Pacientes y deudos por el virus cuentan su historia

Pesa impotencia, a un año de primer deceso por Covid

Deudos narran intentos por salvar a Benito Sagahón, el tránsito por el hospital y su partida; Mario Flores, médico, decidió enfrentar al virus, pero le costó la vida

Servicios funerarios saca a un paciente fallecido en un hospital de la CDMX, ayer.
Servicios funerarios saca a un paciente fallecido en un hospital de la CDMX, ayer. Foto: Cuartoscuro

A un año de haberse contagiado, por Covid, Hugo Ruiz, de 45 años aún lidia con los síntomas de la enfermedad, pues el cansancio, la fatiga y el dolor de cabeza no lo dejan desde mayo de 2020.

“Fue un año difícil para mí y mi familia, pues mi padre falleció de cáncer y al menos dos de mis familiares nos quedamos sin trabajo.

“Yo era contador en una empresa y me dieron salida para resguardo domiciliario, pero fue la última vez que salí de la oficina, ya no regresé o, mejor dicho, me dejaron regresar”, contó a La Razón.

En mayo pasado, Hugo se contagió con el virus, pero no acudió al hospital porque en esos momentos ya se reportaba una gran saturación, por ello decidió aislarse y sobrellevar los síntomas como pudiera; sin embargo, durante el confinamiento la salud de su padre comenzó a agravarse y de un día a otro el cáncer que padecía acabó con su vida.

Fue un año difícil para mí y mi familia, pues mi padre falleció de cáncer y al menos dos de mis familiares nos quedamos sin trabajo. Yo era contador en una empresa y me dieron salida para resguardo domiciliario, pero ya no me dejaron regresar
Hugo, Contador

Ruiz enfrentó su duelo cuando sufría el peor embate de la enfermedad, cuando las dolencias era más fuertes.

A pesar de que entregó comprobantes de medicamentos y de previos avisos para que conocieran su padecimiento, sus empleadores lo echaron “por abandono de trabajo”, sin liquidación.

Hasta el momento sigue sin empleo, no ha podido retomar su actividad pues, encima de todo, se agita y fatiga con mucha facilidad, una secuela que lo acompañará por el resto de su vida.

Un jueves lo internamos, el lunes lo pasaron a terapia intensiva y el martes lo querían intubar, pero como no sabíamos nada lo sacamos y le conseguimos oxígeno para estar en casa. Horas más tarde falleció
Jessica, Hija de una víctima

El 18 de marzo de 2020 falleció el primer mexicano por Covid en México y hasta el último corte de la Secretaría de Salud federal, se tiene un registro de 195 mil 119 decesos a nivel nacional, cuando en un inicio se mencionó que serían 60 mil muertes en el peor escenario de la crisis, muy por debajo de la situación actual.

Otras personas siguen en el recuerdo de sus familias, como el caso de Benito Sagahón, de 62 años, un empleado federal que falleció en junio por Covid-19.

“Empezó con infección de la garganta, lo llevamos al médico, le recetaron antibiótico, pero como no se sabía nada de la enfermedad, no había un ABC que nos sirviera para darle seguimiento. Posterior a ello comenzó con dolor de oído y en la noche ya estaba muy inquieto.

Nadie lo esperaba, fue una situación que pudo evitarse. En la clínica en la que estaba les daban la oportunidad de irse a sus hogares, pero él decidió quedarse. El amor a sus pacientes es lo mejor que pudo haber tenido
Guadalupe, Viuda por Covid

“Fue un jueves que lo internamos, pero el lunes lo pasaron a terapia intensiva y para el martes lo querían intubar, pero como no sabíamos nada lo sacamos y le conseguimos oxígeno para estar en casa”, narró a La Razón su hija, Jessica Sagahón. Horas más tarde falleció.

Mario Flores Pimentel, médico de 67 años, murió el pasado 24 de julio en Puebla, pero a pesar de que por la edad le pidieron irse a casa, para evitar contagiarse por ser población de alto riesgo, decidió quedarse y cuidar a sus pacientes.

“La diferencia ha sido muy fuerte porque nadie lo esperaba, fue una situación que pudo evitarse. En la clínica en la que estaba les daban la oportunidad de irse a sus hogares, pero él decidió quedarse.

El amor a sus pacientes es lo mejor que pudo haber tenido y el amor a su vocación”, contó su esposa, Guadalupe Guevara.

Días más tarde comenzó a ponerse mal, con cansancio, depresión, dolor de cabeza, tos y sin sabor de las cosas, pero al no acudir a un hospital falleció en su casa. “Aquí lo atendimos, pero no alcanzamos a salvarlo”.

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