Respuesta a intervención en la corte

Piña llama a no confundir diálogo entre poderes con subordinación

Rechaza que autonomía se traduzca en “licencia” para actuar fuera de estándares constitucionales; independencia, condición para construir el Estado de derecho: Aguilar

La ministra presidenta, Norma Piña Hernández, en foto de archivo.
La ministra presidenta, Norma Piña Hernández, en foto de archivo. Foto: Cuartoscuro

La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández, afirmó que es necesario insistir en la autonomía del Poder Judicial (PJ) y que la colaboración y el diálogo entre éste y otros poderes no se confunda con subordinación.

“Como sociedad debemos tener muy claro que, en una recta interpretación de nuestra Constitución, no debemos confundir nunca la colaboración y el diálogo entre los poderes del Estado con la subordinación del Poder Judicial Federal frente a los otros poderes”, dijo.

Lo anterior, luego de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador señalara que, cuando Arturo Zaldívar estuvo al frente de la SCJN, el Gobierno intervenía “respetuosamente”, algo que no sucede con la actual ministra presidenta.

En el panel “El derecho en el México que viene, del XIX Congreso Nacional de Abogados” de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados (BMA), la ministra opinó que, en el marco de los 200 años de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, resulta necesario insistir en la importancia de la independencia judicial en el país.

“Más de dos siglos después de la aprobación de este documento, resulta necesario insistir en la importancia de este principio. Hoy, más que nunca, es indispensable socializar el valor de la independencia judicial y de la división de poderes”, exclamó.

Debemos tener claro que, en una recta interpretación de nuestra Constitución, no debemos confundir nunca la colaboración y el diálogo entre los poderes del Estado con la subordinación
Norma Piña<br>​Ministra presidenta de la SCJN<br>

Además, afirmó que uno de los mayores desafíos que enfrentan las democracias constitucionales contemporáneas consiste en preservar la división de poderes y asegurar su independencia.

“Si aceptamos o justificamos como sociedad que esa independencia judicial se trastoque o se destruya, ello impactará, sin lugar a dudas, tarde o temprano, en una impartición de justicia que atienda a influyentismos, a razones ajenas al derecho, que acabará perjudicando, necesariamente, a las personas más vulnerables”, exclamó.

Insistió en que la autonomía de este Poder no es un “privilegio” para los jueces, sino que es una garantía para el acceso a la justicia, la democracia y la protección de los derechos. Además, que no es fortuita ni gratuita y que su inclusión en la Constitución mexicana requiere, de manera indispensable, ser acompañada de mecanismos que la hagan realidad y sostenible con el tiempo.

Por ello, llamó a contar con mecanismos robustos y previstos desde un marco normativo e institucional.

Enlistó como condiciones clave para garantizar esta independencia la existencia de una carrera judicial meritocrática y transparente; también que haya garantías de estabilidad y permanencia en los cargos para posibilitar que las personas juzgadoras tomen las decisiones con apego al derecho y “sin temor a represalias o a remociones arbitrarias y libres de cualquier forma de intimidación o coacción”.

“Nuestro objetivo debe ser lograr que este concepto sea entendido a cabalidad en función de sus efectos prácticos y reales en la vida de todas las personas. De otra manera, difícilmente surgirán incentivos para su preservación, para su defensa”, dijo.

Hizo hincapié en que la independencia de este Poder no se traduce en arbitrariedades ni tampoco implica una “licencia para actuar fuera de los estándares constitucionales y legales”.

“Sin una judicatura independiente que responda exclusivamente a la Constitución y a la ciudadanía, no hay garantías para el Estado de derecho y el acceso a la justicia, así se debe entender”, exclamó.

Además, señaló que la defensa de este principio sí es una responsabilidad de quienes integran el Poder Judicial, pero no acaba ahí, sino que también involucra a las y los mexicanos.

Bajo esta línea, la ministra llamó a las y los abogados del país a construir una comunicación más eficaz y empática con las personas, de forma que eso les sensibilice acerca de la relevancia de conceptos que les podrían resultar extraños o ajenos para su vida cotidiana. La líder del máximo tribunal agregó que otro reto también es el de propiciar diálogos productivos y autocríticos que den pie a la consolidación de la defensa de los principios y valores democráticos que están plasmados en la Constitución.

Durante un foro organizado por la BMA, ayer, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación destacó que resulta necesario insistir en la importancia de la independencia judicial.
Durante un foro organizado por la BMA, ayer, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación destacó que resulta necesario insistir en la importancia de la independencia judicial. ı Foto: Especial

“El desafío que quiero plantearles este día es que trabajemos, en conjunto, para introducir los matices necesarios a una conversación que ha sido dicotómica y polarizadora”, comentó.

otras voces. Al inaugurar el evento de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, el ministro Luis María Aguilar Morales dijo que quienes ejercen la abogacía y son jueces, tienen a su cargo la construcción del Estado de derecho del país, por lo que su independencia es fundamental para la vida cotidiana.

“El Estado de derecho es una institución que se construye a cada momento, todos los días, y la construimos todos, no sólo los funcionarios o los jueces o los abogados. Todos tenemos el deber de construir, todos los días, el Estado de derecho, sin permitir que haya violaciones y, mucho menos, que nosotros mismos las violemos”, comentó.

En su participación en el evento, el ministro Javier Laynez Potisek dijo que la defensa de las instituciones autónomas y el equilibrio entre poderes sirve para “no volver a algo que nos costó tantos años abandonar”, pues dijo que las reformas al Poder Judicial en 1994 se pensaron para que entes como la Corte cumplan con su rol de equilibrio de poderes.