Después de que la imagen del monseñor Rolando Álvarez, donde aparece arrodillado y rodeado de policías de Nicaragua, diera la vuelta al mundo, la Arquidiócesis Primada de México se sumó al Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y a otros organismos internacionales para expresar su solidaridad y cercanía con la Iglesia católica en ese país centroamericano.
Los hechos, que reflejan la represión del régimen sandinista hacia la Iglesia, ocurrieron en Matagalpa, Nicaragua.
Monseñor Rolando Álvarez es uno de los principales críticos del gobierno de Daniel Ortega, presidente de la República de Nicaragua.
La imagen, que no sólo fue causante de la indignación en la comunidad católica, también provocó que se convocara a realizar ayunos y oraciones constantes.
El obispo se encontraba a la espera de que sus colaboradores le entregaran una custodia con el Santísimo Sacramento, y a pesar de la represión, el obispo logró su objetivo y llevó al Santísimo por las calles para bendecir a los fieles.
Sin embargo, la tarde de ese mismo jueves 4 de agosto, un grupo de cinco policías antimotines se colocó en la puerta principal de la curia episcopal para evitar que el obispo se trasladara a la Catedral de San Pedro donde habría de celebrar la Hora Santa.
Debido a estos hechos, la Iglesia en México, a través de su editorial del semanario católico Desde la Fe, argumentó que le dolía lo que está viviendo la comunidad católica nicaragüense.
“Nos duele profundamente lo que están viviendo los hermanos nicaragüenses: obispos, sacerdotes, religiosas, religiosas, laicos y laicas, sin que haya visos de un diálogo fructífero que traiga la paz”, mencionó.
Los hechos llevaron a la Iglesia a exhortar a la comunidad a participar en celebraciones eucarísticas para pedir por el cese de la represión.