Este día fue declarada la Fase 3 del brote epidemiológico de COVID-19 en México, esto significa que, como país, hemos entrado formalmente en la fase de epidemia, que se caracteriza por tener miles de casos y la suspensión de clases en escuelas y de actividades en centros laborales con brotes activos.
En la Fase 3, las recomendaciones de las autoridades de salud implican: no saludar de beso ni mano; suspensión de eventos ante brotes; suspensión de clases en escuelas con brotes activos; suspensión de actividades en centros laborales con brotes.
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En México, estas acciones se realizaron desde la Fase 2, como un intento de aplanar la curva de contagios y retrasar la entrada a la Fase 3, lo cual ha declarado en distintas ocasiones Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Pero, ¿no estábamos ya en epidemia? Técnicamente no. El 11 de marzo de 2020, la OMS declaró que existía una pandemia de COVID-19 en el mundo, una evolución de las epidemias que consiste en que la enfermedad comienza a salir de su punto de origen y se esparce a más países. Pasa de un estado local a uno mundial.
Cuando el brote epidemiológico llega a un país o territorio distinto a donde ocurrió el primer caso, puede caracterizarse en tres fases, que requieren diferentes grados de medidas de distanciamiento social, de acuerdo con el Plan Estratégico Institucional para la Atención de la Contingencia por COVID-19 del IMSS.
La Fase 1 se caracteriza porque en un territorio sólo hay casos importados: personas que estuvieron recientemente en países o territorios con presencia de COVID-19 y que fueron contagiados. Esta fase inició en México el 28 de febrero.
En la Fase 1 el número de casos positivos es de decenas. En esta fase, se recomienda un
distanciamiento social moderado, evitando saludar de mano o beso, se promueve el estornudo y tos de etiqueta, la higiene de manos, la desinfección de lugares y objetos, así como evitar reuniones grandes.
En la Fase 2 se da la dispersión comunitaria: los casos importados contagian a personas del país después del período de incubación, y hay brotes comunitarios. Existen cientos de casos. Se continúa con las recomendaciones de la fase 1, pero además se suspenden eventos masivos y se implementan filtros sanitarios y escolares.
Esta fase inició en México el 24 de marzo, sin embargo, el IMSS había calculado que entráramos a ella entre el 8 y el 18 de abril, aproximadamente 40 y 50 días después de que se diera el primer caso. Se dio sólo 25 días después.
¿Qué implica la Fase 3?
La Fase tres se caracteriza por la epidemia: existen miles de casos en brotes regionales y de dispersión nacional. Se mantienen las medidas de las fases anteriores y se añaden la suspensión de clases en escuelas y suspensión de actividades en centros laborales con brotes activos.
En México, desde el 20 de marzo se suspendieron las clases, una acción de la Fase 3 y el 23 inició la Jornada Nacional de Sana Distancia. El cálculo del IMSS para iniciar esta fase era entre 10 y 20 después de que se diera la fase 2.
[caption id="attachment_1141971" align="aligncenter" width="744"] Estimación original del avance de la epidemia por COVID-19 en México, de acuerdo con el Plan Estratégico Institucional para la Atención de la Contingencia por COVID-19 del IMSS.[/caption]
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