Estudio señala la problemática

Pandemia: rezago educativo pega duro a más pobres

Señala estudio que hay una brecha diferenciada por regiones: en el sur, con menos recursos económicos, entre 0.4 y 1.2 años perdidos; en el centro, de 0.3 a 0.9 de un ciclo; expertos advierten que no se ve estrategia para resarcir crisis en aprendizajes que dejó la epidemia; avizoran más estragos porque no se da ayuda remedial a alumnos

Pandemia: rezago educativo pega duro a más pobres
Pandemia: rezago educativo pega duro a más pobres Foto: Especial

A pesar del efecto regresivo que la pandemia de Covid-19 ha tenido en el aprendizaje de los niños de educación básica, aún no hay una respuesta por parte de las autoridades que defina una estrategia para revertir dicho impacto, alertaron especialistas.

En el artículo “Los posibles efectos de la pandemia de Covid-19 en los aprendizajes”, los investigadores Luis Monroy Gómez, Roberto Vélez Grajales y Luis López Calva señalan que el costo a largo plazo del aprendizaje perdido en los menores se encuentra entre una brecha de 1.2 y 2.1 años escolares.

El estudio aborda las variaciones regionales, para dimensionar cómo es que el impacto es diferenciado, de acuerdo con la diversidad de la capacidad económica en el país.

Ahí se muestra que, en la región sur del país, donde el nivel educativo y los recursos económicos son menores, la brecha a corto plazo se encuentra entre 0.4 y 1.2 años perdidos, como efecto de la crisis derivada de la pandemia.

Por el contrario, en el centro del país la brecha va de 0.2 a 0.9 de un año escolar. Destaca, sin embargo, que las consecuencias a largo plazo pueden ser mucho mayores para el sur, ya que la brecha entre el aprendizaje que se alcanzó durante la pandemia y los niveles que se esperaban, equivale a entre 1.9 y tres años escolares.

La mayor preocupación es ese rezago que se generó en todos los niveles, porque se queda al siguiente maestro, si no vamos arreglando esa parte. Por ejemplo, en mi caso, que imparto en tercer grado, si no arreglo esto, mi compañero de cuarto grado se queda con otro rezago
Luz Jiménez, Maestra de primaria

“Imaginemos que un estudiante de quinto año pasa a sexto grado con 60 por ciento de los aprendizajes en la mochila. Cuando llegue a su siguiente año va a sentir que tiene ciertas lagunas. Si no aprendiste a dividir con decimales, cuando tomes clases de Física va a costar más trabajo y se va rezagando.

“Justo es la acumulación de lagunas de aprendizajes no realizados que va haciendo que la brecha se vaya ampliando”, expuso Luis Monroy, académico de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, en entrevista con La Razón.

Subrayó que esta crisis no es responsabilidad de los docentes, padres de familia o de los alumnos, ya que fue una consecuencia inevitable de la pandemia; no obstante, remarcó que ahora lo que se necesita es una respuesta para resarcir los daños, la cual no se ve por parte del sistema educativo.

“Lo que sí está ocurriendo es que el sistema educativo no está cubriendo ninguna ayuda. Sí hay un abandono de las autoridades escolares y es aquí donde las desigualdades van a hacer más estragos, porque hay quienes puedan acudir a clases remediales (de regularización), pero hay escuelas donde los maestros están al límite de lo que pueden hacer y los padres de familia tienen que trabajar”, advirtió.

Gráfico
Gráfico ı Foto: larazondemexico

La falta de directrices por parte de las autoridades para resolver el rezago educativo que ha generado la pandemia, contrasta con otro tipo de medidas que se han tomado y que enviarían una señal de que la emergencia sanitaria va de salida, como es el levantamiento de restricciones y la posibilidad de dejar de usar cubrebocas en espacios abiertos.

El retraso educativo, si bien no ha sido exclusivamente producto de la pandemia, ésta lo ha profundizado.

El que una niña o niño no sepa cuánto cambio debe recibir al comprar en una tienda y que alguien tenga que ayudarle con el cálculo, por ejemplo, es un problema creciente, agudizado por el aislamiento que alejó a los estudiantes de las aulas durante la pandemia, y que se calcula en dos años académicos perdidos.

“Cuando yo era niña, de unos 10 u 11 años, nadie me veía la cara con mis cuentas. Mis papás podían soltarme un billetote para ir a comprar, con la tranquilidad de que les daría bien el cambio, pero ahora me da tristeza cuando vienen niños a comprar a mi tienda, porque les dan 10 o 15 pesos y llegan creyendo que les alcanzará para mucho.

Lo que sí está ocurriendo es que el sistema educativo no está cubriendo ninguna ayuda. Sí hay un abandono de las autoridades escolares y es aquí donde las desigualdades van a hacer más estragos, porque hay quienes puedan acudir a clases remediales (de regularización)
Luis Monroy, Académico de la Universidad de Nueva York

“Piden y piden y, al final, cuando les dices cuánto es, algunos ni siquiera son capaces de identificar que la cuenta es mucho más grande que lo que ellos traen. Es muy grave y no sé qué vamos a hacer cuando estos niños crezcan y no sepan ni hacer bien una suma o resta para el día a día”, ilustró Estela, propietaria de una tienda de abarrotes en el Estado de México.

Los retos para superar este bache educativo son cada vez más grandes para más de 1.2 millones de docentes de educación básica en México, que realizan esfuerzos para sacar adelante a cerca de 24.6 millones de alumnos.

Luz Jiménez, maestra de primaria que también ofrece regularizaciones a alumnos de varios grados de este nivel, ha encontrado deficiencias en el área de lectura y escritura, así como en matemáticas entre sus estudiantes.

“Estamos viendo la parte de las gráficas, cuando ya deberíamos ver la suma de fracciones, pero no se ha podido avanzar, porque tenemos que regresarnos a explicarles y es un problema. Tampoco hemos pasado a ver las divisiones, porque necesitamos reforzar las multiplicaciones”, comentó a La Razón.

Como parte de su estrategia pedagógica, Luz ha incorporado dinámicas que involucran el juego, para reforzar el aprendizaje entre los estudiantes y combatir la dependencia que éstos crearon hacia sus padres para el desarrollo de las tareas.

“La mayor preocupación es ese rezago que se generó en todos los niveles, porque se queda al siguiente maestro, si no vamos arreglando esa parte. Por ejemplo, en mi caso, que imparto en tercer grado, si no arreglo esto, mi compañero de cuarto grado se queda con otro rezago, aparte del que ya tiene. La preocupación es que no alcancen esos logros para el siguiente ciclo escolar”, comentó.