El Paquete Económico 2021 aprobado por el Congreso de la Unión no contiene sorpresas sobre la política de austeridad planteada por el Gobierno federal; sin embargo, tampoco refleja ajustes que atiendan la contingencia sanitaria por Covid-19, que se vislumbra sea cada vez peor, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
“Se perdió la oportunidad de aprovechar la discusión del presupuesto para considerar seriamente los cambios de dirección de la política económica con el objetivo de atender las necesidades impuestas por la contingencia sanitaria y propiciar un entorno de Estado de derecho y reglas claras”, explicó.
Como consecuencia, indicó, es poco probable que la economía mexicana resurja con rapidez debido a su estado de atonía, pues aunque se observarán “rebotes” en varios indicadores, las condiciones subyacentes de la economía nacional se agravarán cada vez más, como la actividad industrial, que se estancó en septiembre pasado.
Para el siguiente año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) espera un crecimiento económico de 4.6 por ciento, un escenario “optimista” para el consenso de analistas que no ven más allá de un repunte de 3.7 por ciento.
En ese tenor el Centro de Estudios advirtió que las señales oficiales que refieren que la economía se está ya recuperando, que la inversión extranjera sigue fluyendo a nuestro país, que se está reponiendo el empleo y que no existen problemas de inflación podrían generar un optimismo superficial y ficticio en el corto plazo.
Otro punto desafortunado, y al menos por ahora irreversible, es la aprobación de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, con el respaldo incondicional del partido del Gobierno y sus aliados políticos, que privilegia los programas y proyectos de corte político-clientelar, diseñados e instrumentados antes de que se presentara la pandemia, por encima de programas que podrían ayudar a familias y empresas (para proteger el empleo) a sortear la grave situación por la que atraviesan”, lamentó el CEESP.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado manifestó que en un entorno de fuerte recesión es urgente que el Gobierno central detenga la actitud negativa ante la inversión y el desarrollo de negocios que recientemente ha intensificado; así como una estrategia de intimidación por parte de las autoridades recaudatorias que alejan al empresariado.
