Aves exóticas dentro de botellas de plástico sin tapa para que puedan respirar, loros apilados por horas en cajas diminutas de cartón compartiendo espacio con cadáveres de su especie, lobos marinos a dos mil kilómetros de su hábitat natural, deshidratados y encerrados en cajas de madera con minúsculos agujeros o tucanes envueltos en bolsas de plástico, son algunas de los métodos que utilizan traficantes de vida silvestre para poder venderlos por el mundo, incluido México.
Se trata de un negocio que a nivel mundial representa ganancias de hasta 23 mil millones de dólares anuales para los tratantes de fauna, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En Europa, por ejemplo un Tucán puede venderse hasta en cuatro mil euros, es decir, alrededor de 87 mil 720 pesos. En abril de 2019 fue detenida en la Ciudad de México una pareja que transportaba un león albino, el dueño se comunicó con el vendedor quien acudió para presentar los documentos que acreditaban su legal posesión. En esa ocasión, Javier como dijo llamarse el vendedor, dijo que un cachorro como ése tenía un precio de 85 mil pesos en nuestro país.
De acuerdo con la Organización International de Policía Criminal, mejor conocida como Interpol, coincide en que cada año se mueven unos 20 mil millones de dólares a nivel mundial por el tráfico de animales y especies de flora.
En entrevista con La Razón, Blanca Mendoza Vera, procuradora Federal de Protección al Ambiente (Profepa), consideró que esos montos son muy conservadores, y aclaró que en México, no hay cifras, porque a partir de la llegada de la 4T al Gobierno federal es cuando se ha comenzado a recabar dicha información.
“En estos 20 mil millones de dólares no estarán incluido el tema de la Totoaba porque el problema es de tal magnitud y trascendencia que en el mercado negro de la compra venta de Totoaba, de acuerdo con datos que también nos han sido compartidos, pues llega a superar los 50 mil dólares un solo ejemplar, esto es verdaderamente delicadísimo el tema de la Totoaba”, dijo la titular de la Profepa.
De acuerdo a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sólo por la venta de un kilo de buche de totoaba a traficantes asiáticos oscila entre 2 mil hasta los 5 mil dólares, para revenderse en el mercado negro por un valor que llega a los 9 mil dólares. Su pesca está prohibida.
El buche de totoaba se vende principalmente en el mercado asiático, cuyo vientre natatorio se le atribuyen capacidades curativas y afrodisíacas, por lo que un plato de caldo de totoaba que puede consumir sólo una élite de sociedad, se ofrece de 4 a 6 mil pesos.
Reportes confirmados por la Fiscalía General de la República, han relacionado el tráfico de la totoaba con actividades de células del cártel de Sinaloa, quienes son conocidos como los llamados “chinaloenses”.
En México, durante 2020, la Profepa recibió alrededor de 10 mil denuncias de tráfico de especies, la mitad de ellas son animales silvestres y el resto plantas y maderas preciosas, explicó Mendoza Vera.
“Es muy importante la figura de la denuncia porque las personas que se encuentran en los sitios donde se extraen los animales son fundamentales para darnos a conocer todo lo que está pasando en materia de flora y de fauna. Este año recibimos, a pesar de la pandemia, más de 10 mil denuncias, alrededor de la mitad fueron de vida silvestre y el resto de flora y con base en esto es como ordenamos que se practiquen inspecciones”, aclaró Mendoza Vera
Inicia 2021 con tráfico en norte y sur de México
Apenas el pasado sábado 2 de enero, elementos de la Guardia Nacional detectaron a un par de traficantes que llevaban escondidos en cajas de cartón y trasladaban a bordo de una motocicleta a ocho loros cabeza amarilla en una zona selvática del estado de Tabasco.
Ese mismo día, en Navojoa Sonora, una leona y dos tigres de bengala, ganado vacuno y equino fueron asegurados por la Fiscalía General de la República apoyados por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional al cumplimentar una orden cateo en un inmueble ubicado en la región de Santa Rosalía de Tesia, en ese municipio.
El tráfico de vida silvestre se ha vuelto cada vez más creativo para intentar burlar a las autoridades. En Indonesia por ejemplo, 21 cacatúas de cresta amarilla, una especie en peligro de extinción, fueron introducidas en botellas de refresco y sólo dejaron el espacio donde enrosca la tapa para que pudieran respirar.
En noviembre de 2019, dos ejemplares de lobo marino fueron rescatados cuando dos sujetos los transportaban en cajas de madera en las inmediaciones del metro Xola, en la Ciudad de México. Los animales presentaban una grave deshidratación.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), revelan que, hasta noviembre pasado, en México se tenía registro de mil 111 personas detenidas, una disminución de 23 por ciento, respecto a 2019 cuando se arrestaron mil 435 personas por delitos contra el ambiente y la gestión ambiental.
La Profepa realizó más de cuatro mil recorridos de inspección en diversas áreas del territorio para tratar de inhibir a los criminales. Estos recorridos, dijo la procuradora Mendoza se acompañan con cuatro drones con lo que la cobertura es mucho más amplia y representa un riesgo menor para los inspectores de Profepa.
Mendoza Vera explicó que son nueve las especies de mamíferos mexicanos que más se trafican como el mono araña o el aullador, el jaguar o el ocelote, pero “lamentablemente también son muy demandados las aves como los pericos, las guacamayas o los tucanes e incluso nuestra insignia nacional, el águila real se ha convertido en blanco de los criminales.
El Código Penal Federal contempla penas que van de uno a nueve años de prisión y de trescientos a tres mil días multa, a quien trafique con recursos forestales, flora o fauna silvestre viva o muerta.
La titular de la Profepa dijo que prácticamente no hay un espacio del territorio nacional donde no se trafique ya sea con animales, aves, madera o plantas, principalmente orquídeas, aunque también las cactáceas tienen una gran demanda en el mercado. Todos los estados presentan un problema y por ello las autoridades ambientales deben llevar a cabo más de mil 400 inspecciones en zonas frecuentadas por las bandas organizadas de saqueadores de lugares naturales.
“Consideramos que el mayor tráfico se presenta en los estados del sursureste. Chiapas, por ejemplo, es un estado que por su biodiversidad constantemente hay este tipo de actividades, pero no solamente es Chiapas, es Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Tabasco; igualmente Nayarit, Colima, Tamaulipas, nuestro país es tan megadiverso que tenemos problemas de este tipo en prácticamente la totalidad del territorio nacional”, enfatizó la titular de Profepa.
Estas especies, dijo la funcionaria de la Secretaría del Medio Ambiente, son trasladadas, principalmente a centros urbanos donde se ubican los principales mercados. Son ciudades como la de México, Guadalajara, Mexicali, Tijuana, Ensenada, Nuevo Laredo, Reynosa, Mérida incluso a Celaya, Guanajuato, donde ubicaron un consumo creciente de animales exóticos.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente alertó también que este comercio ilegal de vida silvestre representa un peligro real para la biodiversidad y los ecosistemas, pero también para la salud humana, ya que una serie de enfermedades emergentes provienen de productos animales.
Blanca Mendoza reconoció que a pesar del esfuerzo de Profepa para impedir el tráfico de especies resulta insuficiente y por ello unen fuerzas con otras dependencias como la Guardia Nacional, la Marina o la Secretaría de la Defensa Nacional, para poder abarcar más áreas del territorio nacional y atacar el problema con mayores probabilidades de éxito.
Otro dato de Profepa es contundente: 77 por ciento de pericos muere durante la captura, acopio, transporte, distribución y venta antes de llegar al comprador; la dependencia estima que anualmente mueren entre 50 a 60 mil pericos en su comercialización, que se lleva a cabo vía redes, Internet e incluso en mercados de ciudades como Guadalajara, Jalisco, León, Guanajuato y la Ciudad de México.
Por su parte, la organización ambientalista “Animal Héroes”, denunció que cada año se comercializan más de 200 mil especies en el mundo.
Jimena Noguera, vocera de la organización recordó que el último gran golpe que dieron las autoridades a estos traficantes fue en noviembre pasado cuando lograron rescatar más de 20 mil especies salvajes en un local ubicado en Iztapalapa. En esa ocasión fueron rescatados reptiles como tortugas, lagartijas e incluso Monstruos de Gila, así como aves exóticas como el Tucán.
Noguera destacó que “el tráfico de animales representa la tercera actividad ilícita más rentable, solo por detrás del narcotráfico y la trata de personas”.
Tanto la Procuradora Federal de Protección al Ambiente como la vocera de Animal Héroes coincidieron en que hace falta una regulación más efectiva y sanciones más severas para poder inhibir este delito que afecta gravemente a la fauna silvestre del país que está en alto riesgo de extinguirse.