A través del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México denunció la violencia con la que México inició el año.
En su editorial, la Iglesia Católica mencionó que “la masacre” ocurrida en el Cereso número tres de Ciudad Juárez, que “dejó un saldo de cerca de 20 personas asesinadas y casi 30 delincuentes fugados”, y el operativo para la reaprehensión de Ovidio Guzmán, alias “El Ratón” -que ocasionó el cierre de tres aeropuertos, carreteras de Sinaloa y que los residentes de Sinaloa no pudieran salir de casa- demuestran el control que está ejerciendo el crimen organizado en las cárceles y “el dominio de territorios enteros.”
Añadió que el estado mexicano puede controlar la delincuencia y evitar que crezca la inseguridad y la violencia “cuando se lo propone”, aplicando la ley y utilizando el apoyo de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional y la policía estatal.
Apuntó que los hechos ocurridos al norte del país deben hacer que el gobierno actual revise las estrategias de seguridad, ya que se han visto rebasadas por “las masacres, asesinatos, feminicidios, secuestros, asaltos en carreteras y transporte público, extorsiones en todos los niveles de producción y comercio.”
Detener a un criminal, por más peligroso que sea, no soluciona nuestros problemas. Si el gobierno no ejerce ante el crimen organizado su responsabilidad para aplicar el Estado de derecho y evitar la impunidad, los mexicanos seguiremos siendo rehenes de los delincuentesIglesia Católica
Haciendo énfasis en que la clase política debe propiciar el diálogo, la institución eclesiástica sostuvo que México necesita recuperar la paz con la colaboración de los ciudadanos y las autoridades de distintos niveles.
Que cada uno aporte lo que le corresponde: las estructuras de justicia, los ambientes laborales, las instituciones educativas, la sociedad en general. Todos unidos y trabajando por la recuperación de la pazIglesia Católica
Para finalizar, dijo que como institución tienen muy claro que deben ser un factor de diálogo y reconciliación para construir la paz y, de ser necesario, tener una palabra de denuncia.
RFH