V irólogos del país aseguraron que, a casi tres años del inicio de la pandemia por Covid-19, la variante Ómicron ha ayudado a crear inmunidad natural entre la población, aunque aclararon que el final de la emergencia sigue estando muy lejos.
Además, al tener las mismas vacunas desde el inicio de la emergencia, que solamente protegen contra el virus original de Wuhan, es necesario avanzar en la reingeniería o rediseño de nuevas, que ayuden a proteger de las nuevas variantes, como se hizo en Estados Unidos con la bivalente.
Hace un año, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dijo que Ómicron contribuiría al fin de la pandemia y a crear inmunidad, lo que se ha cumplido a medias.
En entrevista con La Razón, el infectólogo Alejandro Macías dijo que en realidad cada una de las variantes que va saliendo sustituye a la anterior y va incrementando la inmunidad de la población, causando daño, “pero una vez que la variante ha infectado a una proporción de la población, incrementa la inmunidad”, dijo.
Señaló que, en ese sentido, López-Gatell tendría razón y cada una de las variantes ha contribuido en ir controlando la pandemia, pero aclaró que esto no quiere decir que la pandemia vaya a terminar cuando se vaya la última variante, porque se desconoce cuántas más vayan a salir.
“Probablemente la etapa en la que nos causaba mucho daño y hospitalizaciones o colapsar las instituciones ha terminado, pero el tema de los virus se va a quedar y va a pasar a formar parte del repertorio que tenemos en el mundo”, explicó.
El virólogo de la UNAM José Alberto Campillo reconoció que la llegada de Ómicron sí ayudó a crear una inmunidad poblacional, aunque opinó que las vacunas hicieron el mayor trabajo porque, gracias a las dosis, la pandemia comenzó a ceder.
Coincidió en que urge diseñar nuevas vacunas, debido a que las que nos han inmunizado protegen contra la cepa original, pero al paso de los meses y años se han creado nuevas variantes más contagiosas y letales, y aunque las dosis todavía protegen, urgen nuevas para que no se termine la inmunidad.
“La mayor parte del trabajo lo hicieron las dosis, pues si bien la variante ayudó, lo hizo más la ciencia del hombre. Lo mejor que podemos hacer es ponernos las dosis y esperar que no surjan otras variantes más fuertes que salgan de la protección de los biológicos”, destacó.
Señaló que los “hijos” de Ómicron siguen creando nuevos sublinajes, por más vacunas que se creen, pero el punto es que se fijen en la población para que no sigan afectando el organismo humano.
Irasema Rodríguez, neumóloga del Sector Salud, también aseguró que las variantes ayudaron a que la población mexicana lograra crear una inmunidad, lo que ha sido reforzado por la vacunación que se ha llevado a cabo en el país; no obstante, dijo que es necesario que se termine de avanzar en ese proceso, debido a que pueden llegar más olas.
Además, comentó que las autoridades se han olvidado parcialmente de los menores y hasta el momento hay muy pocas vacunas para la población infantil; se desconoce dónde están las dosis, ya que también dejaron de hacer campañas informativas, consideró.
“Bajó considerablemente el número de dosis que se aplicaban tras la pandemia. Las autoridades piensan que esto ya se terminó, pero no es así”, finalizó.