Y nos piden estar pendientes de hacia qué actor político de relevancia en la política de Bolivia se decanta el Gobierno del Presidente López Obrador, ahora que el expresidente Evo Morales y el actual mandatario Luis Arce se han vuelto rivales. Es conocido que hacia los dos políticos se tiene afinidad en el gobierno actual: a Evo, por ejemplo, el gobierno lo sacó de su país en una complicada maniobra de rescate que llevaron a cabo militares mexicanos en 2019. Y a Lucho el mandatario mexicano lo recibió en 2021 en visita de Estado, cuando aún se vivía la pandemia, y lo llamó “amigo, compañero, hermano”. Ayer Evo salió a decir que el intento de golpe de Estado —que, por cierto, AMLO condenó— en realidad pudo ser un autogolpe orquestado por Arce. “Lucho faltó al respeto a la verdad, nos engañó, mintió, no sólo al pueblo boliviano sino al mundo entero”, dijo Evo. Y Arce le reviró con la petición de no ponerse del lado del fascismo. ¿Con quién se va la 4T? Uf.
