 177 mil más de lo documentado antes de la crisis sanitaria.
Por el contrario, la trata involucra la participación de personas con las que los menores no tienen lazos sanguíneos y que tiene diversos fines más allá del sexual y con elementos específicos.
“La trata de personas tiene tres elementos constitutivos que son las actividades: se capta, se traslada y se transporta a través de la el engaño, la seducción, la fuerza. Los fines que se enlistan son la mendicidad, el matrimonio forzado, las adopciones ilegales, la inclusión de niñas y niños en actividades ilícitas”, detalló.
Compartió que como parte de las investigaciones que realiza, se ha identificado una prevalencia importante de trata con fines de explotación sexual en niñas y mujeres en México.
Congelan 234 iniciativas para proteger a menores
Al menos 234 iniciativas a favor de la niñez e infancias se encuentran congeladas en el Congreso de la Unión desde la pasada Legislatura, de las cuales, 204 (87 por ciento) están atoradas en comisiones de la Cámara de Diputados y el resto (13 por ciento) se encuentran en vías de aprobación en el Senado.
Ante este panorama, expertos aseguran que este 30 de abril, Día Internacional del Niño, “no hay nada qué festejar”.
Los temas en espera son principalmente para agilizar tiempos de adopción, contra reclutamiento ilícito de niñas, niños y adolescentes, trata, vacunación infantil, presupuesto adecuado, reconocimiento de derechos de la niñez afromexicana, enfermedades mentales, violencia escolar (bullying) nutrición y acceso a medicamentos oncológicos, entre otros.
Para Alma Maldonado, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, la situación es muy alarmante.
“Definitivamente no hay nada que festejar este Día del Niño, es un 30 de abril donde no se atendió como se debía a los menores tras la pandemia, no se procuró su bienestar. En los últimos episodios de violencia ha habido muchos niños muertos y eso es preocupante, ya que es algo que no era común”, expresó.
La experta aseveró que el trabajo de diputados federales y senadores no ha sido el adecuado, pues no les dan celeridad a los temas de las infancias.
“No ha sido adecuado porque hay mucha lentitud, pero hay que ver por qué hay tantas iniciativas, ya que se ve que corrigen a cada rato esas mismas, lo que demuestra una falta de coordinación; aparte que es necesario ver cuáles son las que se necesitan, pues por ello terminan muchas leyes parchadas”, explicó.
Maldonado dijo que tener decenas de iniciativas atoradas es un reflejo del trabajo legislativo que es inoperante en el tema de los menores, pues las leyes deben cumplirse, pero al parecer diversos temas están quedando de lado.
Detalló que el Congreso está mal organizado y la prueba, es que se avaló todo de rápido sin un análisis en esta semana y en el Senado lo paran, lo que demuestra que no hay un correcto trabajo legislativo.
“Todo eso es un reflejo de cómo funciona el país”. Por si fuera poco, alertó, la violencia se ha ido normalizando en este sector de la población, ya que cada vez es más común ver episodios en donde mueren menores.
“Ya vemos que matan niños y eso no era común, pero ahora vemos ejecuciones y eso es el mejor ejemplo de lo que está ocurriendo en el país, los menores no están mejor que hace cinco años”, dijo.
Juan Martín Pérez, coordinador de la organización Tejiendo Redes Infancia en América Latina y El Caribe, coincidió en que este Día del Niño no es una fecha que pueda celebrarse.
“En medio de regresiones e indicadores negativos, lo único que se puede salvar es que cada vez es mayor la denuncia en el ámbito escolar y social.
“Hemos insistido en una política pública para los menores, ya que se ha caracterizado esta Legislatura por cerrar la conversación con la sociedad civil y los parlamentos abiertos fueron muy escasos”, enfatizo Martín Pérez.