Gasto se desploma 99% y atenciones brindadas, 70%

Insabi se desinfla en inversión y consultas; al relevo, IMSS-Bienestar

Institución que sustituyó al Seguro Popular invierte 3,520 mdp en enero de 2020 y 34 mdp en mismo mes de 2022; da 4,716,853 atenciones menos; nuevo esquema, a cargo del Seguro Social, busca proteger a los no afiliados; estados deben firmar segunda adhesión; ONG ve retrocesos

Zoé Robledo, director general del IMSS (der.), recorrió diversos hospitales del Programa IMSS-Bienestar en Nayarit, el 2 de abril.
Zoé Robledo, director general del IMSS (der.), recorrió diversos hospitales del Programa IMSS-Bienestar en Nayarit, el 2 de abril. Foto: Cuartoscuro

Desde la entrada en funciones del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el 1 de enero del 2020, cuyo propósito fue sustituir al Seguro Popular para brindar atención y medicamentos a la población más vulnerable, aquella sin seguridad social, su gasto ha caído 99 por ciento y las consultas brindadas descendieron 70.1 por ciento, al comparar las cifras reportadas entre enero de aquel año y el mismo mes del 2022.

Para Mariana Campos, coordinadora del programa Gasto Público de la organización México Evalúa, lo anterior es consecuencia de una transición “inoportuna”, pues desde sus orígenes el Insabi se mostró como “un sistema que no tenía definición en términos de cómo iba a operar y cuál era el esquema de cobertura que ofrecía a los beneficiarios de ese programa”.

Con la implementación de este sistema de salud, Campos aseguró a La Razón que el Gobierno de México actuó en forma “regresiva” en materia de derechos humanos, pues con ello se redujo la protección médica a personas sin seguridad social, como lo muestran las cifras.

“Yo creo que es un instituto que, al nacer sin definición, nació muy vulnerable y con una muy alta probabilidad de fracaso”, comentó.

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La tendencia a la baja ha sido constante desde el arranque del Insabi, pues luego de que en el 2020 se reportó un gasto de tres mil 520 millones de pesos —110 millones menos que en el 2019, con el Seguro Popular en funciones—, para el mismo periodo del 2021 hubo una caída de 83 por ciento, al llegar a sólo 579 millones de pesos, en tanto que para este enero del 2022 el gasto bajó 94 por ciento en comparación con el año anterior, al sólo erogar 34 millones de pesos.

De acuerdo con el informe Números de Erario: gasto en salud a enero de 2022, difundido por México Evalúa, este comportamiento descendente se replicó en el número de consultas otorgadas.

Según el reporte, elaborado con datos de la Secretaría de Salud (Ssa), del 2017 al 2019 se brindaron 6.1 millones de consultas en promedio durante los meses de enero; sin embargo, para el 2020 se registró una baja de 41.8 por ciento respecto a enero del año anterior, al pasar de cinco millones 713 mil 734 a tres millones 323 mil 998.

En 2021, la caída fue de casi la mitad con respecto al año previo, pues la cifra reportada fue de un millón 427 mil 883; mientras que, para este 2022, sólo se registraron 996 mil 881 consultas, apenas el 30 por ciento del total de enero del 2020.

Por grupo poblacional, las mujeres recibieron dos millones 296 mil consultas en enero del 2020, pero este año la cifra descendió a 705 mil; es decir, 69.3 por ciento menos; mientras que para los hombres fue una caída del 71.5 por ciento, al pasar de un millón 27 mil a 292 mil consultas.

Respecto a los programas afectados, la atención a la salud mental fue la más impactada, ya que mientras en el 2020 hubo 62 consultas, la cifra llegó a cero en enero de los dos años siguientes.

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La reducción para la atención de la salud bucal cayó 78 por ciento entre enero del 2020 e igual mes del 2022; las enfermedades crónico degenerativas descendieron 67.8 por ciento; las transmisibles, 62.9 por ciento, y la planificación familiar, 59.6 por ciento.

La Razón buscó una respuesta del Instituto de Salud para el Bienestar, para saber la causa en las caídas del gasto y las consultas, así como conocer las proyecciones que se tienen sobre este esquema; sin embargo, las llamadas realizadas por este diario no fueron atendidas.

Mariana Campos recalcó que, aun sin la pandemia, el primer mes del Insabi arrancó con registros bajos y, a pesar de haber pasado poco más de dos años, este esquema “va de mal en peor”, no así la emergencia provocada por Covid-19, cuyo control y manejo, dijo, han mostrado una mejoría.

A la par del debilitamiento en el funcionamiento del Insabi, se anunció la habilitación del programa IMSS-Bienestar, de cuyo funcionamiento ofreció una explicación el director general del IMSS, Zoé Robledo, en una conferencia de prensa del 15 de marzo.

Tal como lo adelantó entonces el funcionario, este 1 de abril dio inicio el funcionamiento de este esquema.

Mariana Campos apuntó, sin embargo, que no ha quedado clara la forma en que se protegerá el derecho humano de acceso a la salud de la población, el cual, dijo, fue vulnerado con la transición a Insabi y volverá a serlo con la nueva implementación del esquema del IMSS-Bienestar.

Este sistema de salud tiene su origen en el mes de mayo de 1979, cuando surgió el IMSS-Coplamar, mediante la firma del convenio entre el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (Coplamar) para otorgar servicios de primer y segundo nivel de atención sólo en zonas rurales y semiurbanas.

De acuerdo con lo dicho por el director general del IMSS hace un par de semanas, a partir de este año el IMSS-Bienestar buscará cubrir las necesidades médicas y farmacológicas de la población sin seguridad social, a través de transferencias a los estados cuyos gobiernos decidan adherirse mediante la firma de convenios.

La primera entidad en firmar el acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social para la federalización de los servicios de salud es Nayarit, estado en el cual se invertirán mil 438.4 millones de pesos, tras realizar un diagnóstico a las instalaciones médicas, según lo anunciado por Robledo Aburto el 15 de marzo del presente año.

Tras la firma, el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero señaló que este hecho “no demerita” a la Secretaría de Salud ni al Insabi, pues afirmó que ambos han cumplido sus propósitos.

No obstante, en entrevista radiofónica, el mandatario declaró que el Instituto de Salud para el Bienestar “nunca alcanzó los estándares de calidad y eficiencia que se querían”.

Mariana Campos apuntó que la entrada del IMSS-Bienestar fue “totalmente abrupta”, pues tampoco cuenta con un plan de implementación y le parece que “es un programa muy pequeño”, que hace cuestionar sobre si contará o no, con la capacidad para atender a los pacientes que así lo soliciten.

“No queda claro de qué manera se va a proteger el cumplimiento del derecho humano de las personas que ya ha sido vulnerado con la transición a Insabi y que vuelve a ser vulnerado con la transición al IMSS-Bienestar”, dijo.

“Creo que el Insabi seguirá viviendo, pero más que un programa o instituto de atención a la salud, va a ser un proveedor para el bienestar. Va a encargarse de aspectos de comprar insumos. Está complicado entender”, concluyó.