El narcotraficante Harold Mauricio Poveda, alias El Conejo, aseguró que durante la gestión de Genaro García Luna como secretario de Seguridad Pública, tuvo paso libre, sin ser revisado, al estar acompañado por Jesús El Rey Zambada en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), además de que el Cártel de los Beltrán Leyva planeó cortar la cabeza al exfuncionario cuando fue secuestrado.
En el noveno día del juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el narcotraficante colombiano y nuevo testigo en el caso, Harold Mauricio Poveda Ortega alias “El Conejo” aseguró que agentes federales en México permitieron que abordara un vuelo sin revisiones, lo que dijo fue “una belleza”.
El narcotraficante dijo que al llegar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) junto al “Rey” Zambada, fue acompañado por agentes federales, pero aclaró que no hubo necesidad de pasar por filtros de seguridad, además, dijo que posteriormente estrechó un fuerte vínculo con Arturo Beltrán Leyva, al que consideraba como un padre.
"El Rey Zambada me dejó con unos agentes en el aeropuerto los cuales me dejaron en la puerta del avión sin pasar por migración, una belleza"Harold Mauricio Poveda Ortega
El Conejo coincidió con Sergio Villareal, El Grande, en que Genaro García Luna fue secuestrado en algún momento cuando era funcionario; contó que una vez tuvo una charla con Arturo Beltrán Leyva, quien le dijo que secuestraría a García Luna, “para matarlo, cortarle la cabeza y entregarla al Gobierno federal”, debido a que a pesar de los pagos millonarios que se le hacían, no contestaba el teléfono y seguían los operativos contra su cártel.
Sin embargo, se le sugirió no hacerlo, ya que podría meterse en problemas con la Federación, por lo que en ese momento optaron sólo por secuestrarlo y hablar con él, con el fin de que se alineara y protegiera al grupo criminal de los Beltrán Leyva, pero luego de liberarlo —dijo—, se arrepintió, ya que los operativos federales contra los Beltrán siguieron. “Les dije que lo hubieran matado”, sentenció el capo, quien citaba las palabras del también apodado El Barbas (Arturo Beltrán).
Indicó que su alianza comenzó con El Mayo, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, por miedo a que Arturo Beltrán Leyva lo matara. Por ello, como parte de dicha alianza, envió mil toneladas de cocaína a México en lanchas rápidas o aviones.
La función del capo era enlazar a los narcotraficantes colombianos con los mexicanos, pero dada su cercanía con México, cada día comenzó a tener mejores relaciones con los líderes del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, hasta tener una relación de confianza con el líder de los Beltrán.
Durante su participación en el juicio, dijo que su detención en noviembre del 2010, cuando García Luna era secretario de Seguridad, fue “un tipo montaje”, ya que en ningún momento fue trasladado a la entonces Procuraduría General de la República, sino días después, pero narró que en este tiempo fue torturado por supuestos policías, quienes le preguntaron el lugar donde escondía su dinero, así como la ubicación de sus casas.
Incluso, dijo que pagó una suma de 500 mil dólares a dos comandantes de la extinta Policía Federal para evitar que le hicieran daño a sus familiares y los liberaran, luego de un operativo en una de sus casas en el Desierto de los Leones.
Más temprano, el operador financiero del Cártel de Sinaloa, Israel Ávila, aseguró que no conoció a Genaro García Luna, pero aclaró que, si bien su nombre no aparecía en los archivos de Excel del grupo criminal, sí estaban los sobrenombres (El Tartamudo, entre ellos) con los que en ese momento se le conocía.
El testigo dijo que no tiene en su poder las copias o documentos de contabilidad en los que aparece —supuestamente— García Luna recibiendo sobornos del Cártel de Sinaloa.