Lanzan porras de apoyo durante el estreno del aeropuerto

Inauguración se volvió una verbena popular

Se coló una vendedora de “tlayudas” y colocó un puesto ambulante; simpatizantes del Presidente se llevaron “recuerdos” para la ocasión; mariachi da la bienvenida con serenata y baile

Asistentes promueven la participación en la consulta de revocación, en el nuevo aeropuerto, ayer.
Asistentes promueven la participación en la consulta de revocación, en el nuevo aeropuerto, ayer. Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Todo fue escrupulosamente cuidado para la inauguración oficial del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA): las medidas de seguridad, la verificación puntual de la lista de invitados, la logística para la cual los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) trabajaron toda la noche, aunque no todo estuvo en sus manos. Al final, en la terminal aérea hubo varios visitantes no esperados que hicieron de la apertura una auténtica verbena popular.

Con todo y que el AIFA cuenta con varios locales comerciales, su apertura todavía está pendiente, por lo que no cuenta con algunos servicios, como, por ejemplo, el de comida.

Sin embargo, eso no impidió que los asistentes a la inauguración y los primeros pasajeros tuvieran opciones para saciar el hambre de las primeras horas de ayer, con las famosas “tlayudas”, también conocidas en el Estado de México como “nopaladas” o “huaraches”, hechas en una tostada de maíz azul, con base de frijoles, nopales, cebolla, queso y salsa, que se vendieron con precios de entre 35 y 40 pesos.

En la planta baja del AIFA, los visitantes y nuevos viajeros encontraron este antojo mexicano con una señora que logró evitar que los elementos de la Guardia Nacional la movieran del lugar, por lo menos hasta que terminara de atender a los clientes que ya estaban en fila.

Si la oferta comercial en los locales del AIFA promete ser variada, todavía debe esperar. Y para el estreno de la terminal aérea no se hizo esperar la opción del comercio ambulante.

Grupos musicales amenizan en los pasillos de ingreso a la nueva terminal.
Grupos musicales amenizan en los pasillos de ingreso a la nueva terminal. ı Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Los simpatizantes del Presidente de la República llevaron diferentes “recuerdos” para la ocasión, desde las tradicionales tazas con la imagen y el nombre del mandatario, hasta los peluches de AMLO, playeras con leyendas de “AMLO no estás solo”, llaveros, banderines, plumas, calcomanías, cintas y paliacates.

Y es que ahí, en la apertura del aeropuerto, el titular del Ejecutivo federal fue centro de varias expresiones de apoyo, con la presencia de grupos de respaldo que continuamente lanzaban la porra tradicional: “¡Es un honor estar con Obrador!”.

La música fue estratégica en esta celebración, pues para recibir al primer vuelo que aterrizó en el AIFA, procedente de Guadalajara, se contó con un mariachi especial que dio la bienvenida a los viajeros con serenata y baile.

Pero eso no fue todo. Al tiempo que se realizaba la ceremonia oficial inaugural, en los pasillos de ingreso a la nueva terminal, por donde se ubican los mostradores de las aerolíneas, se instalaron grupos con marimba para amenizar la ocasión.

A estos ingredientes festivos, los mensajes a favor de López Obrador por la revocación de mandato también se hicieron presentes.

Con mantas similares a los espectaculares que se observan por varios lugares del país con la leyenda “Que Siga AMLO”, asistentes al evento promovieron la participación en la consulta, para “ratificarlo” en el cargo.

Un grupo de seguidores de López Obrador se mantuvo constante en su impetuosa promoción para que la gente participe en ese ejercicio ciudadano.

Y para aquellos que no pudieron ingresar a las salas del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, afuera también hubo quienes hicieron público su respaldo al Presidente, como un señor que, cargando su bocina, llevaba su propia versión musicalizada de la porra de “¡es un honor estaré con Obrador!”.

Con su canto y la música, acompañó durante un rato a los invitados, mientras éstos esperaban salir del multitudinario festejo en un cierre pausado, complicado por la cantidad de invitados que buscaban salir del lugar al mismo tiempo.