El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a través de información proporcionada por Édgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas, señaló que en México más de 250 mil personas han muerto a causa de COVID-19, y de este número, el 42% corresponde a jefes de familia.
Agregó que 2.6% de la población menor de edad, cerca de 996 mil jóvenes, están en alguna situación de orfandad, según datos del censo poblacional de 2020.
Además, con otros registros del Inegi del año pasado, se estimó que hay seis mil 211 madres fallecidas por enfermedades como tumores malignos, COVID-19, o agresiones y homicidios, por lo que se han dejado huérfanas a nueve mil personas menores de edad.
Por su parte, Constanza Tort San Román, encargada de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), resaltó que se requiere de la coordinación de los tres órdenes gubernamentales para garantizar la protección a menores de edad huérfanos que perdieron a sus padres, “es uno de los acontecimientos más complejos que puede enfrentar un niño o un adolescente”, dijo.
También, comentó en reunión con los secretarios ejecutivos de las 32 Sipinna estatales, que perder a los jefes de familia acarrea otros problemas como violencia, vulnerabilidad económica, deserción escolar, ansiedad y conflictos emocionales y psicológicos.
Asimismo, destacó que si la pérdida se da en los primeros años de vida, existe la carencia de convivencia y socialización con el núcleo primario, así como la falta de alimentación saludable a través de la lactancia materna.
Finalizó al decir que se necesita contar con un mapeo de actores y acciones a favor de identificar a niñas, niños y adolescentes en orfandad, y para ello, se requiere el apoyo de las Sipinna de cada estado.
KEFS