Jesús Heriberto Montes, gerente de Aguas Superficiales e Ingeniería de Ríos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aseguró que el cambio climático en el país comenzó a generar afectaciones, ya que se han visto sequías más prolongadas y tormentas con menor tiempo de duración en los estados.
En entrevista con La Razón señaló que a pesar de que hay un déficit menor de agua en las 210 presas que vigilan, será suficiente para enfrentar la siguiente temporada de estiaje en 2023, debido a que ya se aprobaron los usos del recurso en los embalses que la almacenan.
Agregó que, a pesar de la percepción de la gente, 2022 no fue el año más seco, pues por lo menos hay otros cuatro por delante que presentaron registros menores de captación de agua en sus presas, aunque aclaró que La Boca y Cerro Prieto en Nuevo León si tuvieron bajos niveles, lo que ocasionó preocupación entre la población.
¿Qué nos dejó la temporada de huracanes y ciclones en las presas del país?
La época de lluvias regularmente cada año es del 15 de mayo al 30 de noviembre, y prácticamente estamos a punto de cerrar dicha temporada.
En cuanto a la precipitación que se registró a nivel nacional se tuvieron 708 milímetros, esto representa un ligero déficit de 0.6 milímetros ya que el promedio a estas mismas fechas es de 708.6; por ello, prácticamente estamos en el promedio.
En cuanto a las presas tenemos un almacenamiento de 87 mil 519 millones de metros cúbicos en las 210 grandes presas de la Conagua, pues a lo largo del país existen seis mil presas, pero son muy pequeñas, por ello, monitoreamos las que representan más del 90 por ciento y son esas 210.
Si comparamos este llenado con el promedio histórico, tenemos un ligero déficit de tres por ciento, entonces tenemos una ligera baja a nivel nacional.
Si comparamos con 2021, teníamos 88 mil 200 metros cúbicos, lo que equivale a 70 por ciento de llenado, por ello estamos ligeramente debajo de ese año en uno por ciento.
¿Este año fue más seco que otros en cuestión de almacenamiento de presas?
Hay dos puntos que podemos mencionar, uno es en cuanto a la sequía y el otro es en el tema de las presas.
En el tema de la sequía, México, Estados Unidos y Canadá en conjunto llevan el monitor de sequía en América del Norte, es un trabajo conjunto.
Viendo los últimos datos en cuestión de sequía no es el año más seco, pues el que tiene más afectación fue 2012 en los últimos años, aparte que tenemos otros con periodos fuertes de sequía como 2011, 2006 y 2020, por lo menos hay cuatro años por delante de 2022.
En torno a la sequía tenemos en todo el país 78 por ciento, pero en torno a la sequía extrema o excepcional no tenemos nada, por eso no es este año.
¿Entonces por qué en este año lo resentimos más?
Lo que pasa es que, en algunas presas, en algunas zonas se tienen menores lluvias. La distribución de las precipitaciones se comporta de diferentes formas en el país, por ejemplo, en todo el noroeste del país, lo que es Chihuahua, Durango, Sonora y Sinaloa las presas están prácticamente llenas y aunque sí se resintió, fueron en puntos muy focalizados.
En el tema de presas tampoco fue un año fuerte, ya que en 2000 y 2001 sí hubo afectaciones en los embalses, ya que se tuvo problema en los llenados.
En este año se llegó al nivel más bajo de 45 por ciento de llenado, entonces estuvimos por arriba del 40 por ciento que se registró en los años ya comentados. En la época del más fuerte estiaje en mayo vimos escenarios donde la gente -por ejemplo- en Nuevo León sufría porque no tenía agua y las presas estaban prácticamente secas… En el caso de la Zona Metropolitana de Monterrey fue muy específico, ya que se tuvo un problema de llenado en La Boca y Cerro Prieto, pero a nivel nacional no fue un punto crítico.
Creo que no hay problemas con los volúmenes
autorizados y ya se están haciendo todos los planes, por ello el agua es suficiente para los usos
¿Entonces fue una mala percepción?
Si lo vemos desde el punto de vista de nivel nacional, efectivamente es una percepción que se tuvo, pues cuando está concluyendo la etapa del estiaje es cuando se registran los niveles más bajos, pero esto ocurre todo el año; en época de lluvias se llenan y en estiaje se vacían.
Estuvimos a un 45 por ciento de llenado y ahora estamos a un 70 por ciento a nivel nacional, pero en el noroeste ya están en niveles óptimos.
¿Cuáles son las presas que resintieron más los niveles?
En cuestión de las captaciones de agua, los puntos donde se tuvo menor almacenamiento fueron principalmente en Nuevo León en La Boca y Cerro Prieto, ya que en el mes de junio fueron sus puntos críticos al quedarse casi sin agua.
¿Alguna presa está en riesgo de cerrar por falta de agua?
En el caso de las presas más bien es dejar de extraer agua para riego o consumo, pero estos embalses ya se recuperaron. Donde tenemos niveles bajos es en Querétaro e Hidalgo, pero no son niveles críticos. No se tuvieron lluvias tan relevantes en el centro del país, pues el año pasado sí y en este se recorrió al norte, por eso se afectaron.
¿En contraparte hay presas en altos niveles?
En el país hay 32 presas arriba de 100 por ciento, pero es totalmente normal, pues se escucha que se desbordan las presas, pero no es correcto, ya que tienen un nivel de llenado ordinario, entonces en época de lluvias llegan a ese nivel, pero no representa ningún riesgo.
Con este porcentaje que tenemos en las presas del país y ante la nueva entrada de la temporada seca; ¿nos alcanza, es suficiente para afrontar 2023 hasta la siguiente temporada de lluvias? Ahorita tenemos el nuevo ciclo agrícola y prácticamente ya se aprobaron todos los usos y ciclos de riego, que son la mayoría y representan 70 por ciento.
Creo que no hay problemas con los volúmenes autorizados y ya se están haciendo todos los planes, por ello el agua es suficiente para los usos.
¿El cambio climático afecta los ciclos de lluvia en el país?
Sí, es totalmente cierto, pues antes se hablaba del cambio climático que se decía que iba a llegar, pero desafortunadamente ya llegó y lo hemos visto ya. Últimamente vemos sequías más prolongadas en el territorio, y en cuestión de lluvias hemos visto tormentas con menor tiempo de duración; esto es, llueve con menor cantidad de lluvia.
Lo hemos visto en la Ciudad de México como tal y en otras zonas como Baja California, además que hemos visto incremento en las temperaturas lo que aumenta la evaporación. Esto no pasa solo en México, sino en varias partes del mundo.
