Arturo Islas Quintanar, investigador de la UNAM, explicó que tres de cada cinco huracanes están aumentando de intensidad por el calentamiento global, situación que ha creado una “situación atípica y anormal en el comportamiento de este fenómeno”.
Además, el epidemiólogo Efraín Contreras indicó que “se debe estar preparado para futuras enfermedades, tras el paso de fenómenos inesperados y lluvias torrenciales”.
Islas Quintanar indicó que los huracanes de alta intensidad como Otis, que recientemente devastó Acapulco, tienen consecuencias y movimientos en otros eventos climáticos.
Señaló que con Beryl se esperaba un fenómeno que fuera igual de “imprevisto” en su impacto, “lo que se podría convertir en la nueva normalidad”.
El especialista señaló que en los últimos cien años ha ocurrido un cambio notorio en el aumento de la temperatura que, si bien, para algunos podría ser mínimo, aumenta una décima de grado por década, convirtiéndose en un tema importante y alarmante, ya que los huracanes estarán presentándose con conductas más atípicas que, por ejemplo, hace una década.
“Podemos observar también que en las costas nacionales habrá muchas afectaciones por algo que se llama marea de tormenta, que es oleaje que golpea a las costas y que con el cambio climático se hace más alto por el crecimiento del nivel del mar, por lo que tormentas pequeñas de categoría 1 también podrían generar oleaje muy fuerte”, sostuvo.
El especialista calificó como “insólito este fenómeno”, por lo que invitó a la población y a los gobiernos a prever que los próximos huracanes serán de mayor impacto y afectarán cada vez más a las costas mexicanas que, además, ya se ven muy afectadas por la marea de tormenta.
Asimismo, aseguró que en la parte de medición y para prevenir dichos fenómenos y su impacto, “los modelos de cálculo científicos tienen que inicializarse con nuevas observaciones adecuadas a las diferentes condiciones climáticas, para que sea posible evitar desastres”.
En opinión del epidemiólogo Efraín Contreras, es importante mantener medidas de higiene tras el paso de tormentas o huracanes; indicó que este tipo de fenómenos “usualmente dan paso a nuevas enfermedades en las poblaciones”.
“Las estimaciones varían, pero este año se podría dar un aumento de hasta 42 por ciento en el número de huracanes extremadamente peligrosos; es decir, de categoría 4 y 5. Los huracanes pueden afectar nuestra salud de numerosas maneras, tanto a corto como a largo plazo y, además, dar paso a enfermedades como cólera, dengue y enfermedades del aparato digestivo”, indicó.
De igual manera, advirtió sobre las marejadas ciclónicas, que es el aumento anormal del nivel del agua del mar causado por una tormenta, encima de la marea habitual, y las inundaciones de agua dulce causadas por fuertes lluvias, las cuales pueden provocar que el nivel de los ríos aumente tierra adentro, desde la costa, y pueden provocar ahogamientos y lesiones.
Señaló que los niños corren un riesgo particularmente alto porque dependen de los adultos para su cuidado y protección, y pueden sentir sustos más intensos o quedar traumatizados por la perturbación causada por las tormentas.
“Las personas sin vivienda y las personas con enfermedades crónicas preexistentes son también especialmente vulnerables durante y después de los huracanes”, señaló.