Especialistas en el tema migratorio aconsejaron al Gobierno mexicano instaurar una política en la materia con enfoque humanitario, en lugar de gastar cantidades millonarias en deportaciones que sólo violan los derechos de las personas y desperdician recursos.
“Alimentos, ropa, pago de servicios y espacio es lo que necesitamos para poder atender a todos los migrantes que llegan buscando una mejor vida”, aseguró Isabel Turcios, directora de la Casa del Migrante Frontera Digna, en Piedras Negras, Coahuila.
En entrevista con La Razón, reaccionó con sorpresa al enterarse de que el Instituto Nacional de Migración (INM) gastó, del 2020 al 2023, dos mil 834 millones 205 mil 218 pesos para deportación de migrantes desde México a sus países de origen.
La responsable del lugar dijo que existen muchas carencias en los albergues del país, por lo que pidió a las autoridades ocupar ese dinero en la atención de las personas y no en temas que no benefician a nadie y violan los derechos humanos.
“Nosotros damos tres comidas diarias a las personas que se encuentran en el albergue y, al menos una, para la gente que se encuentra en las calles y viene a pedir. Nos falta, sobre todo, alimentos, ya que vivimos de lo que nos da la gente y vamos sobreviviendo, porque no tenemos algún apoyo de las autoridades federales o estatales; es un gran problema”, expresó.
Expertos en el tema aseguraron que gastar en la deportación de migrantes por la política de contención es inútil, debido a que apenas los dejan en la frontera o en sus países, de inmediato buscan la manera de regresar y, por ello, en más de una ocasión detienen a los mismos.
Luis García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana en Chiapas, opinó que es urgente cambiar la política migratoria del país para evitar que se sigan deportando personas y se respeten los derechos de los extranjeros irregulares, debido a que, al momento de que los detienen, los hacen firmar papeles, cuando en realidad son deportaciones.
“Es una gran violación de derechos humanos, independientemente de que México se ha convertido en uno de los países que más deporta gente en el mundo; esto debe ser muy preocupante. No sólo es un tapón humano, sino una violación muy excesiva, ya que vienen huyendo y los mandan a un contexto de violencia”, dijo el activista.
Señaló que ese dinero se debe ocupar en fortalecer una política humanitaria, principalmente en la que los agentes entiendan que están tratando con seres humanos, además de ver lo que pasa en la frontera sur, pues hay miles de personas que siguen varadas y nadie les hace caso.
García Villagrán explicó que las personas esperan por semanas respuestas de las autoridades, aguantando el frío y la falta de dinero o alimento, por lo que es necesario “humanizar” la política migratoria de manera urgente. “Es muy fuerte la presión de Estados Unidos, pues México sigue dependiendo de lo que ese país le ordene. Somos el muro de Trump y Biden y no sabemos qué va a pasar en los siguientes meses”, agregó.
En opinión de Esmeralda Siu, coordinadora de la Coalición Pro Defensa del Migrante en Baja California, con o sin deportaciones, los extranjeros indocumentados no van a dejar de salir de sus países y llegar a México, pues necesitan mejores oportunidades para sobrevivir y dar desarrollo a sus familias.
“Yo no sé para qué gastan, si el dinero se va a la basura, ya que apenas los dejan en la frontera o sus países, de inmediato regresan a México. Hay un flujo bastante fuerte de personas que amenaza con seguir al alza, mientras las autoridades siguen sin dar una respuesta humanitaria”, explicó.
Como todo el enfoque de la política migratoria en México es de contención, dijo, no se puede esperar más del Instituto Nacional de Migración (INM), cuando debería de ingresar a la gente al mercado laboral, darles desarrollo y mejores oportunidades.