México retrocedió dos peldaños en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) durante el 2022, al caer del sitio 124 al 126 de entre 180 países evaluados, reportó la organización Transparencia Internacional.
“Entre los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupó la última posición. En el llamado G20, el grupo que incluye a las principales economías del planeta, México y Rusia ocuparon los últimos lugares”, se puede leer en el comunicado en el que se dio a conocer el resultado de la evaluación.
Asimismo, Transparencia Internacional recordó que los resultados de México reflejaron una tendencia positiva en el 2019 y el 2020, años en los que mejoró del puesto 130 al 124.
A pesar de ello, se señaló “la ausencia de sentencias firmes” en casos destacados de corrupción, como los que se dejan ver por sobornos de la firma brasileña Odebrecht, en Petróleos Mexicanos (Pemex) y en el esquema de corrupción la Estafa Maestra del sexenio anterior (2012-2018), que habrían diluido dicho avance.
En este sentido, la organización también afirmó que “cada vez hay más evidencia pública de que las autoridades responsables de la impartición de justicia en esta materia podrían utilizar estas instituciones con un sesgo político-electoral”.
Dicha clasificación se realiza en una escala de 0 (los más corruptos) a 100 (los más limpios).
Al comparar al país con las naciones que integran la OCDE, México ocupó la posición 38 del ranking, mientras que entre los integrantes del G20, ocupó el lugar 19, sólo detrás de Rusia.
Transparencia Internacional también sostuvo que una de las principales causas de que la calificación del país no mejore es que en los últimos años se ha evidenciado que las autoridades responsables de la impartición de justicia “podrían utilizar estas instituciones con un sesgo político-electoral”.
El IPC clasifica 180 países y territorios, según el nivel de percepción de la corrupción en el sector público de cada uno, medidos a través de la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero, mujeres y hombres de la academia y los negocios.
Dados los resultados, las recomendaciones que se emitieron para México son, entre otras: México puede aprovechar su potencial y orientarlo a la sanción de los grandes casos de corrupción que han lastimado al país.
Se menciona que el país tiene una tarea pendiente en la recuperación de activos desviados; es una oportunidad “para cicatrizar la herida social dejada por años de corrupción e impunidad”, se lee en el documento.
Asimismo, mencionan que es importante “la protección a denunciantes y alertadores de corrupción. México debe dar garantías a quienes investigan la corrupción, de que no recibirán represalias o que serán amedrentados”.
Y, finalmente, se considera que “es especialmente delicada la actuación de las autoridades mexicanas en casos de corrupción transnacional: mientras que otros países sancionan la corrupción ocurrida en México, las autoridades locales no avanzan en estos temas”.
