En medio de reclamos y exigencias de padres de familia

Profesores resienten nuevo modelo educativo: sobrecarga, dudas...

Se han multiplicado tareas, dicen; no es sólo impartir clases, sino seguir preparándose para el actual programa, atender evaluación...; algunos toman “lo que sirve” del actual; siguen planeación
del ciclo anterior, pues éste “carece de secuenciación”

Profesores resienten nuevo modelo educativo: sobrecarga, dudas...
Profesores resienten nuevo modelo educativo: sobrecarga, dudas...Foto: Especial.
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A dos meses de la puesta en marcha del nuevo modelo educativo, los profesores resienten una sobrecarga de esfuerzo a partir de la aplicación de los nuevos programas, mientras aplican “lo que sirve” de ellos, en medio de reclamos y exigencias de padres de familia.

Para 24.9 millones de estudiantes de nivel básico, hace dos meses se comenzó a implementar el nuevo modelo educativo en el país. Docentes consultados por La Razón afirman que durante este tiempo se han multiplicado los retos a vencer para lograr la recuperación de los aprendizajes perdidos durante la pandemia, que persisten, por lo que la estrategia para algunos ha sido mantener la enseñanza de los ciclos pasados e intentando sumar “lo que sirva” del actual.

Isabel lleva más de dos décadas frente a las aulas y asegura que en pocas ocasiones ha tenido que lidiar con tantos pendientes al mismo tiempo, pues no sólo es la impartición de clases, sino continuar preparándose para el nuevo programa de estudios y estar atenta a la evaluación que este año también se hará.

No obstante, la docente relata que uno de los puntos más álgidos en su día a día es atender las preocupaciones de los padres, quienes, narra, mantienen posturas diferentes y todo el tiempo cuestionan la enseñanza que se les da a sus hijos, a partir de la discordancia con los nuevos contenidos, sobre todo en cuanto a educación sexual y hasta política.

“Muchos se quedaron con la idea de que en estos libros vienen lecciones que no son aptas para sus hijos. Yo comprendo que también tenemos que respetar las ideologías de cada familia, pero nuestro trabajo es educar en todos los sentidos y es lo único que intentamos hacer”, cuenta.

Los docentes intentan seguir al “pie de la letra” lo que se les instruye en los libros; sin embargo, para Karla, también maestra de primaria, es una tarea compleja, porque los nuevos materiales carecen de secuenciación y eso “complica hilar las clases”.

“Lo que yo hago es seguir mi planeación del ciclo escolar pasado, con eso me guío porque en éste me tocó el mismo grado escolar… Así lo hago todas las semanas y sólo voy tomando lo que sirve del nuevo modelo para también enseñarles contenidos nuevos y que yo veo bien y los padres de mis niños han aprobado”, señala.

A la maestra se le preguntó sobre qué es lo que sirve y ella qué retoma, a lo que respondió: “El nuevo plan tiene una meta general, que es lograr una vida en comunidad, que nos lo estuvieron repite y repite en las sesiones de consejo de cada mes; eso no lo podemos dejar a un lado, debemos reforzar mucho los trabajos en equipo, en que interactúen con la gente, el mundo en que ellos viven, y vayan aprendiendo de él, porque el conocimiento no sólo se da dentro de las aulas; finalmente, aquí vienen para desarrollarse allá afuera”.

La profesora reafirma que los nuevos libros no contienen demasiadas directrices en asignaturas elementales, como las matemáticas, pero “no porque no las tengan en abundancia, nosotros vamos a minimizar lo necesarias que son”; por, ello, la maestra comparte que, en cuanto a éstas, emplea los mismos esquemas de enseñanza del modelo anterior.

En madres y padres de familia, el diagnóstico varía, pues mientras hay algunos que aseguran ver cambios sustanciales, hay otros que perciben que sigue igual.

Cecilia trabaja en una zapatería, tiene dos hijos en primaria y afirma tener poco tiempo disponible para estar totalmente al tanto de lo que sus hijos deben hacer. Este escenario, dice, le complica estar presente, como les han dicho los profesores que deben estar, pero a pesar de esto se ha dado cuenta que ahora hay más tareas en casa que en años anteriores.

“Veo que les dejan más tareas, no distintas porque son como las que ya hacían de manualidades y trabajos para que los hagan de a varios (en equipo), pero sí veo que siempre hay que estar consiguiendo material y acompañándolos a hacer cosas que les piden… A mí sí se me hace difícil, porque los gastos que ya son del diario suben con tanto que les piden”, relata.

Elena, madre de una niña en primaria, también opina que ahora hay más actividades fuera de las aulas y asegura que sí percibe un cambio, al cual ve como parte de reforzar los aprendizajes.

“Sí ha habido un cambio muy considerable en relación a las tareas. Hay mucha gente que se queja, pero a mí me gustó más este modelo porque tiene muchas ventajas: enseñan al niño a trabajar en equipo, con muchas actividades dentro del libro, que no tienen que hacerlas en casa, sino que lo hacen dentro del salón; el tema de la carga de trabajo sí es más, pero es vivencial, no tanta teoría, como hacer experimentos...”, comenta.

Para Maura, el asunto ha sido “verdaderamente absorbente”, pues desde el inicio no confió en el nuevo modelo, por lo que ahora dice que, además de atender las múltiples tareas, debe revisar “cuidadosamente” todo lo que le enseñan a su hijo.