Obispo analiza situación del crimen en Chiapas

“Yo he hablado con tres líderes de diversos grupos, pero no hacen caso”

El sacerdote emérito de San Cristóbal de Las Casas admite que ha tenido reuniones para buscar la paz; asegura que hechos violentos como el asesinato del padre Marcelo Pérez, de San Andrés Larráinzar, son “aislados”, en los que no está involucrada la delincuencia organizada

El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, en una imagen de archivo.
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, en una imagen de archivo.Foto: Cuartoscuro
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Tras descartar que hechos violentos como el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez estén dirigidos contra religiosos y más bien se trata de “hechos aislados”, el obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi Esquivel, reconoció que se ha reunido con tres líderes criminales, con la intención de buscar la paz.

“Yo he hablado con tres líderes de distintos grupitos, pero ellos no quieren hacer caso a nuestras indicaciones, no le hacen caso a eso de abrazos y recomendaciones de gobierno, y tampoco nos hacen caso a nosotros, porque a ellos lo que les importa es el dinero”, declaró el prelado mexiquense.

En entrevista con La Razón, el cardenal señaló que, a pesar de sus intentos por buscar la paz al dialogar con líderes de grupos criminales, éstos no hacen caso a sus peticiones, por lo que dijo que es importante que las autoridades trabajen para que se respeten los derechos de las comunidades.

Respecto al ataque en contra del sacerdote Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Arizmendi Esquivel comentó que los grupos del crimen organizado no están involucrados, sino que se trataría de una acción cometida por grupos armados al interior de las comunidades indígenas.

¿Hay un peligro real contra los religiosos?

Son casos un poco aislados; no es un clima, en general, de que la lucha de esos grupos sea contra los religiosos; incluso, algunos de ellos se declaran católicos oficialmente, aunque no viven de acuerdo con la fe católica, pero no es que estemos amenazados permanentemente. Son casos aislados, pero de momento, así que sea una guerra de los cárteles contra los líderes religiosos, no, de ninguna manera.

¿Qué propone la Iglesia para disminuir la violencia en México?

Por una parte, el diálogo con las autoridades competentes, porque desarmarlo no nos toca a nosotros. Nosotros procuramos hablar con ellos. Yo he hablado con tres líderes de distintos grupitos, pero ellos no quieren hacer caso a nuestras indicaciones, no le hacen caso a eso de abrazos y recomendaciones de gobierno y tampoco nos hacen caso a nosotros, porque a ellos lo que les importa es el dinero, ganar dinero y para eso tienen armas muy poderosas.

Entonces, aquí es donde nosotros estamos rebasados también porque ellos no nos hacen caso a nosotros y es donde la ley tiene que entrar para que, efectivamente, se respeten los derechos de la comunidad, porque estos son líderes que gobiernan todo, no solamente la economía, sino hasta la política y en todas partes están influyendo. Es un llamado de atención para que nuestras autoridades hagan lo que les corresponde. Nosotros hacemos lo que más podemos, pero estamos rebasados también nosotros a nivel religioso.

¿Se espera que continúen los diálogos por la paz?

Necesitamos trabajar con todos; a la autoridad lo que le compete desde luego es desarticular, desarmar esos grupos; nosotros también desarmar las conciencias, porque se ha desatado mucha polarización en el país. Necesitamos vernos como hermanos, respetarnos dentro de nuestras legítimas diferencias, tanto políticas, sociales, económicas, culturales y religiosas, porque somos hermanos miembros de este gran país, México lindo y querido, pero que ahora lo hemos estado destruyendo y ya nos avergüenza ser mexicanos.

Son casos un poco aislados; no es un clima en general de que la lucha de esos grupos sea contra los religiosos; incluso, algunos de ellos se declaran católicos oficialmente, aunque no viven de acuerdo con la fe católica

Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas

Respecto al asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el domingo pasado en San Cristóbal de Las Casas, ¿cómo percibe la situación?

El padre Marcelo Pérez Pérez, sacerdote indígena nativo de San Andrés Larráinzar, fue ordenado sacerdote por un servidor en abril del año 2002 y siempre trabajó con grupos indígenas buscando la reconciliación y la paz en las mismas comunidades. Nunca se inclinó por un partido, por una ideología, él siempre inspirado en Jesucristo.

En mucha comunión conmigo, con su obispo, y con los demás sacerdotes y con la gente, buscando siempre los caminos de la paz. Es un caso muy doloroso, pero que nos hace ver el clima general de violencia que hay no solamente en Chiapas, sino en todo el país.

Ante esta situación de violencia, nosotros no podemos escondernos en las sacristías; estamos con la gente. Nuestra gente está sufriendo mucho el desamparo de las autoridades y está expuesta a grupos criminales ligados con el narcotráfico o con la extorsión. En el caso del padre Marcelo, no es cuestión de cárteles en que conocemos sobre otra índole, sino son más bien grupos armados al interior de las propias comunidades indígenas.

¿Son grupos armados que están dentro de comunidades indígenas, pero no pertenecen a ninguna organización criminal?

Son cosas diferentes. Estaba ahí el cártel de Joaquín El Chapo Guzmán (Cártel de Sinaloa), el que dominaba todo el territorio, y en aquel tiempo era para el paso de drogas. Ahora, eso se ha diversificado; hay otros cárteles distintos, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, y otros, en otras zonas del estado de Chiapas.

En las comunidades en donde el padre estuvo trabajando había más bien problemas internos de luchas por el poder político y económico en las comunidades, pero son al interior de las comunidades. Nada tiene que ver con los cárteles.

Comprendo que en el mes de septiembre se realizaron marchas por la paz, justamente en donde participó el sacerdote Marcelo Pérez; ¿qué se solicitaba?

Pedíamos al Gobierno estatal y federal que pusieran más caso, sobre todo por otros problemas que hay en la sierra de Chiapas, que se han extendido a la zona frailesca, pero eran situaciones diferentes aquellas; no era esta situación meramente local de estos grupos indígenas en torno a Pantelhó, pero obviamente la violencia es más general, no solamente Pantelhó y otras partes que son luchas internas por el poder, sino la violencia que no le ha dejado mucho en Chiapas y en todo el país, y es lo que nos hace pedir a las autoridades que pongan más atención a estos problemas, que no son aislados.

¿El padre Marcelo Pérez qué representaba para su comunidad?

Un sacerdote, como hay varios más, no solamente él, son exactamente servidores de Dios y de la comunidad, y en el caso del padre Marcelo, pues alguien que estaba luchando para que entre indígenas se respetaran, se trataran bien y no se estuvieran destruyendo unos a otros.

El sacerdote Marcelo Pérez Pérez fue ultimado el pasado domingo en el barrio de Cuxtitali, en San Cristóbal de Las Casas. Este martes un vecino de dicha parroquia dio a conocer el video de la cámara de seguridad de su vivienda que captó parte del momento del ataque al sacerdote. En éste se observa el momento en el que el padre Marcelo salió de la iglesia. 

El párroco atraviesa una explanada y camina hacia la izquierda, cruza la calle y se encamina hacia su auto de color blanco. Se observa, aunque ya a distancia, que una persona también cruza la calle y se acerca hacia el lado izquierdo del coche en el que ya había subido el padre Marcelo, dispara y luego corre.

Las imágenes muestran que él llega hasta su auto, uno color blanco estacionado en una calle frente a la iglesia. Segundos después, se observa que un hombre cruza la calle y se dirige hacía el automóvil y es entonces cuando las detonaciones dan aviso a los feligreses que el padre fue atacado. 

Él logra arrancar el auto y avanza, mientras el presunto atacante huye del lugar y los testigos corren hasta el vehículo del sacerdote. De acuerdo con los testimonios, el atacante volvió a disparar una vez a bordo de una motocicleta.