La Iglesia católica aseguró que el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez y el ministro Mario Ángel Flores Ramos, acusados de haber impactado con sus dichos personales en el proceso electoral federal del año pasado, actuaron a título personal, por lo que dijo que no estaba de acuerdo con la resolución que dictó la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) contra ellos.
"Los ministros juzgados se expresaron desde su ámbito personal, inclusive, uno de ellos, en el ámbito de la libertad de cátedra. Señalaron puntos de mejora social a tener en cuenta a la hora de que los fieles decidieran su voto, en total ejercicio de la libertad de expresión y del ejercicio ciudadano al que tienen derecho", señaló en su editorial Desde la Fe.
El pasado 19 de enero, la Sala Superior del TEPJF resolvió que el cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez y el ministro Mario Ángel Flores Ramos, infringieron el principio constitucional de la separación Iglesia-Estado, afectando de esta manera la equidad de los pasados procesos electorales, por lo que será la Secretaría de Gobernación quien resuelva el tema dentro de sus facultades.
La Iglesia católica resaltó que su labor no sólo es llevar el Evangelio a los fieles, sino que además está en su deber exhortar a "todos a cambiar de vida para bien, también a todo gobernante y político, sin hacer diferencia por colores partidistas".
"Teniendo en cuenta que los ministros de culto de esta Iglesia han sido respetuosos de los mandatos de ley, y que la Constitución Mexicana protege la libertad de expresión y la libertad de fe a través de los artículos 6 y 24, respectivamente, confiamos en que la Secretaría de Gobernación evaluará con justicia y legalidad el caso para determinar lo correspondiente”, mencionó.
El artículo 6 de nuestra Constitución señala que "la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público" .
Además, de acuerdo con el artículo 24, "toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado. Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley".
Por ello, la Iglesia recordó las palabras del papa emérito Benedicto XVI, quien decía que "con su intervención en este ámbito, el Magisterio de la Iglesia no quiere ejercer un poder político ni eliminar la libertad de opinión de los católicos sobre cuestiones contingentes", sino que busca guiar a las personas que están comprometidas con la política y el bien común.
KEFS