Ayer, personal de las unidades de Fuerzas Especiales del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos arribó a la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, para inhibir las actividades de la delincuencia organizada y atender la problemática de seguridad en ese municipio.
La Secretaría de la Defensa Nacional informó que la misión principal de estas unidades es realizar la planeación y trabajos de inteligencia que fortalezcan el Estado de derecho en la entidad y llevar a cabo reconocimientos terrestres y disuasivos en la franja fronteriza del estado de Tamaulipas, con el objetivo de velar y salvaguardar el bienestar de los ciudadanos.
El personal militar también colaborará con la Guardia Nacional en la detención de integrantes de la delincuencia organizada, señaló el comunicado.
La Sedena reiteró su compromiso para garantizar la paz y la seguridad del estado.
También mencionó que con esta iniciativa se espera reforzar las operaciones interinstitucionales que se realizan en coordinación con la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República debido a que los elementos militares uentan con “gran movilidad, capacidad de despliegue, el armamento, material, equipo y adiestramiento especializado”.
Esto ocurre en el contexto de que el pasado viernes el alcalde del municipio de Guerrero, en Coahuila, Mario Cedillo Infante, fue secuestrado precisamente en Nuevo Laredo cuando viajaba en compañía de ocho personas, entre ellas su familia.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el edil fue liberado horas más tarde en los límites de Tamaulipas y Coahuila.
Por otro lado, ayer un juez de control vinculó a proceso a 13 personas, entre ellas una de origen guatemalteco, por su participación en los enfrentamientos de la semana pasada en Jiquipilas, Chiapas. Fueron acusados de acopio de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército y por asociación delictuosa.
